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Ordenan una nueva evaluación mental para la mujer que mató a su bebé y que luego se sacó los ojos

Una mañana de primavera de 2013, la Policía de Chicago entró por la fuerza en el baño de un hotel y encontró a Kimberlynn Bolaños y a su hijo pequeño cubiertos de sangre en la bañera.

El bebé de 5 meses, Isaac, había sido apuñalado 44 veces y murió a causa de las heridas. Bolaños tenía más de 20 cuchilladas y perdió tres litros de sangre, pero sobrevivió. Más tarde declaró a un psiquiatra que la espantosa escena era la secuela de una batalla épica entre ella y fuerzas oscuras detrás del calentamiento global, la pobreza y la guerra.

Dijo haber oído, a través de las paredes de su casa, los gritos de sus seres queridos siendo torturados por agentes de la “gente de arriba”, según una de las casi doce evaluaciones psiquiátricas a las que se ha sometido en la última década.

En las desesperadas horas previas al ataque, dijo que dormía con Isaac en un brazo y un cuchillo cerca del otro. Cuando el teléfono de su novio empezó a sonar a eso de las 5 a.m., estaba segura de que los agentes estaban a punto de irrumpir en la habitación del hotel y llevarse a su hijo.

Kimberlynn Bolanos holds her son Isaac in a restaurant during a family gathering in May 2013.

Kimberlynn Bolaños carga a su hijo Isaac en un restaurante durante una reunión familiar en mayo de 2013.

Proporcionada

En la década transcurrida desde entonces, Bolaños ha sido evaluada por al menos 10 profesionales de la salud mental. Varios han dicho que estaba legalmente loca en el momento en que mató a su hijo y cuando confesó a la policía. Otros han dicho que sabía lo que hacía.

El juez del caso la ha considerado siempre mentalmente apta. Bolaños terminó cambiando su declaración de demencia a culpable pero mentalmente enferma y fue condenada a 38 años de prisión. A los pocos meses de cumplir su condena, Bolaños se arrancó los ojos.

Desde entonces, Bolaños ha presentado una petición para que se reconsidere su condena, basándose en su largo historial de enfermedades mentales, incluido un diagnóstico de psicosis posparto. En respuesta, una corte de apelaciones envió nuevamente el caso al juez Charles Burns para que reconsidere su aptitud.

“Incluso bajo medicamento, su estado mental seguía siendo lo suficientemente grave como para llevarla a arrancarse los ojos”, señaló la corte de apelaciones. “Estamos de acuerdo en que este caso es escalofriante... Consideramos que el caso de la acusada merece un examen más detenido”.

En una audiencia realizada el martes, Burns organizó otra evaluación de Bolaños. Ella no estaba en la corte y le dijo a su abogado que no quería viajar al Condado de Cook para ser evaluada. También dijo que quiere retirar su petición.

Burns dijo que esperaría los resultados de un examen en persona. El juez dijo que los funcionarios de prisiones podrían llevar y traer a Bolaños del Centro Correccional Logan para que no tuviera que pasar la noche en la Cárcel del Condado de Cook.

La próxima audiencia del caso se fijó para el 29 de agosto.

El abogado público de Bolaños se ha negado a hablar sobre el caso, pero en los documentos presentados ante la corte ha dicho que Bolaños, de 32 años, sufre de delirios y ha sido hospitalizada con tanta frecuencia durante su estancia en prisión que le ha sido difícil ayudar con su defensa.

En una audiencia realizada en enero, Bolaños llevaba esposas en las muñecas mientras era llevada a la sala de la corte por un agente del sheriff.

“Les dije que no esposaran a los ciegos ni a las embarazadas”, dijo de repente, con los ojos cerrados mientras volvía la cara hacia el estrado del juez. Aunque Bolaños es ciega, sus abogados afirman que cree que está embarazada.

‘Dios tendrá un heredero’

Kimberlynn Bolaños estaba feliz cuando se enteró de que estaba embarazada, aunque las circunstancias estaban lejos de ser ideales: su novio la había llevado a la sala de emergencia del Hospital Swedish Covenant tras sufrir una sobredosis de heroína, según los documentos judiciales.

Bolaños dijo a los médicos que no se había dado cuenta de que estaba embarazada, aunque tenía cuatro meses. Dejó de consumir drogas y empezó a tomar vitaminas prenatales.

Cuando dio a luz a su hijo tres meses después, el niño estaba sano y ella no tenía drogas en su organismo. Según todos los indicios, Bolaños estaba contenta de ser madre, aunque al parecer creía que tenía la misión de salvar el mundo y que su hijo la ayudaría.

“Pensaba que estaba matando a gente mala [con la mente] y que el mundo se estaba volviendo bueno”, dijo. “Dios tendrá un heredero para mi misión”.

Según el informe de un psiquiatra, Bolaños creía desde su adolescencia que había sido asignada para salvar el mundo, y que ella y sus seres queridos eran el objetivo de una cábala oscura detrás del calentamiento global, la pobreza y la guerra.

Cuando cursaba el séptimo año, sus padres se separaron; intentó suicidarse tomando 30 pastillas Tylenol. En octavo ingresó en un hospital psiquiátrico.

A los 16 años, dice que oyó la voz de Dios y que le hablaron de su papel en la salvación del mundo. Los vecinos la llamaban “la loca” porque gritaba a los aviones y a los “satélites” que creía que la vigilaban.

A los 20 años intentó suicidarse inyectándose veneno de avispa en el corazón. “Si moría, todo el mundo dejaría de ser torturado y demostraría que no soy una espía de la gente equivocada”, explicó Bolaños a un psiquiatra.

