El desfalco de los ERE y la prostitución del TC con la corrupción sanchista

Como remedo de una popular serie televisiva de los noventa “Los ladrones van a la oficina” sobre las andanzas de unos cacos “sui generis” que se citan en el bar “La Oficina” para rememorar viejos golpes y planear otros nuevos, no hay delincuente del partido del Gobierno o de cuadrilla afín al que “La Oficina” del Tribunal Constitucional no ampare y exonere. Con Cándido Conde-Pumpido de camarlengo de Sánchez, no se admite más Juez Supremo que aquel al que le debe presidir una Corte de Garantías que suplanta al Tribunal Supremo como máxima instancia contenciosa y altera la ...

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