Daniel Suárez homenajea a la familia de Chase Maddox en la carrera de NASCAR de Chicago
Bodie Maddox deambulaba por el pit con una gorra de béisbol negra y una camiseta azul de Folds of Honor. Estaba hipnotizado por la variedad de autos de carrera. Le encantan los automóviles desde que gateaba. Pero a medida que se acercaba a un auto en concreto, el momento cobraba mayor significado.
Bodie y su madre, Alex Maddox, finalmente pusieron sus ojos en el automóvil Chevrolet azul, blanco y rojo número 99 que el piloto mexicoestadounidense Daniel Suárez manejó para rendir homenaje a la familia Maddox, que perdió al patriarca, Chase Maddox, en febrero de 2018 cuando murió en acto de servicio a los 26 años de edad.
Para la Chicago Street Race 2024, Folds of Honor —organización sin fines de lucro que proporciona becas a los hijos y cónyuges de los primeros en responder que murieron en acto de servicio— se asoció con Jockey International y Trackhouse Racing para honrar a Chase y a su familia.
Chase era agente de policía en Locust Grove, Georgia, que está a unas 35 millas al sureste de Atlanta. Antes de convertirse en policía, Maddox pasó seis años en la Reserva del Army.
Los Maddox son grandes aficionados a la NASCAR. Su apellido aparece en el lateral del coche, y la familia creó la obra de arte de la tapa de la cubierta. Bodie y Alex viajaron desde Locust Grove para la Chicago Street Race.
“Me hace sentir bien que estemos seis años después y que Chase siga siendo igual de relevante y provocando sonrisas en los rostros de la gente”, dijo Alex.
Luego de la muerte de Maddox, Alex dejó su trabajo en Delta Airlines. Sabía que quería ayudar a otras viudas y darles ánimo, hacerles saber que podían seguir adelante. Incluso mientras luchaba contra la repentina pérdida de su marido, perseveró.
Casi dos años después de la muerte de su marido, el hijo mayor de Alex, Bradin, falleció de una rara anomalía cerebral congénita en octubre de 2020.
La familia vive según un mantra que Chase les inculcó: Lo bueno siempre pesará más que lo malo.
“Aprendí toda una vida de conocimientos de ese hombre [Chase]”, comentó Alex. “Me demostró que hay cosas buenas, y que son abundantes, y que somos increíblemente bendecidos”.
Después de tener la oportunidad de hablar con la familia, Suárez no se tomó el gesto a la ligera mientras competía este fin de semana.
“Es muy personal, no sólo para mí, sino también para Jockey y toda una familia”, dijo Suárez. “Poder estar aquí y representar todo lo que han sido capaces de hacer por los países es muy especial. Me siento muy afortunado”.
Alex dijo que Chase “se iluminó como un árbol de Navidad” cuando asistieron a una carrera en el Atlanta Motor Speedway. Los dos se casaron en ese mismo circuito de velocidad, y ella dijo que estar en la Chicago Street Race fue un momento de círculo completo para ella.
Alex aprendió el deporte viéndolo con su abuelo mientras crecía. Los dos veían las carreras todos los domingos.
Chase tenía una afinidad similar por las carreras porque su abuelo —Bodie lleva su nombre— tenía experiencia en carreras. La conexión de la familia con la NASCAR es profunda, lo que hizo que este fin de semana fuera aún más especial.
“Demuestra el impacto que tuvo Chase en sus breves 26 años”, agregó Alex. “Si estuviera aquí y viera su nombre en un auto de carreras en la Chicago Street Race, se quedaría absolutamente boquiabierto”.
El ejemplo más destacado del legado de Chase es Bodie. Cuando Bodie se preparaba para encontrarse con Suárez, tenía lo que parecía ser un paquete de chicles y le dijo al piloto que tomara uno. Cuando Suárez estiró la mano para sacar un chicle, su dedo quedó atrapado en una trampa para dedos.
Al igual que su padre, Bodie es un bromista.
“Ese fue un ejemplo perfecto de la vida de Chase porque Chase haría cualquier cosa para hacer sonreír a cualquiera”, destacó Alex. “Que Bodie tuviera un asiento en primera fila es simplemente un recuerdo esencial que sé que vamos a atesorar y llevar. Es una historia que vamos a contar durante años”.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago