«El escenario es para mí un espacio seguro y se me olvida que no veo»

Abc.es 
«En el escenario me siento una actriz más y mi discapacidad desaparece. Es para mí un espacio seguro y se me olvida que no veo». Son palabras de Lola Robles, una de las nueve intérpretes con discapacidad visual (en distintos grados) que participan en el montaje de ' La gaviota ', de Chéjov, que presenta el Centro Dramático Nacional en el Teatro Valle-Inclán entre el 9 de octubre y el 10 de noviembre. El estreno madrileño llega después de que el montaje viera la luz en el pasado Festival de Aviñón , que recibió por primera vez al CDN. La peruana Chela De Ferrari firma la adaptación y la dirección del espectáculo, que cuenta con escenografía de Alessio Meloni, iluminación de David Picazo, vestuario de Anna Tusell, música original y espacio sonoro de Nacho Bilbao, vídeo de Emilio Valenzuela y coreografía de Amaya Galeote. Forman el reparto, junto a Lola Robles, Patty Bonet, Paloma de Mingo, Miguel Escabias, Emilio Gálvez, Belén González del Amo, Antonio Lancis, Domingo López y Eduart Mediterrani. Participan en la producción además dos actores sin discapacidad: Agus Ruiz y Macarena Sanz. No es la primera vez que Chela de Ferrari trabaja con actores con discapacidad. Hace un par de temporadas presentó en Madrid su montaje de ' Hamlet ' interpretado por personas con síndrome de Down. Este trabajo ha tenido para ella mucho de aprendizaje, dice, y le ha abierto a «nuevas formas de relacionarme con el arte». Y es que, aunque confiesa que esta es una 'Gaviota' completamente distinta, lograr hacer arte, y no señalar diversidad -aunque también lo busca-, es el objetivo principal de este montaje: «encontrar belleza -dice- y valor en colectivos que evitamos. Nos enfrentamos a nuestra ignorancia a través de una obra en la que Chéjov dibuja personajes imperfectos a los que no juzga pero a los que no salva tampoco del desamparo». Su versión, añade, quiere acercar al espectador a la compleja realidad que viven las personas con discapacidad visual a través del tejido que se produce entre las historias de sus personajes y las propias y pone el foco en el juego entre la ceguera de los actores, los personajes y el público». Y añade: «los espectadores verán a un elenco extraordinario que se ha apropiado de los personajes con humor, irreverencia y compasión. Los personajes de Chéjov son metafóricamente ciegos, pero los actores los ven desde su ceguera literal». 'La gaviota' se estrenó en San Petersburgo en 1896 y la primera representación resultó un fracaso tal que Chéjov anunció al editor Alekséi Suvorin que dejaría de escribir teatro. Sin embargo, dos años después el legendario Konstantín Stanislavski dirigió la obra en su Teatro de Arte de Moscú; el éxito fue extraordinario y supuso el primer paso hacia su conversión en uno de los grandes textos de la historia del teatro universal. Otro de los actores, Miguel Escabias , señala que «transmitimos de manera diferente; yo no puedo ver el rostro de mis compañeros y me agarro a otras cosas, como el tono de voz, por ejemplo». Belén González del Amo revela que ella es la única de los nueve que es invidente desde su nacimiento -«no he visto nunca, no tengo referencias de mí misma»-, y que eso le causó muchas inseguridades con, por ejemplo, sus movimientos. «Pero tiene movimientos fascinantes -apunta la directora-, precisamente porque no está condicionada por la mirada del otro». «Todos son actores profesionales increíbles -añade Macarena Sanz , una de las dos intérpretes sin discapacidad visual-; me emociono todos los días con ellos»: Agus Ruiz , por su parte, asegura que este montaje le ha puesto «delante de un espejo de tabúes y prejuicios». Y los actores discapacitados ruegan al público: «que se vea nuestro trabajo, no nuestra discapacidad, y que vengan a ver simplemente una obra de teatro».

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