Este restaurante de Canarias, entre los mejores del mundo para comer según National Geographic: dónde está y precio

Dice la canción que comer es un placer. Si además se puede disfrutar de una buena comida desde uno de los lugares más impresionantes del mundo , esa sensación se multiplica. Uno de esos grandes lugares se encuentra en las Islas Canarias, concretamente en Lanzarote. Así lo ha reconocido en los últimos meses una publicación de la revista 'National Geographic' titulada «cómo comer en los seis lugares más impresionantes del mundo». Así, la publicación dedica un espacio al restaurante El Diablo, en el Parque del Timanfaya. Fundado en 1974 asegura la publicación que este lugar «podría pasar por Marte» . Se trata de un lugar construido por el artista lanzaroteño César Manrique donde la piedra y las paredes de cristal se integran en el entorno. Además, mientras se disfruta de la comida es posible observar las montañas de lava. El restaurante consta con una parrilla al aire libre donde se cocinan a más de 400 grados que surgen de manera natural desde las cavidades volcánicas todo tipo de platos tradicionales de la isla. Concretamente, el restaurante está ubicado en el Islote del Hilario , un lugar único ya que es desde donde mejor se percibe la actividad geotérmica del subsuelo. A tan solo 15 metros de profundidad la temperatura puede llegar a los 600 grados . Es por ello que el restaurante está diseñado a través de la innovación para poder adaptase al ambiente natural que le rodea. En cuanto al menú , quienes lo visiten podrán disfrutar de platos como papas arrugás con mojo, chorizo parrillero, quesos de la isla, brochetas de pollo y cochino o de pescado y langostinos. En el caso de las carnes son las que se hacen «al calor del volcán». Respecto a los precios, los platos más caros que se puede encontrar en la carta son los filetes de cherne a la plancha con ensalada y papas arrugadas por 21 euros y el entrecot por 22. Los entrantes están entre los 12 y los seis y los postres entre los ocho y los cinco. Todo ello al margen de las botellas de vino. Para llegar al restaurante hay que subir hasta lo alto de la montaña y se puede acceder por la carretera LZ-67 . Además, después se pueden recorrer los nueve kilómetros de la ruta de los volcanes.