Uno de los 20 restaurantes más icónicos del mundo está en Sevilla

El prestigioso portal gastronómico TasteAtlas ha publicado su lista de ' los 100 restaurantes más icónicos del mundo 2024/25' , destacando establecimientos que han dejado una huella imborrable en la gastronomía mundial por su autenticidad y tradición. En esta selecta clasificación, El Rinconcillo, el bar más antiguo de Sevilla, ha conseguido el puesto número 20 , reafirmando su estatus como una parada imprescindible en la capital hispalense. España brilla con luz propia en esta lista con un total de nueve restaurantes, liderados por El Pimpi, en Málaga , que ocupa el décimo lugar, y Casa Labra, en Madrid, en el puesto 14. Sin embargo, la mítica taberna sevillana se sitúa como el tercer representante nacional, gracias, en parte, a su célebre salmorejo. El ranking está encabezado por el restaurante vienés Figlmüller , conocido por su emblemático schnitzel, pero España no se queda atrás con nombres que abarcan desde la tradición más castiza hasta sabores de proyección internacional. Ubicado en pleno corazón de Sevilla , El Rinconcillo no necesita presentación para quienes entienden que una buena tapa puede contar siglos de historia. Fundado en 1670, este emblemático establecimiento ha sido testigo del paso del tiempo, siendo es un pedazo vivo de la historia de Sevilla. Cuántas generaciones de sevillanos y visitantes han acudido aquí para disfrutar de un entorno auténtico y de recetas que no pasan de moda es una cifra difícil de calcular. Aquí manda el abecé de nuestros sabores, desde las clásicas espinacas con garbanzos hasta las crujientes pavías de bacalao, dejando claro que El Rinconcillo ha sabido conquistar paladares con platos que representan la esencia de la cocina andaluza. Y aunque el local cuenta con un restaurante en la planta superior donde el arroz caldoso y los berberechos brillan con fuerza, la barra sigue siendo el epicentro de la experiencia: un lugar donde pedir un buen jamón y acompañarlo con una copa de vino. ¿La cuenta? Tan honesta como su cocina. Comer en El Rinconcillo no es solo una experiencia gastronómica, sino también un viaje al pasado que, afortunadamente, sigue tan presente como siempre.