Carlangas llega a la Sala X: «Para el sistema es más fácil que estemos distanciados y la música lo que hace es juntarnos»

Abc.es 
Cuando decidió dar el paso en solitario con Carlangas , Carlos Pereiro (Monterroso, 1987) seguramente intuía que la música no iba a permitir que fuera así todo el rato. Él, solo, sobre un escenario. El propio artista ha admitido en alguna ocasión que no concibe la música si no es desde lo colectivo. Y por eso quizás, entre otras razones, terminó tramando melodías junto a Los Cubatas [también conocidos como Mundo Prestigio]: Julián Goicoa, Brais R. Otero, Fiz García y Fer Areal , productores del que será su segundo álbum de estudio (' Bailódromo Vol. I ') y que verá la luz este viernes . Tras un año y medio de proyecto, un verano de festivales, con un segundo disco a punto de salir, Carlangas y Los Cubatas son el nombre y los apellidos de una misma cosa: el directo. Así, juntos, es como se presentan en la Sala X , donde este sábado 19 de octubre ofrecerán un concierto muy especial, cargado de sorpresas y, puede ser, de algunas canciones nuevas, esas que llevan ya unas semanas arañando la puerta para salir. -Ha sido un verano intenso y ahora llega la gira de salas, ¿cómo está? -Muy bien, perfecto, estoy entre muy contento y muy cansado. Llevo un año y medio con el proyecto después de parar Novedades Carminha y llevamos no sé si 50 conciertos sin parar. Voy a sacar un segundo trabajo y en realidad no he parado. No he parado y me apetece seguir, realmente. Ahora es cuando empieza lo que a mí me gusta muchísimo, una parte al menos de todo ello, que son las salas de conciertos con nuestro público. -Queda poco para que conozcamos su segundo disco, 'Bailódromo Vol. I.', ¿cómo ha sido el proceso de composición? -Para mí es una secuela del álbum que saqué el año pasado. Tiene que ver que me junté con una banda para el directo, con Los Cubatas y durante la gira del año pasado desarrollamos un sonido que nos apetecía plasmar en un disco. Eso que habíamos trabajado sobre el escenario y en el local de ensayo, ese sonido propio de la banda queda reflejado muy bien en este disco. Es un disco corto que presentamos ahora en las salas. -¿Es un disco de Carlangas con Los Cubatas? -No, es un disco de Carlangas, pero producido por Los Cubatas. -El primer álbum tuvo como productores a Ortiga, Bronquio… -¡Sí! A mí y a Mundo Prestigio también, que son Los Cubatas ahora mismo. Por eso este disco tiene un sonido más unificado y la producción íntegra suya. -Ha dicho que es una secuela. ¿Mantiene ese imaginario conceptual, ese sonido inspirado en las verbenas? ¿O se ha expandido a otros estilos? -Se llama así porque es un disco de música de baile, digamos, visto a través de nuestra mirada. Es un disco ecléctico, es decir, hay muchos géneros de baile, desarrollados por nosotros, que no hacemos revival de ningún género, sino que nos acercamos a estos desde un punto de vista más punk. -El proyecto Carlangas tiene como uno de los pilares el hacer canciones tristes para bailar, ¿la paternidad ha hecho que mute ese ánimo un poco o ha cambiado en algún sentido? -Son etapas de la vida. Lo que hablas en las canciones tristes que hacen bailar tiene que ver con la rumba, el bolero, géneros más clásicos que me gustan mucho y que hablan de cosas desgarradoras que pasan en la vida con ritmos que ponen a bailar a quienes los escuchen. No es incompatible celebrar la vida bailando con, no sé, tener sentimientos profundos. Haber sido padre es un viaje vital increíble, la verdad. Un proceso lleno de dudas y alegrías, te coloca en otra fase de la vida. Los artistas lo que tenemos que intentar es traducir estos sentimientos en canciones. -Ha sacado colaboración recientemente Russian Red. ¿Cómo surgió? -Esta colaboración surge del bolero 'Nosotros', que yo lo adapté al galego, adaptando también un poco su letra. Fue una colaboración