Estos simples trazos de tinta caliente deberían empezar hablando de un niño pegado a un periódico que soñaba con ser escritor y que acabó detrás de un mostrador caligrafiando las cuentas en las servilletas de papel para alegrar y complacer a los clientes. Creo en lo que no fui. Soy Emilio Vara Dorado, de profesión periodista frustrado, pero me gano la vida como sicólogo de barra. Mi pasión es el periodismo y sus vertientes literarias. Intento macerar el trabajo con la devoción. Entre papelones de grasa y cuartillas de tinta... Читать дальше...