Acuerdo para el reparto del poder de la UE: Von der Leyen seguirá en la Comisión Europea y António Costa presidirá el Consejo
Acuerdo para el nuevo reparto del poder de la UE. Los negociadores de las tres familias políticas implicadas (populares, socialistas y liberales) han cerrado un principio de acuerdo para que Ursula von der Leyen siga al frente de la Comisión Europea y el exprimer ministro portugués, António Costa, presida el Consejo Europeo. La primera ministra estonia, Kaja Kallas, sucederá a Josep Borrell al frente de la diplomacia como alta representante de la UE y la presidencia del Parlamento Europeo se dividirá, como siempre, entre populares y socialistas a lo largo de la legislatura.
Ese es el acuerdo que han alcanzado en una reunión telemática este martes los primeros ministros de Grecia y Polonia por el PPE, Kyriákos Mitsotákis y Donald Tusk, respectivamente; Pedro Sánchez y el alemán Olaf Scholz, como representantes de los socialistas; y Emmanuel Macron y Mark Rutte, de los liberales. Esa cita ha servido para cerrar los detalles sobre los futuros altos cargos de la UE que los líderes de los 27 tendrán que ratificar por mayoría cualificada (al menos un 55% de los países y que representen el 65% de la población europea) en el Consejo Europeo que se celebra en Bruselas el jueves y el viernes.
Las conversaciones comenzaron el pasado lunes en una cena informal que acabó sin acuerdo por la exigencia del Partido Popular Europeo de dividir el mandato del Consejo Europeo que, en principio, tiene una duración de dos años y medio prorrogable otros dos años y medio. Fuentes socialistas aseguran que el acuerdo alcanzado “respeta la tradición de prolongar a todo el mandato la presidencia del Consejo” hasta los cinco años. “Como ha sido siempre”, precisan. Sin embargo, desde el PPE dicen que su interpretación es “distinta” y se remiten al reglamento del Consejo, que establece un mandato de dos años y medio.
Los socialistas se plantaron la semana pasada ante la posibilidad de que el PPE pretendiera hacerse con la presidencia del Consejo Europeo la segunda parte de la legislatura. El argumento de los populares es que van a estar infrarrepresentados en ese momento (en el que aspiran a tener más gobiernos que ahora y señalan Alemania y España, en el hipotético caso de que un adelanto electoral les diera la posibilidad de gobernar) al tener sólo la presidencia de la Comisión Europea dado que la Eurocámara tradicionalmente se divide.
En esta ocasión, la popular maltesa Roberta Metsola seguirá al frente del Parlamento Europeo dos años y medio y después el puesto corresponderá a los socialistas, previsiblemente italianos, que son la delegación más grande (con 21 eurodiputados) y han cedido la presidencia del grupo a la española Iratxe García, que representa a la segunda fuerza con 20 escaños.
El acuerdo para los altos cargos de la UE se ha cerrado sin la participación de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que el pasado lunes dejó entrever su malestar por la negociación a tres bandas de la que quedó al margen. El único cargo que tiene que ratificar la Eurocámara es el de la presidencia de la Comisión Europea y, en principio, le salen los números para llegar a la mayoría fijada en 361 votos con populares (189), socialistas (136) y liberales de Renew (74).
No obstante, hace cinco años Von der Leyen tuvo que sudar la camiseta para lograr el apoyo de la Eurocámara y salió adelante sólo por nueve votos sobre el resultado requerido, a pesar de que tenía un margen de 44. Hubo fugas en las delegaciones de los tres grupos que conforman la mayoría. Por eso Von der Leyen ha hecho guiños a algunas formaciones de la extrema derecha, como los Fratelli d'Italia de Giorgia Meloni para que la apoyen.
Meloni ha quedado fuera del reparto del poder, pero Italia presionará para tener un buen puesto (una vicepresidencia ) en el futuro Colegio de Comisarios. Son los países los que tienen que hacer las propuestas para el gobierno comunitario y le corresponderá a Von der Leyen como presidenta hacer el encaje de las piezas. No obstante, los comisarios tienen que pasar también el examen de la Eurocámara. En la anterior legislatura, los eurodiputados tumbaron las propuestas iniciales de Viktor Orbán y Emmanuel Macron.
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