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“Convención abierta”: así es el proceso para reemplazar a Biden como candidato antes de las elecciones de noviembre

“Convención abierta”: así es el proceso para reemplazar a Biden como candidato antes de las elecciones de noviembre

La pobre actuación del actual presidente en el primer debate con Trump alienta las voces que reclaman que el Partido Demócrata presente a otro candidato

El primer debate presidencial de Estados Unidos del pasado jueves protagonizado por Joe Biden y Donald Trump se saldó con victoria para el magnate neoyorquino, según los expertos. El cara a cara entre ambos candidatos se convirtió en un encuentro donde ambos protagonizaron momentos tensos, con insultos, faltas de respeto y algún que otro lapsus del actual inquilino de la Casa Blanca.

Todo esto se suma a la creciente preocupación de los últimos meses en torno a la figura del político demócrata, con otros momentos como la confusión de Britney Spears con Taylor Swift o incluso el caso de su hijo, Hunter Biden, acusado de posesión ilegal de un arma de fuego. Situaciones que acrecientan las dudas de si es el candidato ideal para liderar Estados Unidos durante los próximos cuatro años.

Estas serias dudas empiezan desde la misma prensa estadounidense, que se cuestiona si es el momento de dar un paso a un lado. “¿Fue el debate el principio del fin de la presidencia de Biden?”, se pregunta The New Yorker. “Joe Biden es mi amigo. También es un buen hombre y un buen presidente. Debe abandonar la carrera”, añade Thomas L. Friedman en The New York Times. Pese a ello, el que no duda en presentarse es Biden, que este viernes tenía claro que no se iba a rendir.

De hecho, el prestigioso medio ha llegado a pedirle que abandone la carrera presidencial. Lo ha hecho a través de un artículo de opinión, firmado por el Consejo Editorial del medio. “El mayor servicio público que Biden puede realizar ahora es anunciar que no seguirá postulándose a la reelección”, escriben en la columna.

No es el hombre que era hace cuatro años. Su argumento se basa en gran medida en el hecho de que venció a Trump en 2020. Esa ya no es una razón suficiente para explicar por qué Biden debería ser el candidato demócrata este año”. Pese a considerar a Trump como un “peligro importante” para la democracia, no creen que Biden sea el hombre ideal para hacerle frente. En lo relativo al pasado debate, critican que fuera “la sombra de un gran servidor público. Más de una vez le costó llegar al final de una frase”.

El proceso para reemplazar a Biden

En el caso de que desde el Partido Demócrata decidieran un cambio de candidato, habría tiempo hasta noviembre. Aunque recientemente no ha habido ningún precedente similar, un mecanismo podría provocar este cambio. Pero, para ello, sería Biden quien tuviera que renunciar, o bien que un miembro de la formación lance un órdago durante la convención del partido, que este año tiene lugar a partir del 19 de agosto.

Lo que está claro es que las reglas del Comité Nacional Demócrata no cuentan con ninguna vía para que sean los líderes del mismo quienes pongan en marcha una operación de este tipo. Para ello, por tanto, habría que remitirse a la convención en caso de que Biden no renuncie a su candidatura. En las primarias, en las que apenas tuvo oposición, el actual presidente convenció al 95% de los cerca de 4.000 delegados que se dan cita.

Las reglas de la convención también manejan la opción de que sea el candidato quien renuncie a la designación de su partido. Algo que, más allá del trámite que parecía en las elecciones más recientes, llevaría a diversas votaciones durante, quizá, más días de los inicialmente previstos para la convención. Y, en tal caso, el nombre de Kamala Harris emerge por encima del resto.

De producirse esto, tendría lugar lo que se conoce como "convención abierta", en la que se elige a un candidato sobre la marcha y tras intensas negociaciones. Para encontrar un precedente hay que irse muy lejos en el tiempo, hasta 1968. Por entonces, la convención se convirtió en el escenario de fuertes protestas por la guerra del Vietnam. El candidato elegido, Hubert Humphrey, no tuvo opción ante la candidatura de Richard Nixon, del Partido Republicano.

Mientras tanto, la lógica invita a pensar que sería la vicepresidenta Harris, quien ocupara el cargo en caso de que Biden decidiera dar un paso a un lado y la designara como sucesora. Algo que, por otro lado, no sería vinculante para los miembros del partido. Y, después de eso, más dudas: ¿Quién sería el segundo o la segunda de Harris? Sobre la mesa, los nombres de los gobernadores de California, Illinois, Pensilvania o Míchigan.

También se barajan los siguientes tres nombres para poder coger el testigo a Biden:

  • Gavin Newsom, gobernador de California: un candidato relativamente joven, de 55 años, y alto (1,91 metros), que aunque parece un detalle insignificante, lo cierto es que ningún presidente desde Harry Truman ha medido menos de 1,76 metros. Además, es cercano a los círculos de Hollywood y Silicon Valley y ha ejercido de candidato en la sombra.
  • Gretchen Whitmer, gobernadora de Míchigan: ganó en 2018 en un estado que Trump había ganado dos años antes. Es cercana al círculo de Biden, copresidenta de la campaña de reelección de 2024 y el otro nombre que sonó como vicepresidenta antes de elegir a Harris. Además, es mujer, un hecho que juega un doble papel: por un lado, nunca una mujer ha sido elegida presidenta, siendo esto una desventaja, pero por otro, el género femenino permitió que Biden ganara las elecciones de 2020. Asimismo, se ha convertido en una de las mayores defensoras del derecho al aborto.
  • J.B. Pritzker, gobernador de Illinois: sería un candidato del todo viral, ya que protagoniza memes de forma asidua. Además, es multimilmillonario gracias a ser parte de la familia Pritzker, dueña de la cadena de hoteles Hyatt. Por otro lado, es muy progresista, habiendo aprobado una subida del salario mínimo hasta los 15 dólares por hora, la legalización de la marihuana recreacional o la prohibición de las armas de asalto.

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