muy natural. Admiro a Lourdes, toda su obra, desde hace tiempo me parece una de las voces más icónicas del pop español y le propuse entrar en esta versión cortita que yo había hecho. La hice para 'Bailódromo Vol. I' porque en todas las discotecas cuando se encienden las luces para desalojar ponen una canción más lenta, más triste, incluso a veces un poco decadente, y quería que este 'Nosoutros' hiciese esa función en mi disco. Que se acabara como en las discotecas, encendiendo las luces con una canción lenta que te manda a casa. -Decía que este es un disco corto. -Es una mezcla entre un EP y un álbum, son siete temas y más o menos tiene la misma duración del disco anterior. Va a ser como un serial, de vez en cuando revisite músicas que me gustan, desde mi perspectiva, y este es mi primer volumen. Me gustaría hacer más volúmenes. -Dijo en una entrevista que «vivir de la música es como hacer un salto mortal hacia atrás y caer de pie», ¿qué función juegan el directo, las salas y los festivales en esto de vivir de la música para proyectos como el suyo? -Para mí es importantísimo sobre todo la conexión emocional y energética con el público. Esto en las salas vive la máxima expresión. Es tu público, son espacios cerrados, más pequeños que una fiesta popular o un festival. Lo necesito como artista, también. Nunca he renunciado a nada, ni a tocar para mucha gente. De hecho, este verano hemos tocado para miles de personas y está genial, pero la otra cara de la moneda la necesito como el comer, vamos. Eso de poner la música al servicio de una fiesta, de gente que conecta con las cosas que tú cantas, para mí eso es clave. -En otra entrevista señalaba que para usted si la música no es colectiva o social, no es. ¿Cuál es su percepción sobre el arte y el vínculo colectivo o social? -Socialmente cada vez estamos más separados y cada vez somos más individualistas. La música todavía tiene ese poder de reunirnos alrededor del fuego a dar palmas y cantar. Me gustaría no perderlo, mis intenciones van por ahí. Creo en el poder contracultural de la música, es decir, para el sistema es mucho más fácil que estemos distanciados de alguna manera y la música lo que hace es juntarnos. Para mí es muy necesaria a nivel social, no solo la música, sino estos espacios de expresión que nos permiten emocionarnos con la misma cosa, guardarnos bajo el paraguas de la misma energía. -Según comenta, tiene una relación especial con Sevilla y con el sur. -Desde pequeño he viajado mucho a Andalucía. Le tengo un cariño especial. He vivido momentos que me han hecho muy feliz. Para revivir esos momentos desde Galicia escuchaba mucha música de ahí: Pata Negra, Kiko Veneno, luego me metí un poco más en el flamenco sin ser experto, pero soy aficionado, digamos. Cuando empecé a tocar, conocí a gente del underground sevillano como Derby Motoreta [Burrito Kachimba], a los Vera Fauna, a gente así de la que acabé siendo amigo. Y que van a colaborar en mi concierto el día 19 [de octubre] y que me han enseñado partes de la ciudad que no conocía, o que conocía por canciones. He coincidido con Kiko Veneno unas cuantas veces y me parece un absoluto maestro y un referente. Todo esto me ha llevado a tener una relación muy especial con la música de la ciudad y con Sevilla en sí mismo. Me encanta viajar ahí, la verdad. -Si tuviera que resaltar un elemento de su música que se ha visto más influenciado por Sevilla, ¿cuál sería? -La alegría, creo. A pesar de hablar de cosas tristes, desamores o desilusiones, siempre hay un poso de alegría que te hace tirar para adelante y esto a mí me gusta muchísimo de Sevilla. Es una ciudad muy alegre y pasan cosas malas y buenas como en todos sitios pero cómo afrontas las cosas es algo clave de Sevilla y por eso me gusta tantísimo. Sevilla me encanta y para mí es un concierto clave este.

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