Eduardo Nicolás Dueñas , director del Infoca: «Hay margen de mejora en la prevención de incendios y en la gestión forestal»

Abc.es 

Eduardo Nicolás Dueñas es el director del centro operativo provincial del Infoca en Córdoba , con casi tres lustros acumulados en el cargo y más de treinta años de experiencia en la lucha contra los incendios. El especialista reflexiona sobre el último ocurrido en Obejo y Cerro Muriano (con foco inicial en el campo de tiro de la base militar), y explica el dispositivo que se ha organizado para este verano. Por ahora, y pese a la complejidad de ese incendio, sostiene que está siendo un estío con un nivel de incidencias similar a 2023 , que fue especialmente bueno en cuanto a la escasez de casos y de hectáreas afectadas. -Estamos en el ecuador del verano. ¿Qué balance hace de lo ocurrido hasta ahora? -No está siendo un mal verano en general, salvo por el incendio que sufrimos en Cerro Muriano. Quitando eso, se parece mucho por ahora al del año pasado y está dentro de lo normal. Desde que empezó 2024 hemos tenido en el Plan Infoca 44 intervenciones , de las cuales 35 han sido forestales y el resto de apoyo a dispositivos en terrenos no forestales. De los 35 un total de 23 han sido conatos, con menos de una hectárea afectada, y los otros 12, incendios. Estamos en las ratios que venimos trabajando en los últimos años. Aunque es cierto que el episodio de Cerro Muriano nos ha variado la estadística de hectáreas afectadas respecto al año pasado, que fue extraordinaria. -¿Cómo han vivido ese nuevo incendio en la zona de la base militar? Ustedes tienen allí muy limitada su actuación. -Los incendios del campo de tiro de Cerro Muriano son siempre muy complejos, porque nosotros no podemos entrar a apagarlos. Son competencia del Ministerio de Defensa, y eso lo deja muy claro la Ley de Montes. La Unidad Militar de Emergencias fue la que intervino desde el primer momento en lo que es el campo de maniobras. Nosotros hicimos lo que la normativa nos permite, que es esperar los incendios en la periferia del terreno militar y actuar allí. En este caso, se salió de los límites y afectó a unas 500 hectáreas. En cualquier otro sitio lo que hacemos es atacar directamente el foco del incendio, pero, como aquí no se puede, cuando llega a donde nosotros podemos, lo hace ya con mucha virulencia. -El problema de Cerro Muriano no es nuevo. Se repite a menudo. -Son incendios que tienen una especie de recurrencia, de en torno a 15 años más o menos, que es el tiempo que tarda la vegetación en recuperarse. Que se hayan salido del campo de maniobras recuerdo el de 1995, el de 2007 y este de 2024. Otros se han quedado dentro del recinto militar o hemos podido pararlos. Hay que tener en cuenta que en los incendios forestales hay tres factores que influyen en su evolución dinámica. Dos de ellos, que son la orografía y la meteorología, son invariables; es decir, que no podemos modificarlas. La tercera es el combustible, la vegetación, que eso sí lo podemos manejar. En este caso cuando la vegetación se recupera y vuelve a haber un incendio se produce esa virulencia. -Hablemos del dispositivo de incendios. ¿Cómo funciona algo tan complejo? Porque el fuego no sabe de límites provinciales y autonómicos ni de fronteras. -El dispositivo Infoca tiene carácter regional. Esto quiere decir que todos los medios que tenemos en Andalucía pueden acudir a cualquier punto de la geografía en el caso de que sea necesario. Ahora bien, estamos distribuidos a nivel provincial y los medios asignados también. Nosotros tenemos tres centros de defensa forestal en Córdoba, que están en Villaviciosa, en Adamuz y en la Subbética. Cada uno de estos sitios tiene asignados sus medios aéreos y terrestres y son los que intervienen ante cualquier alarma que se produzca por avistamiento de nuestras torres o por aviso del 112. En el momento en que se produce una alarma, aunque sea sin confirmación de incendio, se activa lo que denominamos el despacho automático, que incluye un helicóptero con un técnico de operaciones y un retén, un camión por tierra y, dependiendo de las circunstancias, los aviones con carga en tierra que tenemos en el Aeropuerto. Una vez se hace la valoración de lo que está ocurriendo se activan los sucesivos ataques ampliados, primero con medios provinciales y luego, si el incendio está ya muy establecido, con medios interprovinciales. Tanto aéreos de ala fija como de ala móvil, grupos de intervención BRIF y en última instancia grupos de intervención de provincias limítrofes. En el caso de Cerro Muriano, como se vio desde el principio que era un incendio con proyección, acudieron todos los medios aéreos de la provincia y todos los retenes que teníamos disponibles, al tiempo que ya venían medios interprovinciales. Ha