Enfermeras en Murcia denuncian que trabajan fuera de su área: "Hoy he hecho un cribado prenatal sin tener ni idea"
En esa estereotipada situación de las antiguas películas americanas en las que alguien sufre un repentino ataque al corazón, siempre hay una voz apurada que pide auxilio, diciendo: “¿Hay un médico en la sala?” y, de vez en cuando, la respuesta es sí. A veces uno se pregunta si un pediatra o una otorrinolaringóloga pueden salvar a un paciente de un infarto en un restaurante carísimo y abarrotado de comensales estupefactos, pero esto solo ocurre en las películas. O no. elDiario.es de la Región de Murcia ha estado hablando con enfermeras que han trabajado y trabajan en el Servicio Murciano de Salud (SMS) y todas denuncian lo mismo: las ratios, las listas de espera y la itinerancia de servicios del personal sanitario son un peligro para el paciente. Todas ellas han pedido sustituir sus nombres por otros, por temor a represalias por parte de la administración.
Marina (27) dice: “Hoy me han puesto en consultas de matrona, haciendo una consulta que se hace en la semana doce del embarazo. He hecho una anamnesis, un cribado prenatal, sin tener ni idea”. Igual que ella está Carmen (35), que se queja de haber pasado en el último mes por medicina interna, oncoginecología y por maternidad, y Laura (40), que en su última incorporación al SMS le tocó estar en el equipo volante. “El equipo volante, básicamente, es que tú estás para lo que haga falta. Una semana te mandan a UCI porque hace falta gente en UCI, a la siguiente te has ido a traumatología y acabas el mes en la puerta de urgencias. Soy matrona, a ver qué pinto yo en urgencias si no es para un parto”.
Además del riesgo para el paciente, enorme en según que circunstancias, como una cirugía, la incertidumbre y la inseguridad pasan mella en los trabajadores. José (28), dice que no conocer los protocolos y las rutinas de cada área genera un estrés enorme. “En teoría, debería funcionar todo de la misma manera, pero en la práctica, cada área tiene sus formas de actuar propias, sus trucos y sus cosas, y no te puedes adaptar cada dos semanas a una cosa nueva. Además sin formación… imagina”.
También complica la labor del personal fijo, que tienen que emplear parte del tiempo en enseñar a sus compañeras: “Una mañana se incorporó un compañero a un área de la que no tenía ni idea, y no sabía hacer, normal, la mayoría de las cosas. ¡Pues se las tuve que enseñar yo, que las había aprendido el día de antes! Así con todo”.
Hacer el EIR o entrar a la bolsa general
Una parte del problema es la situación de la bolsa de trabajo en la Región. Marta (30), de Huelva y egresada en la UMU, se queja de lo complicado que es trabajar de tu especialidad en el SMS: “En Extremadura, por ejemplo, tienes bolsas concretas por especialidad en distintos campos, no como el EIR, sino que va más allá, como hematología, oncología, diálisis... En Murcia, en cambio, solo hay una bolsa general, para entrar por tu especialidad tienes que pasar por el EIR (es decir, el examen para acceder a una formación especializada), si tienes un máster o experiencia, ni te molestes, porque vas a pagar las tasas para nada”.
También manifiesta que, cuando la llamaron para darle el contrato no sabían decirle a qué unidad estaba destinada hasta que llegó: “Lo mismo me ponen en quirófano, después del paseo a las seis de la mañana desde Huelva, me ponen en quirófano y a mí me da algo”.
Desde la Consejería de Salud de la Región de Murcia defienden que “los equipos volantes de Enfermería son una herramienta diseñada para cubrir las diferentes eventualidades que puedan darse en los distintos servicios hospitalarios. Estos profesionales de todas las áreas de Salud, salvo que se dé alguna eventualidad, disponen de la información sobre su turno y el servicio al que van con un mes de antelación”.
Además, añaden: “Estos equipos volantes están compuestos mayoritariamente por personal de plantilla, que es distribuido por servicios (UCI, quirófanos, etc) en función de sus conocimientos y mayor experiencia, de manera que la asistencia sanitaria que se preste sea de calidad. Y cuando se incorporan nuevos profesionales de Enfermería, siempre se tiene en cuenta en qué servicios o unidades han trabajado con antelación” y “recuerdan” que este verano se han contratado más de 5.900 profesionales para reforzar los servicios en todas las áreas, de los que 2.000 son enfermeras.
Javi (38), enfermero murciano afincado en Gipuzkoa, cree que estas declaraciones de la Consejería no se acercan lo más mínimo a la realidad: “Ni te avisan con un mes de antelación ni respetan tu área de conocimiento; no tienen en cuenta los conocimientos a la hora de distribuir el personal, sino sus necesidades de rellenar un hueco, sin importar la formación ni la experiencia: el de UCI se va a trauma y el de quirófano acaba en oncología”.
La estabilidad de una generación que no llega
“Me llamaron para cubrir una baja de un mes a media jornada y empecé el 1 de abril. Mi contrato es de 65 horas al mes; estamos a día 19 y llevo 85 horas. Esas horas de más, no me las pagan, así que he ido hoy a hablar con la supervisora y viendo que me he pasado de días me ha quitado días de curro. Pero te la intentan colar, te meten la gamba si pueden”.
Violeta (29) compagina sus interinidades en el SMS con su trabajo en una clínica privada. “¿Sabes lo que cobro por trabajar los findes? 500 euros al mes por 6 turnos de trabajo, y en el SMS cobro 1000 euros por la media jornada. ¿Quién me va a dar una hipoteca con un trabajo que tengo que el único fijo que tengo es el de la clínica y son 500 euros? Que mi novio cobra otra mierda, no sé. Queremos casarnos y tener un hijo y una casa y él no sé si cobra 1100 euros”.
Los problemas de salud, como parte sustancial del trabajo, también se los lleva una a casa: “No duermo bien, tengo pesadillas horribles porque vivo con miedo. Tengo miedo de cagarla con una vida. Dos trabajos porque con uno no me da el sueldo, y en fin de semana me ingresan un crío a las tres de la mañana, dudo de todo lo que hago, me da miedo hacer mi trabajo porque no puedo hacerlo bien en estas condiciones”. “Dime si estás preparado para estar 12 horas en una planta con niños con cáncer y al día siguiente otras 12 horas en una planta de bebés recién nacidos, no tiene ni pies ni cabeza”, culmina Javi, que complementa con su experiencia el verano pasado en el SMS.