Llega el mes más mediático de la vela en cuatro años

Está claro que la vela es un deporte residual para los medios de comunicación, aunque sea el que más medallas olímpicas y campeonatos del mundo da al deporte español. Con el comienzo de los Juegos Olímpicos, los aficionados a la vela mantienen la esperanza de que su deporte traiga medallas a España y, así, los medios de comunicación se vuelquen aunque sea solo ese día en el que los regatistas suben al podio. La vela solo sale en los medios si es de pago, es decir, si no tienes un convenio con los medios no sales ni en las clasificaciones, exceptuando en los Juegos Olímpicos, en los que sí se valora la importancia real de este deporte. España acude a los Juegos de París con los deberes hechos, o al menos con buenas sensaciones de cara a los resultados finales. Nuestros regatistas, que se han tenido que buscar la vida durante toda la Olimpiada y el algunos casos sufrir el acoso federativo, llegan a la Marsella, que es la sede de la vela, con ilusión y en muchos casos con la vitola de favoritos. Está claro que lo que cuenta aquí es el oro olímpico. Del segundo nadie se acuerda y del tercero, no digamos. En la delegación española hay mucha confianza en las dos medallas de oro que se pueden conseguir: el 470 y el 49er. Jordi Xammar y Nora Brugman y Diego Botín y Lorian Tritel están obligados a subir a lo más alto de podio. Todo lo que no sea eso no se considerará como éxito dentro de unos años. Ambas tripulaciones están capacitadas para lograrlo. Son los mejores y lo han demostrado, pero a la hora de la verdad y con la experiencia que tenemos de los dos Juegos pasados, las cabezas pasan factura y malas pasadas y al final se falla. Este es un mal de los equipos olímpicos españoles, que exceptuando a Luis Doreste y a Theresa Zabell, han fallado a la hora de la verdad en algunos Juegos. Luego nos quedan otras dos tripulaciones que algo podrán aportar, el 49er FX con Támara Echegoyen y Paula Barceló, que siempre dan la cara aunque es una clase complicada y los iQFOil de Pilar Lamadrid y de Nacho Baltasar. La sevillana da una de cal y otra de arena. Son sus primeros Juegos y la esperanza es que traiga algo positivo. Tiene desparpajo y si sopla buena intensidad de viento seguro que está a la altura. Por su parte, Nacho Baltasar es el «tapado» del equipo olímpico. Puede dar la campanada porque es un regatista muy completo, quizás de los más completos del equipo. Estas son las posibilidades de España porque todo lo demás es pura comparsa y acompañamiento para estos Juegos Olímpicos de París 2024. ¡A por ellos, chavales!

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