El 'perico delgado' de los Pirineos

Abc.es 
Es cierto. No se recordaba una arrancada tan firme y salvaje desde la época de Perico Delgado . El sufrido aficionado español al ciclismo necesitaba un pellizco de emoción como el que sintió el domingo cuando la figura de Pablo Castrillo Zapater emergió entre la niebla del Cuitu Negru, infernal apéndice del puerto de Pajares asturiano. Como cualquier ciclista, el joven aragonés (23 años) sufre en rampas tan pronunciadas. Pero él sabe sufrir. Porque lleva la montaña y el ciclismo —y el deporte— en la sangre. Nació en Jaca (Huesca), corazón de los Pirineos y capital del hockey sobre hielo español. De hecho, Pablo empuñó un stick y se calzó patines de cuchillas hasta los 14 años. Jugó al hockey hasta que sucumbió a la tentación de las dos ruedas. Era lo lógico. Su hermano Jaime es corredor profesional y milita actualmente en el equipo portugués Sabgal Anicolor; y su madre, Ana Zapater , es desde el pasado mes de enero presidenta del Club Ciclista Mayencos , una institución deportiva local. El menor de los Castrillo, un cadete entonces, dio las primeras pedaladas serias en otra entidad de la provincia, el Club Oscense , reputada cantera de ciclistas. Fue campeón de Aragón y, en consecuencia, no tardó en subir el primer escalón. En 2020 se mudó a Navarra, sede del equipo Lizarte , caladero de jóvenes promesas. Allí cumplió sobradamente con las expectativas puestas en él. Apenas dos años más tarde, se coronó como uno de los mejores ciclistas sub-23 nacionales con seis victorias en otras tantas pruebas de renombre. Entre ellas, el Memorial Valenciaga , la Subida a Gorla y el Campeonato de España de contrarreloj individual . Esos éxitos llamaron la atención de las escuadras profesionales, y en 2023 firmó su primer contrato. Fue fichado por el Kern Pharma . Ya entonces, en una de sus primeras entrevistas, avisaba de lo que vendría: « Soy un ciclista todoterreno al que lo que más le gusta es subir. También me considero un corredor de equipo, que se siente cómodo ayudando a sus compañeros. Lo que más me gusta son las pruebas duras por etapas. He aprendido a ser disciplinado y estar enfocado en el mismo objetivo. Lo peor son las lesiones o los momentos de incertidumbre que inevitablemente se viven en este deporte». «Espero seguir progresando como corredor. Es importante ir encajando en el equipo y por eso procuro aprender de todos mis compañeros. Mejorar los pequeños detalles marcará la diferencia», añade. No fueron solo palabras. Ha demostrado ese poderío en la montaña ganando dos etapas de la Vuelta 2024: la citada del Cuitu Negru y la de otro puerto, el orensano de Manzaneda . Y también ha exhibido esa solidaridad grupal imprescindible en un deporte de equipo. Ser el único español que ha logrado cruzar la meta el primero (dos veces) en esta Vuelta no le ha hecho perder la cabeza ni la humildad. «Su hermano Jaime esta siendo muy importante para ayudarle a orientar sus pasos en este complicado mundo del deporte profesional», ha desvelado la madre de los Castrillo Zapater. Cada vez que Pablo regresa a casa, para conservar la forma física y las amistades de siempre suele salir a dar unas pedaladas con su grupo de ciclistas aficionados de Jaca de toda la vida. Con ese mismo espíritu de normalidad, tras los últimos y recientes éxitos, el Ayuntamiento jacetano , con el alcalde a la cabeza, planifica estos días la mejor manera de organizar un homenaje popular en el que sienta el cariño de sus vecinos y amigos. «Lo mejor es que he encontrado mi pasión —afirma—. El ciclismo es muy importante en mi vida, es casi una forma de vivir y me encanta. He aprendido a ser disciplinado y estar enfocado en el mismo objetivo». Con esas premisas vitales, la Vuelta y Pablo llegan hoy a otra cima: los Lagos de Covadonga .

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