Toyota y BMW estrecharán su cooperación de hidrógeno
La cooperación entre Toyota y BMW ha traído muchas alegrías a los amantes de la automoción. La última de ellas fue la resurrección del legendario deportivo Supra después de más de 13 años con un motor de seis cilindros en línea directo desde Múnich. Ahora, según informa el diario japonés Nikkei Asia, los dos fabricantes se preparan para firmar un memorando de entendimiento en lo que respecta a la movilidad de hidrógeno el próximo 5 de septiembre. Según un portavoz de BMW citado por Reuters, «el Grupo BMW y Toyota llevan trabajando varios años en tecnologías de pila de combustible, con el objetivo común de ofrecer otra alternativa en el mundo de las cero emisiones». La pila de combustible es un sistema de hidrógeno que genera electricidad a través de electrólisis y la utiliza para activar un motor eléctrico. Estos coches también cuentan con una batería para almacenar el excedente, pero de menores dimensiones y peso que las de un coche eléctrico convencional. Dentro de su gama, Toyota cuenta con el Mirai, un exclusivo sedán de altas prestaciones propulsado por hidrógeno. BMW, por su parte, presentó un iX5 que usaba esta tecnología el año pasado. El otro fabricante que ofrece un modelo con este sistema es Hyundai, con su Nexo, que fue el más vendido el año pasado. Los coches de hidrógeno siguen siendo una parte marginal de las ventas de automóviles, pues se estima que existen tan solo unos 60.000 de ellos circulando por las carreteras. Por ello, algunos fabricantes decidieron acabar con sus líneas de hidrógeno, como Mercedes-Benz, que producía escasas unidades de su GLC u Honda, con su Clarity. Si bien presentan la ventaja de contar con unos tiempos de repostaje bastante cortos, cuentan con el inconveniente de que la red de hidrogeneras es prácticamente inexistente (apenas 750 estaciones operativas en todo el mundo), además de unos precios por coche elevados. Sin embargo, se sigue considerando una opción interesante para descarbonizar el transporte, especialmente el pesado. Crear camiones eléctricos está considerado poco práctico, por el tamaño y peso de las baterías que requerirían para mover cargas pesadas. Además, estas necesitan cargadores de hasta un megavatio de potencia para que las pausas no sean demasiado prolongadas.