Algo huele muy mal en RTVE

'Política para supervivientes' es una carta semanal de Iñigo Sáenz de Ugarte exclusiva para socios y socias de elDiario.es con historias sobre política nacional. Si tú también lo quieres leer y recibir cada domingo en tu buzón, hazte socio, hazte socia de elDiario.es

La verdad es que iba a escribir de otro asunto, pero el desastre de las oposiciones fallidas de RTVE me ha hecho cambiar de tema. Mejor dicho, la estafa de las oposiciones, porque los 5.000 aspirantes tienen motivos para sentirse estafados. Económicamente, por los gastos que tuvieron que abonar para desplazarse los que viven fuera de Madrid y también porque es intolerable que una empresa pública tan relevante no sea capaz de organizar unas pruebas sin garantizar su limpieza. 

Lo que sabíamos ya era bastante impresentable. Pocas horas antes del inicio del examen, se supo que circulaba la mayoría de las preguntas elegidas que se supone que solo conocían los miembros del tribunal y poca gente más. La información que aparece en el acta de las reuniones de los responsables, conocida gracias a El País, pone las cosas aún peor. 

El tribunal está compuesto por cinco representantes de la dirección de la empresa y cinco vocales sindicales. Ellos son quienes han elegido las preguntas del examen. Se reúnen a las seis de la mañana del 29 de septiembre, unas horas antes de la prueba. El director de TVE en Catalunya, Esteban Crespo, comunica a los demás que se han filtrado 101 de las 120 preguntas. El tribunal decide en un primer momento que sea la empresa quien asuma la responsabilidad de suspender la prueba, una decisión inevitable a esas alturas. Comienza el escaqueo. 

Según El Mundo, que ha tenido acceso al texto de la denuncia presentada por RTVE ante la Policía, la filtración se conoce la noche anterior. Una integrante del tribunal recibe “una llamada de un compañero de profesión que le alerta de la filtración, de la cual no quiere aportar datos por miedo de que pueda sufrir represalias”. Otra fuente anónima les pasa las preguntas filtradas. Esa noche, los representantes de la empresa reciben toda esa información.

En otra reunión, cuando el tribunal ya se ha desplazado al lugar de la prueba, el director de Recursos Humanos de RTVE, Jorge de San José, pide a todos los vocales que decidan “qué es lo que quieren hacer como tribunal”. Algunas respuestas son inauditas. 

“No me siento capacitada para tomar esa decisión. No he formado parte nunca de un tribunal”, responde Margarita Enríquez, subdirectora de los centros territoriales de RTVE. No sé qué capacitación se necesita para entender que una oposición en la que algunos candidatos han recibido las preguntas no se va a realizar en igualdad de condiciones. 

“Si el tribunal no diese su opinión, ¿qué haría la empresa?, pregunta Julián Pérez, de UGT, que tampoco parece muy interesado en adoptar una posición. 

Es lógico que los miembros del tribunal quieran conocer las repercusiones legales de cualquier decisión, pero sorprenden las dudas sobre un desenlace que ya era evidente. Finalmente, el tribunal accede a suspender la prueba, una vez que sabe que la empresa ha decidido presentar una denuncia en comisaría. 

Según todas las versiones, la filtración sólo pudo salir de los representantes de la empresa y de los sindicatos en el tribunal. Las sospechas apuntan a los segundos, aunque nada está claro a la espera de que la investigación policial ofrezca más datos. 

Lo que resulta obvio es que fue un error que tantas personas participaran en la redacción de las preguntas. Cada miembro del tribunal aportó treinta preguntas y conocía las restantes. Ahora RTVE elegirá a un nuevo tribunal en el que sólo su presidente tendrá acceso a las preguntas. 

Hay una posibilidad muy real de que la filtración se produjo para beneficiar a algunos trabajadores de RTVE que llevan años en la empresa como interinos sin plaza fija. Habían pasado 17 años desde las anteriores oposiciones. 

Un grupo de trabajadores interinos o contratados que se han visto perjudicados por la suspensión de las oposiciones emitió un comunicado con el que exigieron medidas disciplinarias por el desastre, “y eso incluye a los filtradores, pero también a los que han sido beneficiados y han reenviado las preguntas y no han denunciado las irregularidades”. 

En resumidas cuentas, RTVE ha demostrado que no está en condiciones de organizar sus propias oposiciones y ya no puede fiarse de casi nadie para que dirija el proceso ni entre sus directivos o los representantes sindicales.

Algo me dice que podrían haber llegado hace tiempo a esa conclusión.

Felipe y Mariano

Mariano Rajoy y Felipe González forman una buena pareja cómica. Mariano pone los chistes y Felipe, las reflexiones aparentemente serias que no dejan de tener su gracia. Actúan todos los años en el Foro de La Toja, y tiene su mérito que les sigan llamando porque siempre ofrecen el mismo repertorio. 

