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Guía para entender los resultados de Francia y los escenarios que se abren

Guía para entender los resultados de Francia y los escenarios que se abren

Los partidos se preparan para unas difíciles negociaciones que desembocarán en tres escenarios: cohabitación con la izquierda, gran coalición de moderados o gobierno técnico de un año

El escrutinio de la segunda vuelta de las legislativas confirma la Francia tripolar que había arrojado anoche los sondeos a pie de urna. Las urnas arrojan una Asamblea Nacional "colgada" (como dirían los ingleses) dividida entres bloques similares sin una mayoría absoluta clara. Los franceses han desplazado a Reagrupación Nacional a la tercera posición, tras haber quedado primera en la primera vuelta, pero ni el Nuevo Frente Popular ni Juntos del presidente Macron cuentan con los escaños suficientes para gobernar en solitario. Francia se asoma a un largo periodo de negociaciones que podría desembocar en una parálisis política. El escenario de un país ingobernable planea sobre el Hexágono.

Con la mayoría de las circunscripciones electorales escrutadas, la alianza de izquierdas Nuevo Frente Popular lidera las elecciones con 190 escaños seguido de la alianza centrista Juntos del presidente Emmanuel Macron, con 160. Y en tercera posición se queda la extrema derecha de Reagrupación Nacional con 140 escaños. La derecha tradicional de Los Republicanos, salva los muebles, con 60 escaños.

Las negociaciones entre los líderes de los partidos determinarán ahora si se puede formar un gobierno de coalición con una mayoría absoluta de 289 escaños o, en su defecto, un gobierno en minoría que pueda sobrevivir a una moción de censura.

Otra opción alternativa sería un gobierno tecnocrático dirigido por un primer ministro no partidista hasta que se convoquen nuevas elecciones el año que viene. Una vez que se configure la nueva Asamblea Nacional no se pueden convocar elecciones anticipadas hasta dentro de un año. Entre los primeros ministros técnicos suena la presidenta del Fondo Monetario Internacional Christine Lagarde.

Los políticos de cada bloque empezaron durante la noche electoral a hacer valer sus votos. El cordón sanitario ha vuelto a funcionar en Francia y RN de Le Pen permanecerá aislado en la Asamblea Nacional, pero representará una amenaza para cualquier gobierno si decide sumarse a las mociones de censura.

¿Puede Macron cohabitar con el Nuevo Frente Popular?

Contra todo pronóstico el Nuevo Frente Popular (NFP) salió ganador de las elecciones legislativas anticipadas, sus líderes salieron durante la noche electoral a pedir paso y anunciaron que intentarían formar gobierno para llevar a cabo su programa progresista, que incluye fuertes planes de impuestos y gastos y el restablecimiento de un impuesto sobre el patrimonio.

Pero el NFP está formado por una amalgama de partidos -desde La Francia Insumisa, de extrema izquierda, hasta los socialistas, verdes y comunistas, más moderados- y las luchas internas precederán a la pugna por hacerse con la jefatura del gobierno. La líder de los Verdes, Marine Tondelier, una de las estrellas de la campaña y para muchos analistas la artífice del vuelco de la izquierda, ha vetado a Jean-Luc Mélenchon como primer ministro.

No obstante, LFI ha quedado como la primera fuerza del bloque con 72 escaños, por lo que no será tan fácil esquivar las ambiciones políticas de Mélenchon que durante la noche electoral ya pidió que se nombrase un primer ministro de la izquierda radical. Tondelier, no obstante, ya ha dejado caer que su intención es gobernar. "Estamos decididos... a poner en marcha nuestro programa de cambio", declaró.

¿Pueden los centristas de Macron formar una gran coalición de moderados al estilo alemán?

La alianza Juntos de Macron ha quedado relegada a la segunda posición, perdiendo aproximadamente un tercio de los 250 escaños que tenía. Pero sus miembros aún creen que son decisivos para articular la nueva mayoría de gobierno. "Parece que vamos a ser fundamentales en todos los debates. Nadie puede lograr una mayoría sin nosotros", aseguró un veterano diputado en declaraciones a "Financial Times".

La estrategia de Macron pasaría por expulsar a los elementos más radicales de la Francia Insumisa y formar un gobierno con los socialistas, los verdes y los comunistas. El ex ministro de Asuntos Exteriores Hubert Védrine anticipa que Macron podría mantener al primer ministro Gabriel Attal como interino, sobre todo durante los Juegos Olímpicos que comienzan el 26 de julio, antes de intentar formar una coalición de centro-izquierda. La pregunta que se hace Vérdine y el resto de los franceses es si "la izquierda razonable" va a tener el coraje de cortar los lazos con la Francia Insumisa.

Las exigencias de los grupos de centro-izquierda también pueden ser difíciles de digerir para el partido del presidente. Entre sus demandas está retirar la reforma de las pensiones y de la inmigración, dos de sus medidas estrellas del segundo mandato. El aumento de la presión fiscal para las rentas más altas también está en los puestos altos de la lista. Una medida que los macronistas habían descartado.

El escenario ideal para Macron sería incluir esta gran coalición de moderados a miembros de la derecha tradicional de Los Republicanos que le ayudarían a diluir las demandas más escoradas a la izquierda. Pero Los Republicanos no parecen interesados en entrar en esta coalición. "La derecha republicana necesita seguir siendo independiente", dijo Geoffroy Didier, diputado de LR.

¿Puede un gobierno tecnocrático ser la solución?

En el caso de que Francia quede instalada en la parálisis, el presidente francés, que es quien tiene la potestad de nombrar al primer ministro, podría optar por designar un gobierno técnico al estilo de los que se han producido en Italia. Este funcionario de alto nivel o esta personalidad independiente dirigiría el país hasta junio de 2025, cuando podrían convocarse otras elecciones legislativas, de acuerdo con la Constitución.

La primera tarea de este gobierno sería aprobar un presupuesto en otoño. Pero sería vulnerable a los votos de censura. Si cae, el bloqueo político podría poner a prueba las instituciones de la V República como nunca antes. Es el último de los escenarios a la vista de los resultados que ha dado en Italia. Los partidarios de Macron creen que podría ayudar a aumentar las filas de los desencantados y engrosar la lista de seguidores de Marine Le Pen.

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