Monseñor Peña Parra visita la capilla de los Marineros y reza ante la Esperanza de Triana
La estancia en Sevilla con motivo del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular le está cundiendo a monseñor Edgar Peña Parra . El enviado especial del Papa, que presidió la ceremonia de entrega de la Rosa de Oro a la Macarena el pasado martes 3 de diciembre y un día más tarde visitó la basílica del Gran Poder, ha cruzado el río este jueves para visitar la capilla de los Marineros. Justo después de terminar la rueda de prensa que ofreció a las doce del mediodía en el Palacio Arzobispal, monseñor Peña Parra se trasladó junto al arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, hasta la calle Pureza para conocer a la hermandad de la Esperanza de Triana , donde fue recibido por su hermano mayor, Sergio Sopeña. Allí, y ante una gran muchedumbre de devotos y curiosos, el sustituto de la Secretaría de Estado y legado pontificio para el Congreso contempló a la Virgen de la Esperanza entronizada en su paso procesional y rezó ante Ella, quedándose prendado de su belleza hasta el punto de inmortalizarla desde diversos ángulos con la cámara de fotos de su teléfono móvil. También firmó en el libro de la hermandad y recibió un cuadro de la dolorosa trianera, además de hacerse la foto de rigor delante de las andas de la Virgen. El hermano mayor le mostró todos los detalles del palio y del patrimonio que la corporación de la Madrugada sacará a la calle con motivo de su participación en la Magna. También hubo tiempo para detenerse ante el Santísimo Cristo de las Tres Caídas . Monseñor Peña Parra se arrodilló ante la talla y le rezó en el momento más íntimo del rato que pasó en territorio trianero. Testigos de la visita del prelado venezolano a la capilla de los Marineros destacan la cercanía demostrada por el mismo, que se acercó a saludar amablemente y con afecto a muchos de los sevillanos allí presentes antes de marcharse, todo ello pese a que se había sobrepasado en unos minutos el horario de apertura del templo. La ocasión, sin duda, lo merecía.