Ambos son grandes fans del bipartidismo y de que el PSOE y el PP lleguen a grandes acuerdos. Este viernes, González dijo que los dos partidos reúnen ahora un apoyo similar al del pasado: “La concentración del voto en dos fuerzas políticas es muy parecida a la que era hace veinte años. La polarización no viene de abajo a arriba, sino de arriba a abajo”.

Ajá, una conspiración montada por los de arriba para perjudicar a los de abajo. Pero, un momento... ¿Los mismos votos que hace veinte años? ¿En serio? Veamos. En las elecciones de 2023 la suma de ambos llegó al 64,6%. Nos vamos a las del año 2000. Entonces, fue el 79,3%. Cuatro años después, el porcentaje fue similar: 80,3%. En 2008: 83,8%. 

¿Ha perdido González la capacidad de hacer sumas? Hay como mínimo quince puntos de diferencia entre los votos que consiguieron PP y PSOE en los últimos comicios y los que reunían hace unos veinte años. 

Es un poco de chiste que González altere una realidad que es tan fácil de comprobar. Pero los chistes de verdad son cosa de Mariano. En la cita del viernes, montó el número del tapón de la botella de plástico por aquello de que ahora va adherida al envase y eso es muy complicado. Es una norma europea para facilitar su reciclaje. A algunos les parece un horror que vulnera el sacrosanto derecho a desenroscar el tapón por completo. Ese fue uno de los pocos errores de los padres de la Constitución en 1978. Se les pasó incluirlo en el apartado de Derechos Fundamentales.

Coincido con la respuesta de Mario en Twitter: “Ha bastado unir el tapón a las botellas de plástico para desquiciar a los que hablan de la ‘generación de cristal’ y dicen que los jóvenes estamos constantemente ofendidos. Da que pensar”.

Pero, ojo, en el programa 'La Revuelta' han tomado nota y lo mismo invitan a Rajoy al programa. Risas garantizadas. Aunque no creo que responda a la pregunta de cuánto gana. Con la pasta que se llevan los registradores. Y con la del sexo, dirá que no se quiere meter en líos. Y los líos son lo peor que existe en la vida para Rajoy. 

La foto

Es una de las imágenes premiadas en el concurso Astronomy Photographer of the Year 2024. La foto es de Tom Williams. Eso tan pequeño que se ve en el centro es la Estación Espacial Internacional. Tranquilos, no está tan cerca del Sol como parece.

El titular cómico de la semana

“Los jóvenes ya no quieren ser camareros o albañiles: Pablo, Esperanza y Carlota prefieren 'ser funcionarios'”, dice El Español. NO SHIT. 

No quieren trabajar jornadas interminables en un bar por encima de lo que marca su contrato por un sueldo inferior a mil euros. No quieren trabajar como albañiles en un empleo que nunca ha tenido muchas vocaciones. Prefieren tener un empleo estable como funcionarios con un salario que probablemente les dé para vivir (ahora preparan oposiciones para entrar en las Fuerzas Armadas).

Qué les costaría ser emprendedores y montar una nueva empresa tecnológica en el garaje de su casa. Ah, que su casa no tiene sótano o garaje. Que sus padres no les pueden prestar o regalar decenas de miles de euros para comenzar. Afortunadamente, tienen mejores opciones que ser camarero.

El libro

Conocemos muy poco de África y lo peor es que conservamos una visión estereotipada sobre un continente inmenso y todas las culturas y realidades políticas que lo pueblan. Por no hablar de los que sólo lo ven como origen de una “invasión” a la que se enfrenta la muy blanca Europa. Dipo Faloyin, que nació en Chicago y creció en Nigeria, ofrece el libro 'África no es un país. Y otros estereotipos que debemos erradicar' para sacarnos de unos cuantos de esos errores. Inevitablemente, habla también del legado del colonialismo. El libro lo ha editado Capitán Swing.

Lo entrevistamos hace poco. “Si cerramos los ojos y pensamos en África, en el imaginario común existen dos ideas. La primera es la pobreza; la segunda, el safari. Y esas ideas responden a la visión del continente como una misión, como un lugar que necesita ser salvado o un lugar donde puedes interactuar con animales y, luego, salir. No se piensa como una realidad o como un lugar donde también pasan cosas mundanas como despertar, ir a la escuela, ir a trabajar, ir a un restaurante o incluso a un bar para reunirse con amigos. Esa es la diferencia fundamental. Porque cuando se escucha la palabra África, se piensa en causas, problemas, un lugar donde ocurre dolor y desastre. En ese sentido, África se convierte en una palabra que representa algo que no está basado en las vidas individuales de las personas. Y eso es lo que creo que debe cambiar”.

El libro me ha recordado unos vídeos fantásticos de hace diez años en los que se utilizaba el humor para hablar de salvadores blancos y de la visión europea sobre África repleta de lugares comunes. Vídeos como este con un concurso televisivo para elegir a alguien que salvará África. O este otro aun más gamberro. Qué decir de un recordatorio de la imagen violenta y terrible que ofrece Hollywood con sus películas.

Hasta el próximo domingo.

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