sido un incendio al que desde el principio se le veía esa proyección. Es cierto que un incendio no sabe de límites provinciales ni de campos de tiro, lo único que quiere es combustible para consumir, vegetación. -¿Cómo analiza la evolución estadística de los incendios? Cada vez hay menos pero cada vez son también más destructores. -Lo que observamos, y que confirma el corpus de investigación sobre incendios, es lo que se llama la paradoja del fuego, que consiste en que, aunque se reduce el número de igniciones a lo largo del año, un número pequeño de incendios queman la mayor parte de la superficie. Es decir, que puedes tener cien incendios y luego uno solo de ellos te quema el 90% o de la 95% de la superficie afectada por los cien. En esto hay dos circunstancias claras. Por una parte, influye el cambio global, pero por otra lo que está claro es que hay más vegetación, más combustible, más energía acumulada en los terrenos forestales. Eso se debe a múltiples factores como son el abandono rural, la falta de intervenciones selvícolas o la pérdida de cultivos tradicionales. En general, es la disolución de la cultura mediterránea milenaria que tenían los montes. Actualmente la vegetación sigue creciendo, se va acumulando y esa energía provoca que algunos incendios sean tan difíciles de atacar. La paradoja lo que nos viene a decir es que en términos de extinción, si la entendemos como la cirugía en términos sanitarios, hemos tocado techo. Pero si hay mucho margen de mejora en la prevención, en la gestión forestal. Hay incendios que vemos que nos superan y no lo podemos dejar todo en manos de la extinción, por eso tenemos que seguir trabajando en la prevención en los próximos años. -Las causas se mantienen estables en el tiempo, con la acción humana como gran protagonista. ¿Crece la concienciación? -En nuestra tierra la única causa no humana en la generación de incendios son los rayos, y suponen un 1% aquí y un 10% a nivel nacional. La causa humana está detrás de la gran mayoría. De estos, los intencionados son menos de los que se suponen y la mayor parte de los que se registran están provocados o bien por negligencias o por accidentes. En el campo de la concienciación social se ha mejorado muchísimo, pero todavía hay margen. -¿Cómo han afectado las lluvias de este año y la abundancia de pasto y maleza? -La vegetación la conforman tejidos vivos que en su composición tienen agua y la necesitan para sobrevivir. Cuando llueve en primavera los tejidos se mantienen muy vivos y frescos, con mucha humedad, y eso hace que la combustión sea más lenta, pues toda la energía que se requiere para que ardan se consume en evaporar el agua. Las lluvias de todo el año son importantes, pero cuando se producen al inicio de la primavera nos permiten entrar en el estío con niveles de humedad más altos y mayores garantías. Lo que ocurre es que el verano es muy largo y ahora mismo la vegetación está ya perdiendo vigor y empieza a estar con niveles de humedad más bajos. Ahora estamos en el periodo central de la campaña, que va más o menos del 15 de julio al 15 de agosto. -Córdoba capital tiene una característica especial con la abundancia de viviendas diseminadas en la Sierra y en diferentes urbanizaciones y parcelas. ¿Cómo se trabaja esa particularidad? -Ese es uno de los puntos negros que tenemos en la problemática de los incendios forestales en Córdoba, pues conlleva un gran desplazamiento de población para intentar pasar menos calor. Aquí entramos en un conflicto mixto urbano-forestal, ya que no entran en juego solo valores forestales sino que lo prioritario pasa a ser la protección civil, tanto proteger a la población como los bienes. La gestión de estos incendios es dificilísima, porque la mayor parte del esfuerzo se dirige a las personas. Este problema lo tenemos previsto y nos distribuimos espacialmente de una forma especial para poder llegar cuanto antes a cualquier incidencia que se produzca en este territorio. Esto no asegura que no vaya a pasar nada, pero sí que estamos especialmente atentos tanto en la vigilancia pasiva desde las torres que proliferan en esta zona como gracias a la colaboración del grupo de pronto auxilio de la urbanización de las Siete Fincas, que tienen su propio sistema de vigilancia y que conocen muy bien el territorio al ser de la propia zona. -Hay que estar muy vigilante... -Sí porque aquí cualquier incendio afecta necesariamente a zonas habitadas. Por eso mismo esta semana hemos tenido un simulacro promovido por Protección Civil del Ayuntamiento de Córdoba en colaboración con la Junta de Andalucía, Infoca y los vecinos para que la población conozca los sistemas de evacuación y se conciencie especialmente del problema.

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