Uno de los palacios más espectaculares del mundo está en Portugal: secretos, simbolismo y un pozo único

La localidad de Sintra, a 30 kilómetros de Lisboa, alberga algunas de las mayores maravillas del país, de entre las que destaca especialmente un palacio nacido de la combinación de diferentes creencias religiosas y estilos arquitectónicos

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Recorrer las entrañas de Portugal, y concretamente de la capital, Lisboa, equivale a maravillarse con las joyas que el país vecino esconde. Desde la desembocadura del río Tajo, que custodia un enorme puerto, hasta las calles empedradas y llenas de tradición, la ciudad lusa esconde multitud de secretos esperando a ser descubiertos.

Sin embargo, existe uno que destaca por encima del resto por su complicada historia y por su espectacular mezcla entre arquitectura y naturaleza. La Quinta de Regaleira, en el municipio de Sintra, a menos de media hora de la capital lusa, se ha establecido como un destino obligatorio para todos aquellos que planeen una visita al país vecino.

El emplazamiento, también denominado Palacio de Regaleira o Palacio de Monteiro el de los Millones -conocido así por el apodo de su primer propietario-, es una enorme construcción ubicada en el centro histórico de Sintra que conjuga arquitectura gótica, románica, renacentista y manuelina en una sola construcción de más de 350 años.

La historia de la Quinta de Regaleira

Aunque el espacio estuvo ya transitado en años anteriores, no fue hasta 1697 cuando José Leite se hizo dueño de una enorme propiedad en la que ahora se ubica el palacio, aunque fue vendido en subasta pública apenas 18 años después. Así, cambió de propietario en varias ocasiones hasta que en el año 1892 la propiedad pasó a manos de António Augusto Carvalho Monteiro.

Tras su adquisición, el millonario mandó construir todos los edificios que pueden verse a día de hoy basándose en algunos de los estilos arquitectónicos más llamativos de todo el viejo continente y plagado de referencias a diferentes religiones.

Esta tarea fue llevada a cabo gracias al arquitecto paisajista Luigi Manini, quien se recorrió toda Europa tomando nota de los estilos arquitectónicos más destacados de cada zona. Además, el artista no solo supervisó las obras de construcción del espacio, sino que también planeó un enclave envuelto en frondosa vegetación y muy mimetizado con la naturaleza.

La Quinta fue vendida en varias ocasiones más, aunque todos los dueños mantuvieron las construcciones, agregando pequeños añadidos y respetando las edificaciones ya existentes. Así, en el año 1997 el Ayuntamiento de Sintra adquirió el patrimonio, lo recuperó y lo abrió al público. El enclave es también Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

El contexto religioso que rodea el enclave

El principal valedor del palacio, Carvalho Monteiro, destacó por ser un hombre culto y muy adinerado -como indica su apodo Monteiro dos Milhões o 'Monteiro el de los millones', en castellano-. El hombre, brasileño de ascendencia portuguesa, quiso construir un espacio repleto de referencias religiosas y esotéricas en donde reflexionar sobre todas sus creencias.

Por ello, la principal creencia que instauró en la zona fue la del cristianismo desde un punto de vista fatalista, del final de los tiempos -también conocido como cristianismo escatológico-. Así, Monteiro plasmó todas sus creencias que se fundamentaban en la salvación del alma tras la muerte y en la salvación de aquellos que hubieran sido verdaderamente fieles.

Qué ver en la Quinta de Regaleira

El Paseo de los Dioses -también conocido como Rellano de los Dioses- es una de las vistas más impresionantes de las afueras del palacio. Ubicado en el jardín, el camino está presidido por una estatua de Hermes, el dios griego considerado el mensajero del Olimpo, quien comanda un paseo en el que se encuentran estatuas de las principales deidades de la mitología helénica.

Tras el paseo por los jardines, es posible apreciar el Pozo Iniciático, quizás el mayor reclamo del enclave. El mismo se basa en una galería subterránea con escaleras en forma de espiral que esconde una cruz templaria en lo más profundo.

Monteiro también llevaba a cabo rituales y cultos relacionados con la alquimia y la masonería. Muestra de ello es el nombre que recibe el pozo, ya que se denomina iniciático porque era utilizado para los rituales de iniciación masónicos. En el fondo de la construcción, debajo de la cruz, es posible apreciar un mosaico en mármol de la rosa de los vientos, símbolo relacionado con la Orden de Rosacruz, una fraternidad secreta nacida a finales del siglo XIV.

Además, el pozo está conectado a otras zonas del castillo como la Entrada dos Guardiões -Entrada de los Guardianes en castellano-, un espacio amplio que servía como terraza para realizar conciertos y acciones teatrales. De igual manera, el pozo iniciático también conecta con el lago de la cascada y el Pozo Imperfecto.

El palacio es el edificio principal de la quinta, en él es posible disfrutar de pasillos y decorados balcones, columnas, puertas y ventanas, todos influenciados principalmente por el estilo manuelino clásico en Portugal. En las entrañas del palacio es posible apreciar una biblioteca y un laboratorio de alquimia en la torre octogonal. Durante el recorrido por la construcción, también se puede disfrutar de gran cantidad de salones, de entre los que destaca el Salón de Caza, tanto por su decoración como por su impresionante chimenea.

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