El efecto bumerán de los aranceles a los eléctricos 'made en China' amenaza el futuro de Cupra

Abc.es 
Unos aranceles para proteger a la industria europea ante la invasión de eléctricos chinos que acaban funcionando como un bumerán contra esa propia industria que quieren proteger. Wayne Griffiths, CEO de Seat y Cupra , ha sido muy rotundo hoy al denunciar que la aplicación de aranceles en el espacio europeo a los eléctricos 'made in China' puede, paradójicamente, atestar un duro golpe a una marca española como Seat, integrada en el grupo Volkswagen. El problema se focaliza en el modelo Tavascan, ya en frabricación en Anhui, un Cupra 100% eléctrico al que, ahora mismo, y pese a que se trata de un coche diseñado en España y sobre una plataforma de VW, se le deberían aplicar un 21,1% de aranceles. Griffiths ha sido claro: «No salen los números». Bruselas ha establecido un rango de entre el 17% y el 38% en función de las características del vehículos y la colaboración de los fabricantes. El líder de CEO y Cupra ha explicado que ya están en contacto con las autoridades europeas para lograr una excepción con el Tavascan, como ya se ha hecho con Tesla, -que ha logrado que se les reduzca el arancel al 9% a sus coches fabricados en su planta de Shangai-. Si no se consigue esa rebaja o exclusión no solo está amenazado el propio lanzamiento del Tavascan, sino la viabilidad de la marca en su conjunto. Se da la circunstancia de que el Cupra Tavascan es el único coche del grupo Volkswagen que se fabrica en China. Sufre el mismo problema que el Mini eléctrico de BMW, que partiendo de una penalización del 38,1% vio, como el Tavascan, y tras las protestas de ambos fabricantes, ver reducido el arancel hasta el 21,1%. «Espero que el Gobierno de España cambie de posición y busque una solución individual para nuestro caso», ha apuntado el CEO. Fuentes de la compañía apuntan a ABC que la predisposición tanto del Gobierno como de Bruselas es comprensiva, pero ahora es necesario concreción. Los aranceles, por un lado, comprometen la rentabilidad del propio Tavascan, en tanto que, con un precio estimado de 52.000 euros, Cupra dejaría de ganar 10.000 euros por coche. «Venderíamos a pérdidas», ha explicado el CEO, que ha puesto sobre la mesa otro problema, la posibilidad de que sin el Tavascan la marca en su conjunto no pueda cumplir con los objetivos de reducción de emisiones en los próximos años. «Tendríamos que reducir la producción en España de los coches de combustión para evitar las penalizaciones», ha anticipado. «Son unos aranceles pensados para proteger a la industria europea, y funcionan como todo lo contrario », ha enfatizado Griffiths esta tarde en Barcelona, ciudad donde se ha hecho la presentación mundial de su nuevo modelo Cupra Terramar. El líder de la compañía ha vuelto a reclamar un mayor impulso por parte de las admnistraciones a la electrificación del parque móvil en España , más cuando en 2026 la planta de Martorell ya estará sacando un altísimo volumen de coches eléctricos. «Es preocupante», ha sentenciado.

Читайте на 123ru.net