Cayetano Tirado, el octogenario de Dos Hermanas que sigue domando y montando a caballo a diario

A sus casi 80 años , Cayetano Tirado Cerrada continúa, a diario, haciendo lo que más le gusta: estar rodeado de caballos , ayudar a domarlos y montarlos. En el año tiene varias citas ineludibles para montar en uno y participar en alguna de las actividades en torno a los equinos que se organizan en Dos Hermanas. Una de ellas, la m archa a caballo en memoria de Alonso López , que organiza, desde hace diez años la hermandad del Rocío cada 6 de diciembre, y en la que participan más de 400 caballistas, de la Venta Mauro al Rocío. En esta ocasión no podrá ir como quisiera por una pequeña intervención quirúrgica pero cuando llegue la Feria ya estará bien, al igual que en la próxima marcha a caballo al Cortijo de Cuarto, en septiembre , de la hermandad de Valme, a la que no ha faltado nunca. Y es que el caballo es su pasión . Nació y creció entre estos animales ya que sus padres se dedicaban a esta profesión en la localidad vecina de Los Palacios y Villafranca. Desde allí se trasladó a Dos Hermanas porque comprobó que no había ningún picadero en la zona y sí que había afición al caballo. De eso hace ya 54 años y permanece en el mismo lugar, en Las Portadas , un espacio en el que por entonces no había nada construido y que hoy cuenta con varias urbanizaciones de viviendas unifamiliares. Su conocimiento del mundo del caballo es muy amplio ya que, como él mismo afirma, «no sé hacer otra cosa y es a lo que me he dedicado siempre, pero eso sí, me gusta mucho, si no no estaría aquí». Principalmente, Cayetano se ha dedicado a domar caballos , una tarea que empieza cuando tienen aproximadamente tres años los animales y que dura otros dos más aproximadamente. La doma consiste, como relata, «en amansar al caballo y darle cuerda o picadero para montarlo y que obedezcan cuando se le habla o se le pide algo». Su predilección son los caballos de raza angloárabe por sus características, distinta a los demás, «son más habilidosos y fuertes» y en cuanto al pelo, «castaño o alazán». Cayetano reconoce que se trata de un trabajo muy sacrificado porque a los animales hay que cuidarlos a diario, ya sea lunes o domingo o festivo, «comen y beben todos los días y hay que bañarlos». Eso sí, «cuando estoy domando un caballo, me acuesto pensando en él y me levanto pensando en él ». Actualmente, en su cuadra hay unos 35 ejemplares , de diferentes razas. Sus propietarios los dejan para que los domen allí – Cayetano tiene un hijo y una hija que han heredado esta pasión- y otros para que los cuiden porque no tienen espacio para ello. A lo largo de su vida calcula que hay podido domar más de mil caballos , «siempre con la ayuda de alguien», apostilla. Cayetano fue picador durante más de dos décadas y, a caballo, ha recorrido grandes cosos taurinos como la Maestranza o Las Ventas. «A América nunca quise ir porque tenía que dejar mi negocio uno o dos meses y eso no me convencía», explica. Aparte, tiene en su haber premios a la doma vaquera y de acoso y derribo a nivel regional y nacional. Y aunque lo que más le gusta es hacer ejercicios y entrenamientos con los caballos también los monta a diario. «Llevo ya 54 ferias de Sevilla , de Dos Hermanas, Romerías de Valme y Rocío y mientras pueda así seguiré», asegura emocionado. El pasado mes de mayo, en la feria nazarena, le dieron un reconocimiento porque, a su edad, continúa formando parte del paseo de caballo s con una elegancia y un porte que nadie podría decir la edad que tiene. El momento fue entrañable ya que le hizo la entrega su amigo Fernando Carrasco Salvador . Ese día lo recuerda con cariño porque no sabía nada y porque lo acompañaban dos de sus nietos, Cayetano y Martina, que consiguieron sendos premios en la Feria. En el mundo de la doma, Cayetano es toda una institución y le han traído caballos para domar de Bilbao, Barcelona, Valencia, Gran Canari a y él ha ido a Francia a hacer exhibiciones. Una vez el caballo está domado, la mayoría de los dueños se lo llevan aunque él siempre tiene tres o cuatro de su propiedad. Además, ha creado escuela ya que muchos picaderos de los que hay en Dos Hermanas y alrededores han aprendido el oficio con él. Maestro de maestros y enamorado completamente del caballo, ni el calor ni el frío ni las horas que ha dedicado y dedica a los caballos le pesan a Cayetano que sentencia convencido que seguirá domando y montando « mientras el cuerpo aguante».