Di adiós a tus ollas quemadas: cómo dejar impecable el fondo de las cacerolas y que parezcan nuevas

Aunque a veces parezca mejor idea tirar los utensilios de cocina y comprar otros nuevos por su suciedad, estos consejos te permitirán limpiarlos en tan solo minutos

¿Cómo limpiar una sartén para no estropear su capa antiadherente?

Aunque hay quienes prefieren preparar raciones semanales por falta de tiempo, o bien directamente salir a comer fuera, lo más probable es que te toque cocinar cada día. Y eso, con el tiempo y el uso, conlleva que nuestras ollas y cacerolas vayan acumulando restos de comida y aceite.

Independientemente de si eres un chef experimentado o un cocinero amateur, existen algunos platos que por su preparación, por los alimentos utilizados o por los procesos de cocción, hacen que sea prácticamente inevitable que se peguen restos al fondo de la olla, obligándonos a buscar formas de solventar este problema.

Aunque a veces pueda parecer la alternativa más sencilla, tirar la olla no es la solución; hay métodos de lavado caseros que te permitirán retirar toda la suciedad incrustada y volver a dejar el fondo de tus cacerolas como nuevo sin apenas esfuerzo.

Vinagre y bicarbonato de sodio

Tanto el vinagre blanco de limpieza como el bicarbonato de sodio son elementos mágicos a la hora de limpiar cualquier suciedad, desincrustar restos difíciles y desodorizar. Por ello, no es de extrañar que sea una de las combinaciones posibles para combatir las ollas quemadas.

Para aplicar esta combinación, llena una olla de agua tibia hasta cubrir completamente la zona quemada. A continuación, añade una taza de vinagre blanco y enciende el fuego hasta que la mezcla comience a hervir. Una vez llegue al punto de ebullición, retira la cacerola del fuego y añade dos cucharadas de bicarbonato de sodio.

Deja que la mezcla burbujee de manera efervescente durante al menos cinco minutos. Tras ello, vacía la cacerola y frota los restos quemados con una esponja intermedia, que no sea muy dura. Los restos deberían desprenderse con facilidad.

Otro truco con el bicarbonato de sodio es el de formar una pasta. Para ello, mezcla tres cucharadas de bicarbonato con dos de agua, el objetivo es que quede una pasta bastante espesa. A continuación, aplícala sobre las zonas que tengan restos de quemaduras o sobre las más difíciles y déjalo actuar al menos media hora. Para finalizar, utiliza un cepillo para desprender los restos solidificados y enjuaga la olla con agua tibia después.

Estropajos de lana de acero o papel de aluminio

Uno de los métodos más comunes y al que la gente recurre desde hace décadas es el de frotar con un estropajo de lana de acero. Estos utensilios son muy útiles al ser más duros, lo que permite rascar de manera más eficiente la suciedad más incrustada.

Si no tienes uno de estos estropajos en casa, hay una alternativa con la que podrás cumplir la misma función, y no es otra más que utilizar papel de aluminio.

Coge un trozo de papel de aluminio del rollo y haz una bola con él. Es importante que la bola sea uniforme, pero que no esté muy apretada, ya que cuantos más picos queden al descubierto más sencillo será que cumpla su función. Utiliza el papel de aluminio como estropajo y añádele agua o jabón de lavavajillas si fuese necesario.

Limón y sal

Si aún no has hecho la compra o no tienes muchos elementos de limpieza por casa, este truco te interesa: no solo es sencillo, sino que además solo requiere productos básicos en una cocina como son la sal o el limón.

Para ello, corta un limón a la mitad y exprime todo su jugo sobre la zona quemada. A continuación, espolvorea una buena cantidad de sal sobre las zonas quemadas de la cacerola, debe de quedar bien impregnado de sal, pero no cubierto completamente.

Tras ello, frota con una mitad del limón sin aplicar mucha fuerza sobre los restos de quemaduras. De esta manera, contribuirás a combinar la mezcla y levantar la mayor parte de residuos posibles. Deja reposar la mezcla durante un cuarto de hora y trata de retirar los restos con una esponja y agua tibia.

También es posible añadir el jugo de limón a una olla con agua previamente hirviendo. Deja el agua reposar durante algunos minutos tras añadir el ácido cítrico y frota la zona quemada. Tras ello, enjuaga con abundante agua tibia.

Ambos métodos de limpieza con limón son excelentes opciones, por la facilidad con la que es posible realizarlos y por los ingredientes necesarios. Además, esta fruta tiene propiedades antioxidantes que dotarán a tus ollas de mayor durabilidad y un mejor olor.

Todos estos consejos son también efectivos a la hora de limpiar la suciedad más incrustada en sartenes metálicas. Sin embargo, hay que tener en cuenta el compuesto de la misma, ya que no todos los materiales reaccionan de la misma manera. Los tipos de sartenes en los que sí podrás aplicar cualquiera de estos trucos son:

  • Sartén de acero inoxidable.
  • Sartén de hierro fundido.
  • Sartén antiadherente -en este caso no es recomendable aplicar los trucos del vinagre y del aluminio-.

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