Adolescentes y deporte: ¿cómo motivar a los hijos para que realicen actividad física después del verano?

Abc.es 
El verano es sinónimo de tiempo libre, deporte, actividades al aire libre , viajes, movimiento... Pero ¿qué ocurre cuando empieza el año académico? Por desgracia, son muchos los adolescentes que no dan continuidad a esta dinámica activa. Es por ello por lo que Miguel Ángel Méndez, profesor colaborador de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), aporta varios valiosos consejos para que los padres motiven a sus hijos adolescentes. La propuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye una hora de actividad física moderada o intensa cada día de la semana. Cabe decir que los beneficios de la actividad física para los adolescentes son muchos y variados: mejora la forma física, la salud cardiometabólica y de los huesos, la capacidad cognitiva y la salud mental, y reduce la grasa corporal. Sin embargo, los modos de vida de las personas son cada vez más sedentarios, debido al transporte motorizado y al uso creciente de pantallas para el trabajo, la educación y el ocio. Los datos demuestran que el aumento del sedentarismo se asocia con efectos negativos en la salud. Concretamente, en los adolescentes se produce un aumento de la grasa corporal, un deterioro de la salud cardiometabólica, la forma física y el comportamiento prosocial, y una reducción de la duración del sueño. ¿Por qué abandonamos la actividad física en la adolescencia? El 70 % de los niños y adolescentes españoles (a escala mundial se dispara hasta cuatro quintas partes, según la OMS) no hace la cantidad mínima de ejercicio recomendada por dicho organismo, por lo que se les puede considerar sedentarios. El problema es más acusado en niñas, ya que solamente el 22 % de ellas cumplen las recomendaciones mínimas, y en adolescentes, el 77 % de las cuales son sedentarias. Así lo recoge la OMS, y eso mismo constata la doctora Elena Roldán, médica rehabilitadora de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), en referencia a las conclusiones preliminares del estudio PASOS del 2022 de la Fundación Gasol, que aporta datos sobre obesidad, actividad física, sedentarismo y bienestar de los niños y de los adolescentes españoles. Otro dato preocupante es el abandono del deporte en edades adolescentes , especialmente entre las chicas, según una investigación del Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona), avalada por el Consejo Superior de Deportes. En el tránsito de primaria a secundaria, la franja de edad de 12 a 13 años es uno de los momentos más críticos para el abandono de la práctica deportiva (alrededor del 6 % de los niños y del 13 % de las niñas dejan todos los deportes en ese lapso). Pero, en el caso de las chicas, el descenso es más brusco llegados los 16-18 años (7 de cada 10 chicas han dejado el deporte al cumplir la mayoría de edad). Para encontrar las razones de ello, recurrimos a Miguel Ángel Méndez, que, además de profesor colaborador de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, es profesor colaborador del máster universitario de Alimentación en la Actividad Física y el Deporte de la UOC y experto en educación y promoción físico-deportiva. «Una falta de práctica en el entorno social y familiar puede favorecer el abandono o la no adherencia temprana», apunta Méndez, para quien «está demostrado que los adolescentes sedentarios acarrean una serie de problemas físicos y mentales que tienen consecuencias a lo largo de la vida«. Una sentencia, a la que añade que »la falta de actividad física contribuye a una menor calidad de vida, con niveles reducidos de energía, que afectan la capacidad de los adolescentes para participar en actividades cotidianas y sociales, lo que puede llevar a más sedentarismo y aislamiento social «. Por el contrario, »la participación en actividades deportivas es crucial para el desarrollo de habilidades sociales y la creación de relaciones saludables«. Méndez aporta cinco consejos para que los padres puedan motivar a sus hijos adolescentes para apuntarlos a algún deporte o realizar alguna actividad después del verano. Las familias pueden participar en actividades físicas conjuntas o establecer rutinas regulares en familia, como caminatas o paseos en bicicleta, especialmente aprovechando la buena climatología que aún perdura a la vuelta de las vacaciones. También pueden establecer retos o hacer de forma conjunta cualquiera de las propuestas que abordamos en esta entrevista. Los adolescentes de hoy en día son digitales, y existen multitud de programas y gadgets tecnológicos de todos los precios que nos ayudan a incentivar el movimiento y la actividad física. Hablamos de relojes inteligentes, pulseras, móviles inteligentes, etc., y software asociado que permite monitorizar los deportes y la actividad física, incluso seguir planes de entrenamiento. Proponer metas a corto y medio plazo, como llegar