Fiasco laboral: 2,22 millones de contratos «fijos» triturados
La reforma laboral no ha logrado su objetivo. El blindaje del contrato fijo discontinuo como antesala de una estabilización del empleo es una quimera y esta modalidad solo ha servido para vestir un santo para desvestir a otro, porque la temporalidad sigue siendo la constante.
En el último año se han firmado 2,22 millones de contratos fijos discontinuos, trabajadores que se pretenden indefinidos aunque pasen largas temporadas de inactividad. Sin embargo, la cifra de trabajadores de alta en la Seguridad Social gracias a un contrato fijo discontinuo es de 1.051.812 personas, apenas 12.873 trabajadores más que los que había hace un año de alta con ese tipo de contrato (1.038.939) pese a que durante ese periodo se han firmado esos 2,22 millones de contratos.
Cabe sospechar que, a tenor de esas cifras, tal volumen de contratación fijo discontinua solo está sirviendo para enmascarar la temporalidad. Como resumió ayer Randstad: mientras el 34,5% de todos los contratos indefinidos firmados en el último año son fijos discontinuos, solo el 2,5% de los nuevos afiliados trabajan hoy gracias a ese tipo de contrato.
Solo así se entiende que los ocupados que buscan empleo crezcan en casi 100.000 personas, como denunció ayer el sindicato USO, y que del empleo indefinido creado a las puertas del verano, solo un 38,27% sea a jornada completa. La misma temporalidad de siempre maquillada porque la temporada turística cada año dura algo más y gana brío, por fortuna.
Esas son las conclusiones de las que no habla el Gobierno, emperrado en el mantra del «España va como un cohete». Porque aunque el número de desempleados al finalizar el mes de junio bajó en 46.783 personas en relación con el mes anterior (-1,79%), por lo que el paro registrado se ha situado en 2,561 millones, la cifra más baja desde agosto de 2008 y un descenso de 127.775 personas en el último año (-4,75%), pese al efecto tractor del turismo, el descenso del desempleo es el segundo peor registro del decenio, solo superado por el de 2022 (-42.409) y exceptuando la pandemia, donde el desempleo creció en junio.
Por su parte, la Seguridad Social registró 21,4 millones de afiliados –21,167 afiliados descontando la estacionalidad y el efecto calendario–, tras el incremento de 31.311 ocupados en el último mes y de 324.218 en los primeros seis meses del año. Sin embargo, en cifras desestacionalizadas, sin tener en cuenta los efectos del calendario, se trata del mes más flojo en lo que llevamos de año (31.311 afiliados), con cifras muy lejanas a los mejores meses de junio de los últimos años.
Pero es que, además, el grueso del empleo creado en junio fue con contrato temporal, como advirtió ayer en un comunicado la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas). Y es que la contratación creció un 3% respecto a mayo, con un total de 1,38 millones de contratos. Pero en comparación con el mes anterior, el crecimiento de la contratación se ha producido solo en la temporal (+6,35%), y ha caído la indefinida (-1,42%). En términos interanuales, la contratación indefinida cayó un 10,12% mientras que la temporal descendió un 5,68%.
Por su parte, los demandantes de empleo crecieron en junio en 35.109 personas (+0,83%), el peor comportamiento en dicho mes de la serie, y aumentó su cifra hasta los 4,26 millones. Y los demandantes ocupados –entre los que se incluyen los que tienen un contrato fijo discontinuo en inactividad– crecieron en 84.000 y se sitúan en los 1,13 millones.
Todo ello sitúa el paro efectivo –el paro registrado más los demandantes de empleo con relación laboral (fijos discontinuos en inactividad) y descontando los trabajadores en ERTE– en 3,18 millones, con una brecha respecto al paro registrado de 570.922 personas. Asún así, el paro efectivo se mantiene en unas cifras ligeramente inferiores a las de un año atrás, con un descenso interanual de 54.000 personas.