Tras el nacimiento de Isaac, Bolaños fue una madre devota y atenta, según sus padres. La madre de Bolaños dijo que una vez inspeccionó al niño cuando se quedó sola con él y no encontró signos de lesiones.

Luego, a finales de mayo de 2013, Bolaños dijo que escuchó que un “detective” había llegado a la casa de su padre, donde ella e Isaac vivían en el sótano, preguntando por ella.

Ella y su novio se llevaron a Isaac y se mudaron a una habitación en un hotel del lado noroeste. Ella compró cuchillos en una tienda Dollar Tree y, tras oír sonar el teléfono de su novio, se llevó a Isaac al baño.

Cuando su madre se enteró por un detective de que Bolaños había confesado haber matado a Isaac, su madre supuso que se trataba de otro delirio. “Kimberlynn nunca haría eso”, dijo la madre a un psiquiatra. “Quiere demasiado a ese bebé”.

Una barra muy alta para la defensa por demencia

Mark Heyrman, profesor jubilado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chicago y experto en enfermedades mentales y sistema judicial, afirma que, de haber ido a juicio, Bolaños podría haber tenido la oportunidad de convencer al jurado de que era inocente por enajenación mental.

Pero, como señaló, en Illinois se cierran unos 70,000 casos de delitos graves y sólo unas 85 personas son declaradas no culpables por razón de demencia.

“La barra para ser declarado demente es muy alta”, dijo Heyrman. “La razón es que una persona sólo tiene que entender que lo que hace está mal y comprender las consecuencias para ser juzgada cuerda", dijo. En entrevistas con psiquiatras, Bolaños ha sido capaz de explicar sus derechos y admite que sabía que sus actos perjudicarían a su hijo y que sintió remordimientos mientras lo apuñalaba.

El temor de Bolaños a que “ellos” se llevaran a su hijo por su pasado de consumo de drogas ha sido interpretado por algunos examinadores como que le preocupaba que la policía o los servicios de protección de menores se llevaran a Isaac. Pero también parecía preocuparse que las autoridades estuvieran trabajando para la “gente de arriba” que pretendía infligir dolor a su hijo.

“La defensa por demencia debería funcionar si no se puede encontrar un motivo normal para el delito”, dijo Heyrman. “Si cometes un crimen para ganar más dinero porque eres un traficante de drogas, la gente puede entenderlo”.

“Cuando matas a alguien que es un objeto natural de afecto, como tu hijo, eso no es normal”, destacó. “¿Hay alguna explicación que no sea una enfermedad mental?”

Un abogado con conocimiento del caso de Bolaños dijo que ella se mantuvo firme en que no quería un juicio, lo que Heyrman dijo que no es inusual para alguien que es esquizofrénico.

“El estrés del juicio agrava todos sus síntomas”, explicó Heyrman. “[Los esquizofrénicos] son clientes muy difíciles para los abogados defensores”.

Eso dejó a Bolaños la opción de un juicio sin jurado o una declaración de culpabilidad. El juez Burns, que había denegado las peticiones de prohibir su confesión por enfermedad mental, no parecía inclinado a declarar la demencia.

Tampoco se inclinaba por la clemencia. El abogado de defensa de Bolaños pidió a Burns una condena de 20 años, la mínima por el cargo de asesinato, a cambio de declararse culpable pero mentalmente enferma. Burns dijo que la pena más baja que podía aceptar era de 38 años.

La declaración de Bolaños como culpable pero mentalmente enferma le daría derecho a evaluación y tratamiento durante su estancia en prisión. Pero el Departamento Correccional del estado ha sido demandado durante años por no proporcionar una atención adecuada a los reclusos con enfermedades mentales.

De haber sido declarada demente, Bolaños habría sido enviada a una institución psiquiátrica hasta que se determinara que ya no constituía una amenaza para sí misma o para el público. “Con frecuencia, eso significa que acaban internados durante más tiempo del que habrían estado en prisión por el mismo delito”, dijo Heyrman.

Kimberlynn Bolanos after her arrest.

Kimberlynn Bolaños tras su detención.

Departamento del Sheriff del Condado de Cook

Duda de buena fe

Cinco meses después de llegar al Centro Correccional Logan, Bolaños fue puesta en observación después de que corriera por el patio de la prisión gritando: “¡Dispárenme!, ¡dispárenme!” En su cuarto día, un guardia de la prisión “observó [a Bolaños] de pie, desnuda, al final de su cama, inclinada, con el pulgar en la boca”.

“Cuando [el guardia] le preguntó [a Bolaños] si estaba bien, [Bolaños] se agachó con los dos ojos muy abiertos y colocó el globo ocular abierto en el extremo metálico de su cama”.

Al día siguiente, un guardia entró en la celda de Bolaños y la encontró manchada de sangre. Se había arrancado los ojos.

En 2022, sus abogados presentaron una petición para que se reconsiderara su condena, basándose en su diagnóstico de psicosis postparto, trastorno que agravó su enfermedad mental de larga duración. En una orden de 12 páginas que no mencionaba las lesiones en los ojos, Burns desestimó la petición.

Una corte de apelaciones devolvió el caso a Burns, pidiéndole que examinara si Bolaños era apta a la luz de su automutilación.

“Consideramos que la acusada ha demostrado suficientemente que la corte de primera instancia habría considerado que existía una duda de buena fe sobre su aptitud para declararse culpable si la corte hubiera sabido que, incluso bajo medicación, su estado mental seguía siendo lo suficientemente grave como para llevarla a arrancarse los ojos”, escribió la corte.

Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago

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