Oficinas más sostenibles, una de las claves del urbanismo del siglo XXI
El foro organizado por ABC y Acciona , 'Oficinas sostenibles para la regeneración urbana', abordó, el martes 3 de diciembre en la sede de Vocento-ABC, el desafío de la sostenibilidad en este contexto inmobiliario, en un entorno de crecimiento de población en los ámbitos urbanos (en menos de 30 años, el 85% de la población mundial vivirá en ciudades), con nuevos hábitos en la forma de trabajar, de vivir. Por ello, el sector debe ser capaz de estar alineado con el respeto al medioambiente. Los participantes en la jornada, moderada por el periodista Alberto Velázquez, fueron Andrés Pan de Soraluce, CEO de ACCIONA Living & Culture; María Paz Sangiao, Communities & New Developments manager de BREEAM en España; Bruno Sauer, director general de Green Building Council España y Reyes Pérez, directora de Clientes Globales de CBRE Design. Representantes que ofrecieron una visión multidisciplinar sobre un desempeño de interés general, bajo la influencia de la normativa europea, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, etc., ante la actividad de un sector en auge, como se señala en un reciente estudio de CBRE: la contratación de oficinas hasta septiembre ya supera a la del conjunto de 2023. Como señaló Pan de Soraluce, estos nuevos tiempos requieren un liderazgo en tipologías sostenibles de construcción «en el que las multinacionales, los fondos de inversión, los bancos, confirman la sostenibilidad como requisito ineludible, en un escenario en el que el nivel de certificación en España es aún bajo en este aspecto (con excepción de las grandes empresas)». Y destacó el ejemplo de la propia Acciona, cuyo Campus ha supuesto la concentración de sus oficinas en un solo lugar: «Implicó, en primer lugar, un ahorro de movilidad, en un espacio de densidad de construcción baja (60.000 m2 construidos en una extensión de 10 hectáreas), que consideramos como un parque botánico que, además, tiene oficinas, con un ahorro en eficiencia energética de un 40%, y hasta de un 50% de agua». Pan de Soraluce incidió, además, en que las oficinas deben ser capaces de atraer talento. Los participantes también destacaron la importancia del usuario, cada vez más concienciado de la necesidad de entornos de trabajo cada vez más sostenibles. Así lo destacó Paz: «Hay un convencimiento general, lo que repercute en mejores prácticas para una certificación posterior, tanto en exterior como en interior, como parte de un enfoque holístico, con muchos requisitos, para espacios que deben interactuar con su entorno». Y subrayó la importancia de la trazabilidad, «que permite establecer hojas de ruta, seguir planes de mejora, comparar resultados a partir de datos para sacar conclusiones». Datos que no se basan en un mero aprobado-suspenso, sino en un recorrido que llega desde lo bueno hasta el aspiracional excelente (en este caso, con ahorros que suponen un 100%, incluso con generación adicional de energía). Sauer señaló, por su parte, la importancia de «la capacidad de adaptación, de la transformación desde dentro, en una actividad en la que hay que reducir un 30% la materia prima ya existente en estos edificios, grandes generadores de residuos, más aún si se tiene en cuenta que su ciclo medio de reformas suele oscilar entre los siete-ocho años». Y avanzó una evidente tendencia para no 'salirse del mapa' en este entorno de sostenibilidad: «Veremos, cada vez más, cómo la iluminación, el suelo, la moqueta, tabiques, incluso elementos de fachada, no se compran, sino que se alquilan, y se sustituirán (y reciclarán) en su momento por las empresas proveedoras». El representante de GBC señaló, además, cómo la medición de la huella de carbono será obligatoria en edificios de más de 2.000 m² a partir de 2026, como parte de un proceso en el que la certificación supondrá, cada vez más, una metodología, unas reglas a seguir para configurar espacios urbanos más sostenibles. Una aspiración que, como destacaron los participantes, ya se ha realizado con éxito en ciudades como Hamburgo, Amsterdam o Manchester, y en la que Madrid puede incorporarse con ejemplos como la construcción de los nuevos desarrollos urbanísticos (Madrid Nuevo Norte, Valdecarros, Los Cerros, Valdebebas, etc.). Ejemplo de lo anterior fue el apuntado por el representante de Acciona: «Ombú, un espacio en la zona de Méndez Álvar que ha contribuido a revalorizar la zona sur de Madrid. Un esfuerzo colaborativo sobre una nave de 1903 (en su origen para producir energía a partir del carbón) que se ha convertido en uno de los edificios más sostenibles del mundo, con un parque de una hectárea y que ha incidido directamente en la vida del barrio, revalorizando las superficies destinadas a oficina y el 'built to rent' para un público joven». Como concluyó Pérez, se impone el sentido común («no podemos permitirnos espacios vacíos, muchas horas, a lo largo de la semana, por lo que, sin duda, hay que buscar soluciones más flexibles, con espacios adaptables, aún más cuando hay informes que apuntan a que el teletrabajo descenderá en los próximos años». Destacó, además, la importancia de las tres 'erres' («repensar, reutilizar, reciclar»), en un entorno en el que el 80% de los proyectos de la compañía que representa son oficinas, así como la relevancia del dato, de medir la huella de carbono en comparación con modelos anteriores («puede haber reducciones de un 30% de huella de carbono tan sólo por los materiales empleados»). Y en todo caso, y en coincidencia con el resto de participantes en el encuentro, con las personas en el centro: «Hay que escuchar a los usuarios».