Entrar en La Barra de Inchausti es muy curioso, primero porque pasas por su popular zona de mesas altas, totalmente atestada de gente, bulliciosa, ruidosa y de repente un pequeño pasillo conduce al comedor de su restaurante y se hace milagrosamente el silencio, o al menos la tranquilidad. Lleno también, pero en un ambiente más distendido, escenario sobre todo de reuniones de negocios. Un local con una decoración moderna pero sobria, en las paredes cuelgan varias chaquetillas de chefs amigos. Entre los que alcanzo a ver están Martín Berasategui... Читать дальше...