Diez minutos de emociones inolvidables en la pista central

Rafa Nadal llega al último juego de su probable último partido en su jardín de Roland Garros con la estadística en contra y el público al borde del paroxismo en su favor. Son 109 golpes ganadores de un Zverev imponente y 91 tiros letales del balear, que se ha defendido como un titán en su debut y despedida de 2024. Los últimos minutos de Nadal sobre la arcilla son un folclore de emociones, una parroquia entregada y un deportista ejemplar que no quería homenaje y resiste como puede a la lágrima. Nadal la pega larga de derecha, al fondo de la pista, y la pista central de Roland Garros, su techo cubierto para la lluvia, la grada reventada de gente asiste al momento consciente de vivir un momento histórico. ¿ El último baile del gigante de Manacor? Habla Zverev según marca el protocolo, pero el tenista alemán no puede invertir la tendencia de un estadio volcado. También él se refiere a Nadal cuando le preguntan por el partido: «Gracias Rafa, de mi parte y de parte del mundo del tenis. Es un gran honor estar aquí en este momento. Pero no quiero hablar mucho porque es el momento de Rafa». Noticias Relacionadas estandar No Roland Garros El Nadal más Nadal cede ante Zverev en primera ronda en París Laura Marta estandar No Tenis Narración del partido en directo: Nadal lucha lo indecible, pero sucumbe ante un gran Zverev Beatriz Rivera Amelie Mauresmo, la extenista francesa que ejerce como directora de Roland Garros, se acerca al banco donde Nadal procesa los sentimientos y, aunque no hay homenaje, sí le pide que se dirija al público, al tenis, al mundo que le escucha al borde la lágrima. Atiende el personal de la Chatrier, donde se han juntado los cracks de este deporte. Está aplaudiendo Djokovic , quien ha construido ante Nadal el duelo más repetido en la historia del tenis, 59 veces, con un balance de 30-29 para el serbio. Está Carlos Alcaraz, quien se deja las manos para ovacionar a la persona que le precedió en el pedestal. Está la número uno mundial, Iga Swiatek, emocionada. Y no ha querido perdérselo Rodrigo, el futbolista del Manchester City y de la selección española. Habla al fin Nadal, mientras lo observa su prole: su mujer, su hijo, su padre, sus tíos, sus entrenadores. «Es difícil hablar hoy. No se si será la última vez que juegue aquí, no lo puedo asegurar al cien por cien, pero lo he disfrutado. El amor que me ha demostrado la gente ha sido increíble. Ha sido un sentimiento especial de emociones«. Las palabras provocan llantos, la percepción general es que no volverá. Nadal lanza un mensaje sereno entre tanta congestión: «El futuro es difícil de predecir, ha sido un proceso largo y difícil, pero he jugado mejor que hace dos meses, no lo suficiente hoy ante Zverev. Quedan los Juegos Olímpicos en esta pista increíble, y para mí será inolvidable esta energía que he sentido gracias a vosotros«. El héroe se va sin que haya movido un alma del recinto. No hay firmas para los aficionados que esperan con pelotas gigantes a la entrada del vestuario. Nadal se retira a pensar.

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