Claves para una política laboral corporativa alineada con la estrategia ESG
Las siglas ESG es el acrónimo de tres conceptos en inglés: “Environmental”, se refiere a las prácticas que adopta una empresa en relación con la conservación del medio ambiente; de “Social”, que evalúa el impacto que tiene la organización sobre su entorno inmediato; y de “Governance” se refiere a la forma de llevar el gobierno de forma corporativo dentro de la organización.
Los criterios ESG han ido adquiriendo una mayor relevancia en los últimos años tanto para las pequeñas y medianas empresas como, en especial, para las grandes multinacionales. Esto es así, porque los inversores, posibles compradores y clientes, cada vez son más receptivos a las políticas y prácticas que las organizaciones desarrollan en el marcos de estos tres campos, que engloban una correcta gestión de una empresa. Además, desde el punto de vista práctico, si se cuidan estos tres aspectos, las empresas tendrán menos contingencias y podrán enfocarse más en su desarrollo corporativo y empresarial.
Pero, ¿cuál es el impacto que el Derecho laboral puede tener en una empresa con una estrategia ESG? El trato con los trabajadores tiene implicaciones, sobre todo, en la parte social y de gobernanza.
Lo primero que quiero subrayar es que toda empresa debe tener un espíritu corporativo, unos valores y principios y una normativa interna que deben conocer todos los trabajadores. Ya basta de normas genéricas y ambiguas que abarcan mucho y no dicen nada. Deben ser concretas y, cuanto más compresibles y coherentes, mejor. Algunas de las principales iniciativas en esta área serían el ideario de la empresa; la forma de trabajar y colaborar; el trato con empleados, clientes y proveedores; el marco disciplinario y deontológico; los derechos de los trabajadores; el plan de retribuciones variables; y los objetivos empresariales claros a medio y largo plazo.
Más concretamente, del ámbito laboral las empresas deben estar ya al día con los planes de igualdad, el registro retributivo, los protocolos de utilización de dispositivos digitales, los protocolos de desconexión digital, el registro de la jornada laboral, la política de trabajo a distancia, el protocolo de prevención de riesgos laborales y de protección integral contra la violencia sexual.
Uno de las áreas que menos se está cuidando es la protección de los trabajadores senior y la lucha contra el edadismo, que es perfectamente encuadrable dentro de un plan de compromiso o responsabilidad social corporativa. ¿Qué mejor plan social que cuidar a tu propia plantilla que tienen más años de experiencia y trayectoria profesional?
Otro aspecto vital es la representación legal de los trabajadores (RLT) ya sea a través de delegado del personal o del comité de empresa. En el caso que corresponda, estas personas deben tener una actitud proactiva para representar a sus compañeros y buscar el bien común.
Si las empresas se esmeran en cuidar estos aspectos además de enfocarse hacia un rumbo ético, estarán incidiendo de forma directa y positiva en la mejora del entorno laboral. Las empresas no pueden mantener planes anticuados, deben romper con esos clichés del pasado y focalizarse en marcar un rumbo actual y propio de empresas del siglo XXI.
Para ello es vital que los abogados “in house” se pongan las pilas y marquen un plan a presentar al consejo de administración de la empresa para que lo tomen en consideración y desarrollen una serie de actuaciones a corto y medio plazo. Y los RLT, por su lado, deben comprometerse con esta visión empresarial e ir de la mano. Será fundamental contar con servicios jurídicos externos que respalden el planteamiento y ejecución de una estrategia ESG alineada con el plan de negocio que también contribuya a atraer y retener talento, marcando la diferencial en un mercado laboral cada vez más variable y competitivo.
Luis Jiménez-Arellano Larrea es el responsable del departamento Laboral del Bufete Mas y Calvet