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Jiangsu, la provincia del agua que enamora

Jiangsu, la provincia del agua que enamora

Este rincón del sudeste de China, vecino de Shanghái, cautiva por su oferta cultural, gastronómica e histórica

Jiangsu, en el sudeste de China, provincia vecina de Shanghái, es una tierra de tradición milenaria que ha sabido aprovechar el abundante agua de sus ríos y lagos para convertirse en un potencial destino turístico que promete fascinar al viajero ávido de nuevas experiencias.

El resultado es una serie de ciudades llenas de ese encanto único que se obtiene al mezclar la tradición y la vanguardia. La cercanía y conexión de las mismas a través del tren de alta velocidad con Shanghái convierten a la provincia de Jiangsu en un destino turístico en potencia, que nos abre las puertas a la cultura china. Para adentrarse en ella, hay seis visitas imprescindibles que no hay que perderse:

Suzhou, la ciudad del Gran Canal

Suzhou es una ciudad marcada por el agua. El Gran Canal, uno de los grandes atractivos de China, atraviesa este enclave milenario concediéndole un papel protagonista como referente comercial e industrial en el sudeste de China. Es el cauce artificial más largo y antiguo del mundo, con 1.794 kilómetros de longitud, el cual empezó a construirse por encargo del emperador Yang Guang, de la dinastía Sui, en el siglo V A.C. para favorecer las relaciones comerciales desde Pekín a Hangzhou.

El clima de la región y su relevancia comercial le otorgaron el privilegio de ser uno de los puntos más flagrantes de la producción de seda. De hecho, se puede aprender más sobre este tesoro de la cultura china visitando su Museo de la Seda.

Por su parte, el Museo de la Ópera es otra visita imprescindible para conocer otra de las más famosas tradiciones de la cultura china. De las dinastías Ming y Qing conserva otro de sus grandes atractivos para el viajero: los jardines. Uno de los más famosos y el más grande de la ciudad es el Jardín del Administrador Humilde, un vergel con visitas nocturnas disponibles que entrelazan la tradición y la modernidad. Otra visita obligada para el viajero es la Pagoda del Templo Norte, una de las más altas del sur de China. Por la noche, se puede disfrutar de su ambiente cosmopolita y una interesante gastronomía, donde el «street food» más auténtico es el principal protagonista.

Tongli, la ciudad de los canales

Muy cerca de Suzhou encontramos un encantador pueblo llamado Tongli, perfecto para una excursión de un día. Un lugar repleto de canales, lo que le ha valido el sobrenombre de la «Venecia de Oriente» y con una característica arquitectura tradicional que hace las delicias del viajero. De aquí no se puede ir sin dar un paseo en las pintorescas barcas.

La siguiente parada del viaje por la provincia de Jiangsu es Taizhou, un enclave en el río Fengcheng rodeado de lagos. En Taizhou es posible conocer algunos de los secretos mejor guardados de la cultura china: su tradicional medicina. En el Centro de Medicina Tradicional el viajero puede también probar algunos tés medicinales usados desde hace milenios en la región, recibir una clase maestra de yoga y algunos de sus tratamientos para tratar dolencias musculares.

Yangzhou, enclave entre tres aguas

Pasear contemplando el espectacular diseño paisajístico del Geyuan Garden, admirar las pagodas tradicionales junto al lago artificial Slender West Lake o deleitarse con la gastronomía, son algunos de los imprescindibles que el viajero debe hacer en Yangzhou.

La ciudad se sitúa en un cruce de aguas compuesto por los ríos Yangtsé y Huaihe con el Gran Canal. Esta posición le dio un estatus, de punto clave para el comercio, durante siglos hasta la aparición de nuevos medios de transporte en el siglo XIX. De esa época de esplendor, podemos disfrutar de una ciudad con una imponente arquitectura tradicional y además, recientemente, ha sido la ciudad elegida para ubicar el Museo del Gran Canal, una de las principales obras de ingeniería de la antigüedad que con sus 1.797 kilómetros recorre China. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2014.

Nanjing, tradición y vanguardia

Seguimos nuestro viaje por Nanjing, la capital de la provincia del mismo nombre, una de las cuatro capitales antiguas de China y uno de los mayores atractivos turísticos de la región. Nanjing es una gran urbe que ha tenido un gran peso histórico en China y combina una espléndida tradición con el aire cosmopolita de las grandes urbes.

Nanjing nos ofrece una gran oferta cultural e histórica que invita al viajero a quedarse unos días en la ciudad. El Templo de Confuncio, las murallas de la Ciudad Antigua o la Tumba de Ming Xiaoling son algunos ejemplos que nos ayudan a visualizar milenios de cultura china de un vistazo.

Más actual, pero no por eso menos impresionante, es el Palacio Foding. Ubicado en el Parque de las Ruinas Culturales de Niushoushan, es un templo budista dedicado a la reliquia encontrada del cráneo del Buda Shakyamuni, con una superficie de 136.000 metros cuadrados y nueve pisos, y de recargada decoración que exalta las características del arte budista. Además, es otra ciudad rodeada de agua al situarse en el delta del río Yangtsé, que nos acompaña durante todo el viaje. Nanjing tiene uno de los puertos más grandes y antiguos de China –lo que ha motivado su relevancia económica– y ahora nos ofrece algunas de las imágenes más peculiares del viaje. Tampoco puede faltar la visita a algunos de sus jardines chinos tradicionales.

Gastronómicamente, Nanjing es uno de los puntos imprescindibles del viaje por la región. Su afluencia pone a disposición del viajero todo tipo de cocinas, desde la más tradicional a la de fusión (o de autor).

Shanghái, la gran urbe

La última parada del viaje es una de las ciudades más pobladas del mundo. Shanghái está en la desembocadura del río Yangtsé y es una megalópolis que en sus diferentes barrios entrelazan épocas y estilos arquitectónicos. La zona colonial e imponente de El Bund, los rascacielos abanderados por la famosa Torre Perla Oriental, que la transforman en una de las ciudades más modernas del mundo en Pudong, o el carácter tradicional y único de la «Old City», convierten a Shanghái en un destino irrepetible. En este sentido, es imprescindible mencionar la belleza insólita de los jardines y el mercado de Yuyuan y una de las zonas peatonales más frescas de Shanghái: Xintiandi, cuyas tiendas y restaurantes invitan al viajero a relajarse y retomar fuerzas en sus terrazas. Todo ello acompañado de una inmensa oferta de ocio y gastronomía, y es que sólo Shanghái, es un viaje en sí misma.

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