La hora de la verdad del 'cordón sanitario' austríaco

Abc.es 
Al presidente austriaco Alexander van der Bellen, militante verde y exsocialdemócrata, le tocó ayer hacer algo que había dicho que no quería: encargar al líder de la ultraderecha, Herbert Kickl, que forme gobierno. Van der Bellen ha visto pasar siete cancilleres desde que llegó al cargo en 2017 e hizo todo lo posible porque Kickl, que logró la primera mayoría en las elecciones de septiembre no recibiera el encargo. Pero tras el fracaso del conservador Karl Nehammer en sus negociaciones con los socialdemócratas, el 'cordón sanitario' en la política austriaca ha colapsado, gracias a sus principales promotores, el centroizquierda. Ha llegado el momento de comprobar si en el caso de Austria mantener fuera de las instituciones a la ultraderecha la fortalece o la debilita. Y descubrir si el auténtico peligro para la democracia liberal reside en el signo político del que llega al poder o en el respeto a las reglas preexistentes y a la independencia de las demás instituciones.

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