Siete niños y tres trabajadores de una escuela infantil pública de Madrid, intoxicados por comida en mal estado

La compañía suministradora volvió a ganar lotes del reparto de comida del Gobierno regional a las residencias públicas pese a haber entregado alimentos insalubres

El Gobierno de Ayuso propone adjudicar la alimentación de cinco residencias a la empresa que sirvió comida podrida

Siete niños y tres trabajadores de la escuela infantil pública El Tomillar de Torrelodones sufrieron una intoxicación alimentaria el pasado 31 de octubre, según ha adelantado la cadena Ser y confirma la diputada regional del PSOE Lorena Morales, avisada por las familias de los niños. La comida fue suministrada por Plataforma Femar, ya reincidente en la entrega de alimentos en malas condiciones a residencias de mayores en 2023, y que pese a ello logró nuevas adjudicaciones en la siguiente licitación por la que la Comunidad de Madrid subcontrata el reparto de alimentos a los 58 centros que dependen de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS).

Las familias están todavía a la espera de que Sanidad facilite los resultados de las pruebas sobre la comida insalubre, que según Morales fue un pollo en mal estado. La escuela de El Tomillar es contigua a la residencia infantil Nuestra señora de Lourdes y comparte cocina con esta, que es la que recibe la comida de Plataforma Femar. La Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, de la que depende la AMAS,  no ha respondido a elDiario.es a una consulta sobre lo sucedido, pero la Ser cita a un portavoz que confirma el episodio y lo circunscribe a cuadros de diarrea que no necesitaron hospitalización.

Empresa señalada por Competencia por integrar cárteles

La diputada socialista entiende que detrás de este nuevo episodio están los “pliegos de miseria” de la AMAS, que a la hora de puntuar las ofertas fijó una puntuación “mínima” para elementos tan importantes del suministro como el mantenimiento de la cadena de frío. Femar puntuó muy bajo en este apartado (0,66 puntos sobre cuatro), pero obtuvo igualmente tres lotes del contrato tras recurrir una resolución inicial que la dejaba fuera. La empresa también fue sancionada el pasado verano por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por formar parte de tres cárteles para el reparto de licitaciones, tras un expediente originado precisamente por una denuncia de la AMAS. La resolución de la CNMC fue posterior a la adjudicación del contrato actual.

La Comunidad de Madrid alegó, tras el primer episodio registrado, que la comida nunca llegó a servirse a los residentes. Morales recuerda que los informes de supervisión y control de la calidad higiénico-sanitaria del suministro, también subcontratados, “eran un clamor de cómo se rompía sistemáticamente la cadena del frío y cómo se entregaba la comida en mal estado”, y que el personal de los centros, por muy pendiente que pudiese estar, no puede controlarlo todo, pues no es su función ni todos los problemas de salubridad son aparentes a la vista. “Se ha producido una intoxicación a siete niños muy chiquitos y a tres trabajadores, con lo cual podríamos estar hablando de una desgracia. ¿Cuánta gente se habrá intoxicado en residencias y habrá pasado por una gastroenteritis o por otra cosa en comedores sociales y la gente nunca haya denunciado?”, se interroga. Entre los 58 centros de gestión directa de la AMAS hay residencias infantiles, residencias de mayores, centros ocupaciones, para personas con discapacidad intelectual y comedores sociales. Antes de que la Comunidad de Madrid decidiese unificar la contratación del suministro de alimentos, eran los propios centros los que elegían proveedores con cargo a sus presupuestos.

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