El Vaticano y SacroExpo premian a Kiko Argüello por su arte

Abc.es 
Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal, ha recibido la medalla 'Per Artem ad Deum' que otorga cada año la Asociación SacroExpo a artistas o instituciones cuyos logros artísticos contribuyen al desarrollo de la cultura y la espiritualidad humana. Es el único galardón que cuenta con el patrocinio del Dicasterio para la Cultura y la Educación de la Santa Sede. La entrega del reconocimiento tuvo lugar en la iglesia del seminario Redemptoris Mater de Roma, precisamente un ejemplo del arte que Kiko Argüello ha desarrollado a lo largo de todo el mundo auspiciado por la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II. Con tan solo 20 años recibió el premio nacional extraordinario de pintura en España, pero abandonó su prometedora carrera de pintor ante un vacío existencial que le llevó a vivir entre los pobres de Madrid. Es allí donde nació, gracias a su encuentro con Carmen Hernández, el Camino Neocatecumenal . Desde ese momento de conversión y con la expansión de esta iniciación cristiana para llevar a la fe a los alejados de la Iglesia, ha promovido una nueva estética que acompaña este acercamiento progresivo a la fe. Su aportación no se circunscribe a un único género. Pintura, arquitectura, escultura, música o poesía han sido algunos de los campos en que ha destacado. En ese sentido Andrzej Mochón, presidente de Targi Kielce y la SacroExpo, ha subrayado en el acto de entrega del galardón que «la obra de Kiko va mucho más allá de la actividad tradicional de creación artística». «A través de la pintura, entendida como reflejo de la luz de Dios, y de la música, lenguaje universal capaz de abrir el corazón a la dimensión del espíritu, él encuentra una manera de anunciar el Evangelio al hombre contemporáneo». Y no sólo eso, porque pone « su vocación artística al servicio de la Iglesia y de su liturgia, componiendo música para los Salmos, otros pasajes de la Escritura, himnos de la Iglesia primitiva, así como poemas espirituales extraídas de sus escritos». Por su parte, Segundo Tejado, presidente de la Fundación Obra Artística de Kiko Argüello, ha resaltado que el arte sacro «se había desplazado del lugar sagrado al museo , a la sala de exposiciones, a los salones de los coleccionistas, anulando así su valor cultual y litúrgico». Sin embargo, «Kiko devuelve la obra de arte a la liturgia; dentro de una comunidad viva, una asamblea que celebra los misterios de la salvación». Es más, «arranca el arte del contexto del 'negocio'» porque «no cobra por sus obras», sino que « busca un arte para los pobres , para la liturgia» provocando «que el arte cumpla su verdadera y elevada misión: llevar el corazón del hombre a la Jerusalén celeste, para experimentar el amor que Dios nos ha mostrado en Cristo». Pero para Argüello, como reconoció en la entrega de la medalla, lo más importante de toda su obra artística ha sido « abrir un Camino de Iniciación Cristiana en toda la Iglesia, que está ayudando a tantas familias y a tantos jóvenes» y continúa siendo una de las realidades eclesiales más pujantes y entusiastas de la Iglesia. A lo largo de su carrera ha recibido el apoyo de los diferentes Papas desde Pablo VI, también de Francisco. Y al mismo tiempo también ha sufrido incomprensiones , persecución y críticas por su arte a pesar de que grandes expertos como la especialista rusa Irina Yazykova elogiaba sus obras pictóricas, o su arquitectura suscitaba el interés de destacados arquitectos.

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