a subir una montaña, realizar una prueba deportiva, ser capaz de hacer tantas dominadas en una barra o tantas flexiones de brazos, por poner varios ejemplos, puede generar la suficiente motivación como para garantizar que el adolescente inicie su actividad físico-deportiva. También es algo muy recurrente y que puede dar resultado. El truco aquí es ajustar horarios y gustos. Hoy en día, en la mayoría de las poblaciones contamos con muchos espacios y recursos públicos o privados para la práctica deportiva. Apuntarse a una actividad dirigida, que coincida con los gustos y horarios del adolescente, es una buena manera de que él mismo se obligue y acabe estableciendo en su rutina diaria la actividad físico-deportiva. Esto tiene la ventaja de que los clubes y las federaciones tienen un papel de utilidad pública y la encomienda de promover su deporte, también en la base. Por ello, suelen contar con grupos de iniciación que enseñan a practicar su deporte. Además, se hace con otros compañeros, lo que aumenta la socialización y la adherencia a la práctica deportiva. Para los adolescentes, es muy importante encontrar deportes o actividades físicas que se adapten a sus intereses y capacidades, y que, además, fomenten la socialización y el desarrollo personal. Méndez nos apunta una serie de propuestas deportivas que deberían satisfacer todos los gustos y sensibilidades. «Afortunadamente, en el campo de la actividad física y el deporte, existen muchas y variadas actividades que pueden adaptarse a los gustos y necesidades de nuestros hijos». A continuación, cita un resumen por categorías: - Deportes de equipo: Deportes como baloncesto, fútbol, voleibol y hockey son excelentes para promover la cooperación, la comunicación y el sentido de pertenencia. Participar en estos deportes permite a los adolescentes desarrollar habilidades sociales y de trabajo en equipo, además de establecer vínculos fuertes con sus compañeros. - Deportes individuales con componente social: Tenis, natación, gimnasia y atletismo, aunque son individuales, a menudo se practican en entornos grupales como clubes o clases. Esto permite a los adolescentes socializar y competir en un ambiente positivo. - Actividades al aire libre: Senderismo, ciclismo, kayak y escalada no solo promueven la actividad física, sino que también permiten disfrutar de la naturaleza y reducir el estrés. Estas actividades ofrecen un cambio de escenario respecto a los entornos deportivos tradicionales y pueden ser especialmente atractivas para aquellas personas que buscan una conexión más profunda con la naturaleza. - Clases de fitness y baile: Clases de zumba, yoga, pilates y aeróbic pueden ser muy atractivas para los adolescentes, ya que combinan ejercicio con música y movimiento, para crear un ambiente divertido y energizante. - Otras actividades: Juegos deportivos, patinaje y artes marciales no competitivas son actividades menos estructuradas, pero igualmente beneficiosas. Permiten a los adolescentes explorar diferentes tipos de movimiento y encontrar lo que más disfrutan. Al ser menos formales, estas actividades pueden reducir la presión y el estrés asociado con el rendimiento, lo que fomenta un enfoque más lúdico y disfrutable del ejercicio. Cabe preguntarnos si estamos mejor o peor que a principios de siglo. Nuestro especialista tiene claro que «si nos centramos en los datos del Ministerio (informe ALADINO, de Vigilancia de la Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España), la tendencia de sobrepeso y obesidad en adolescentes ha ido al alza en los últimos años. Por lo tanto, en este sentido estamos peor que hace veinte años. También es cierto que vivimos un cambio de paradigma debido a la transición digital, que está afectando no solo a la forma de moverse, sino también a la forma de relacionarse y socializar en estas edades», afirma el experto. «Sin embargo, no podemos ser negativos», añade. «Hay aspectos en los que hemos mejorado mucho. Por ejemplo, el acceso a la tecnología y el uso de aplicaciones y programas permiten que los adolescentes estén más informados y tengan fácil acceso a entrenamientos, programas de nutrición y ejecución de retos, lo que les permite controlar su salud y cuidarse mejor. La oferta deportiva en todos los municipios es cada vez mayor, y los profesionales del deporte están cualificados y tienen alta formación. Esto está provocando una conciencia de salud y de necesidad de práctica de ejercicio físico que empieza a calar entre los jóvenes», concluye. Méndez lanza una propuesta final para los padres: «Invito a todas las familias que tengan hijas e hijos de cualquier edad a que se sumen a la práctica deportiva en familia y establezcan prioridades para que las rutinas físico-deportivas se conviertan en un elemento más de las actividades cotidianas, como la hora de acostarse, la comida, el trabajo o el colegio».

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