Un emocionado Roberto Bautista llora al ganar el título en Amberes más de un año después de romperse una pierna
Roberto Bautista Agut es un tenista que no suele expresar mucho sus sentimientos. En pista, por ejemplo, explicó en una entrevista con este periódico que era una estrategia para no dar pistas a los rivales. “No puedes imaginar lo feliz que me siento”, decía a pie de pista después de ganar al checo Jiri Lehecka (7-5 y 6-1) en la final del European Open, torneo ATP 250 que se disputa en Amberes. Es el duodécimo título de su carrera. Pero no es un trofeo más. Es uno “muy especial”.
Así lo demostraban las lágrimas que mostró al acabar el encuentro. Porque detrás de esta victoria hay meses y meses de trabajo por una situación que, quienes le conocen y trabajan con él, admiten que se puso oscura y casi negra. Roberto se rompió el peroné izquierdo en un accidente que tuvo montando a caballo, una de sus grandes pasiones fuera de la raqueta. Estuvo la segunda mitad del curso pasado casi sin jugar y la escalada ha sido complicada. Más para un jugador de 36 años, que ha llegado a ser el nueve del mundo y semifinalista en Wimbledon 2019, pero la ilusión ha podido más que todos esos datos. El parón le llevó un poco más allá del puesto 100 (en febrero era el 102 del mundo) en la clasificación de la ATP, lo que le ha hecho tener que jugar rondas previas para poder acceder al cuadro final de muchos torneos. “He tenido que luchar mucho, he jugado muchas qualys, bajé más allá del cien del mundo, pero iba a entrenar con una sonrisa, intentando ser mejor”, describió el tenista, que se dedicó un: “Me merecía una semana así”. Con humildad siguió preparándose y ha tenido recompensa.
También lloró Dani Gimeno Traver, el técnico que le ha acompañado en Amberes y uno de los que le ha apoyado en toda esta travesía. Bautista dominó la final ante Lehecka, número 33 del mundo y que también ha tenido problemas de lesiones esta temporada, casi de principio a fin. Sólo hubo un pequeño momento de duda, cuando el español sacaba para llevarse el primer set y sufrió el único break del partido. Se repuso rápido y no dejó ni que el parcial llegara al desempate.
Eficaz con su servicio (encadenaba juegos en blanco), en cuanto lograba restar, el duelo estaba donde quería. Con un tenis sólido, sin jugar a toda velocidad, pero sí muy profundo y con buen ritmo, dominaba los intercambios hasta que su oponente fallaba o le aparecía el hueco a él para poder atacar.
El último título de Roberto había sido Kitzbuhel, en 2022. Su semana es para enmarcar, con las victorias ante Van Assche, Etcheverry, Félix Auger-Aliassime, el único que le ganó un set; Hugo Gaston y Lehecka.
Este triunfo devuelve a Bautista al “top 50” (mañana será el 45 cuando se actualice la clasificación). El castellonense no se tomará nada de descanso, porque ya la semana que viene tiene otra cita, el ATP 500 de Basilea, donde debuta contra Casper Ruud. Al final de su camino esta temporada, tiene como gran objetivo la Copa Davis, un torneo importante ya de por sí, pero este curso todavía más si cabe, porque será el de la despedida de Nadal de las pistas.