El trampantojo occidental
Durante su presidencia, Harry Truman madrugaba para ir a la National Gallery antes de que la ciudad se hubiera despertado. Su paseo matinal consistía en disfrutar, solo, ante las pinturas. En el 48, inspirado por los Holbeins y los Rembrandts, anota en su diario: «Es un placer contemplar la perfección y luego pensar en los vagos y chiflados modernos. Es como comparar a Cristo con Lenin». Lo cuenta Frances Stonor Saunders en su documentadísima investigación sobre 'La CIA y la Guerra Fría cultural'. Читать дальше...