La sonrisa del fiscal
Me despista la eterna sonrisa, en realidad blanda sonrisilla, del fiscal general Ortiz. En ocasiones se me antoja la sonrisa artificial y nerviosa del que oculta algo, pero luego no lo tengo tan claro porque todos intuimos, ejem ejem, presuntamente, que en verdad algo oculta, con lo cual rechazo esa mi primera ocurrencia por fácil, por demasiado obvia. Otras veces me parece que la mueca pelín quebrada que se dibuja sobre su faz no es sino parapeto ante la adversidad, blindaje aterciopelado contra el marrón que le acecha, refugio difuso para confundir al adversario. ¿Y por qué sonríe siempre el señor Ortiz? Pues lo ignoramos, más allá de su posible carácter risueño y de un profundo deseo por caerle bien... Ver Más