El último hijo libre del Chapo toma el mando del narco mexicano
Todos los históricos cabecillas del narcotráfico mexicano ya están en la cárcel. Hace un mes fue apresado en EE.UU., y tras una rocambolesca operación, Ismael 'El Mayo' Zambada , veterano jefe del cártel de Sinaloa. En enero de 2016, cayó Joaquín 'El Chapo' Guzmán, el otro gran capo sinaolense. Tres décadas antes, en 1985, ya había sido detenido Rafael Caro Quintero, fundador del cártel de Jalisco. En este territorio, de momento despejado, busca su papel como nuevo jefe indiscutido del narcotráfico en México Iván Archibaldo Guzmán, hijo de El Chapo y jefe de la facción de Los Chapitos que ahora, sin Zambada de por medio, tratan de controlar todo el cártel de Sinaloa. En este entramado cabe fijarse en un detalle no menor: hace veinte días, 'El Mayo' Zambada aseguró, a través de una carta dada a conocer por su abogado, que precisamente fueron Los Chapitos quienes le tendieron una emboscada y aprovecharon una reunión con políticos sinaloenses para secuestrarle y llevarle hasta Texas, donde fue arrestado. «En cuanto puse un pie dentro, me tendieron una emboscada. Un grupo de hombres me asaltó, me tiró al suelo y me colocó una capucha de color oscuro en la cabeza. Me ataron y esposaron, y luego me obligaron a meterme en la caja de una camioneta. Durante todo este calvario, me sometieron a malos tratos físicos, que me causaron lesiones importantes en la espalda, la rodilla y las muñecas. Después, me llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado», señaló Zambada. Esta versión de la caída de Ismael 'El Mayo' Zambada en manos de las autoridades de EE.UU. es la que en las últimas horas está tomando fuerza: el Gobierno estadounidense confirmó el viernes que Ovidio Guzmán , otro de los hijos de El Chapo, detenido a las afueras de Culiacán en enero de 2023 y extraditado a EE.UU., ha ingresado al programa de protección de testigos. Se refuerza así la teoría de que Los Chapitos entregaron a Zambada para mejorar la situación de Ovidio. El pasado jueves, cuando la violencia arreció en Culiacán, la capital de Sinaloa, el rumor en los medios de comunicación era que Iván Archibaldo había sido detenido por el Ejército mexicano. Entrada la noche, la información fue negada por las autoridades. Dos elementos destacan en el nuevo heredero de El Chapo. Por un lado, su visión del negocio del narcotráfico que lo llevó a incursionar, antes que otros grupos, en la producción de fentanilo para su venta en EE.UU.; por el otro, un modo de proceder cruel y sanguinario con sus enemigos. La periodista Anabel Hernández, especializada en narcotráfico y seguridad, señaló recientemente en declaraciones periodísticas que Iván Archibaldo es protegido por un grupo de sicarios donde destacan pistoleros que incurren en la tortura y que «matan por 'hobby'» . En sus informes periódicos, la DEA ha señalado que el ejército de Los Chapitos se encuentra bien equipado y cuenta en su poder con armas de asalto obtenidas en el mercado ilegal estadounidense: así como las drogas viajan hacia el norte, las armas lo hacen en sentido inverso. Este asunto históricamente es motivo de fricción entre los Gobiernos de México y EE.UU. La periodista Hernández ha señalado a Óscar Noe Medina González, conocido como El Pano, como el temible jefe de seguridad de Iván Archibaldo y por quien la DEA ofrece una recompensa millonaria. Medina González reemplazó al anterior jefe de escoltas, que fue abatido en un enfrentamiento con el Ejército en el 2018. Nacido del primer matrimonio de El Chapo, Iván Archibaldo fue el hijo que más se involucró en las operaciones de su padre. Con 41 años ya ha estado en prisión, se ha fugado cuando estaban a punto de capturarlo y, producto de su trayectoria violenta, estuvo cerca de perder una pierna. Anabel Hernández, en su pódcast 'Narcosistema', dijo meses atrás que el hijo mayor de El Chapo asesinó a una mujer de origen canadiense y a la amiga de ésta, tras haber sido rechazado durante un cortejo en un establecimiento nocturno localizado en el estado de Jalisco. Pero al nuevo capo también le gusta la política . En las elecciones por la gobernatura de Sinaloa, en 2021, la oposición denunció que Los Chapitos operaron electoralmente en favor del partido de Andrés Manuel López Obrador, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Políticos sinaloenses que participaron en esa campaña, ganada por Morena, recuerdan que varios se acercaron a Iván Archibaldo para informarle de su participación en las elecciones y que si contaban con su permiso. Según mencionan a ABC, bajo condición de anonimato, Iván Archibaldo no vetó candidaturas y casi no ofreció dinero a políticos, pero avisó a todos que su compromiso estaba con el candidato de Morena. Esos encuentros se realizaban en casas de la periferia de Culiacán y solo había tres instrucciones: no llevar teléfono celular, que el visitante manejara su propio automóvil y no llevar escoltas de seguridad. Morena ganó las elecciones de 2021 y algunos candidatos de la oposición recibieron, tras la elección, mensajes de felicitación de Iván Archibaldo remitidos por una tercera persona. En ellos se decía que habían hecho una gran campaña y que le habían demandado mucho esfuerzo en favor del candidato de Morena, el actual gobernador Rubén Rocha. Tras su triunfo, Rocha designó como secretario de Gobierno, el segundo cargo de mayor importancia en el estado, a Enrique Inzunza, procedente de Badiraguato, el pueblo de la sierra sinaloense donde inició su carrera El Chapo Guzmán. A partir de octubre, Inzunza será senador por Sinaloa. En el Gobierno mexicano diversos funcionarios susurran que, caído Zambada, ahora Iván Archibaldo buscará ocupar su lugar y ser el principal interlocutor con los Gobiernos de México y EE.UU. para pacificar diversos estados y poner orden entre los diferentes grupos criminales. Quienes descreen de esa teoría afirman que ese escenario no es posible porque, tras lo sucedido con El Mayo, ningún capo se arriesgará a reunirse con Iván Archibaldo: estaría presente, en todo momento, el fantasma de un emboscada como paso previo a una prisión de alta seguridad en EE.UU.