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La nueva ministra de Finanzas de Reino Unido promete mano dura para reducir la gigantesca deuda pública

La nueva ministra de Finanzas de Reino Unido promete mano dura para reducir la gigantesca deuda pública

Rachel Reeves lamenta que el Gobierno laborista ha heredado el "peor conjunto de circunstancias desde la Segunda Guerra Mundial"

La nueva Chancellor, Rachel Reeves, la primera mujer en ponerse al frente del Tesoro en la historia de Reino Unido, prometió este publicar una evaluación de emergencia de la herencia de gastos que asume del nuevo Gobierno laborista antes de finales de mes, cuando los parlamentarios comienzan las vacaciones estivales, advirtiendo de las decisiones difíciles que se avecinan. En su primer discurso como ministra insistió en que no habría ninguna desviación de la postura de línea dura sobre la reducción de la deuda nacional, pese a que han heredado el "peor conjunto de circunstancias desde la Segunda Guerra Mundial".

"Nuestra economía se ha visto frenada por decisiones aplazadas y decisiones eludidas", dijo culpando a los conservadores. “Nos enfrentamos al legado de 14 años de caos e irresponsabilidad económica. Tendré que tomar decisiones difíciles como resultado del desastre dejado por nuestros predecesores”, matizó.

Fuentes laboristas dijeron a los medios que la declaración de emergencia fue diseñada para informar a los parlamentarios sobre el estado de la economía en lugar de proporcionar pistas sobre el contenido del nuevo presupuesto, que no se conocerá hasta otoño. Reeves quiere que todos sus planes sean evaluados y puntuados primero por la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria -el organismo independiente que fiscaliza los presupuestos y cuentas del Gobierno-.

Su hoja de ruta pasa en cualquier caso por una reestructuración de las reglas de planificación, pero Reeves no quiere llevar a cabo drásticos recortes de impuestos para impulsar la economía. Más bien, su estrategia es inspirar confianza y persuadir a las empresas a invertir. El ya ex lider tory Rishi Sunak intentó lograr algo similar tras el desplome de la libra con la fugaz Liz Truss. El ex primer ministro esperaba que, al aparecer como la figura más creíble, los intereses tendieran a bajar en el mercado hipotecario. Pero las tasas han estado aumentando lentamente durante meses.

Los nervios del mercado no tienen que ver realmente con qué partido está en el Gobierno, sino hasta qué punto la economía de Reino Unido es vulnerable a la deuda y cómo podrían empeorar las cosas si los políticos entran en pánico. Reeves ha prometido comportarse, pero incluso el Instituto de Estudios Fiscales ha acusado al Partido Laborista (junto con los conservadores) de una conspiración de silencio sobre las difíciles decisiones de gasto que tendrán que acometer.

Sería injusto no tener en cuenta la pandemia y las guerras que marcan ahora el tablero geopolítico, pero la realidad es que las finanzas públicas que los conservadores se comprometieron a arreglar están colapsando. A medida que al ajuste de cinturón le siguieron sobresaltos y despilfarros, la deuda pública se ha disparado. Como porcentaje del PIB, los impuestos están en su nivel más alto en 70 años. La economía está cojeando. En términos reales, los ingresos han decepcionado desde la crisis financiera de 2007-2009, el peor período de estancamiento salarial en dos siglos.

El monto total que debe el gobierno asciende actualmente a unos 2,7 billones de libras, lo que representa el 100% del PIB. El nivel es más del doble del observado desde la década de 1980 hasta la crisis financiera de 2008. Pero en relación con el tamaño de la economía, las cifras siguen siendo bajas en comparación con otras potencias del G-7.

“Durante el fin de semana dejé claro a los funcionarios del Tesoro que los compromisos manifiestos por los que fuimos elegidos se cumplirán. Eso incluye reglas fiscales sólidas. E incluye nuestros compromisos de no aumentar la contribución a la seguridad social y las tasas básicas, más altas o adicionales del impuesto sobre la renta o el IVA”, matizó.

Reeves dijo que sabía que había algunas voces que argumentaban que ya había pasado el momento de la cautela y que la enorme mayoría laborista dio al Gobierno licencia para retroceder sobre los principios de solidez monetaria y responsabilidad económica. “Sé que muchos de ustedes no están acostumbrados a escuchar esto después de los últimos años. Pero creo que las promesas por las que se elige a un partido deben cumplirse en el Gobierno y así lo haremos”, afirmó. "No tomamos a la ligera la confianza de los votantes que han sido quemados con demasiada frecuencia por la incompetencia, la irresponsabilidad y la imprudencia", añadió. La Chancellor dijo que fijar las bases de la economía eran los primeros pasos para lograr un crecimiento económico más fuerte y sostenido.

Por otra parte, recalcó que se exigiría a las autoridades locales que cumplieran los objetivos de construcción de nuevas viviendas para que se construyeran 1,5 millones de viviendas en el transcurso de los próximos cinco años. Inicialmente, correspondería a las comunidades locales decidir dónde se podrían construir las viviendas, "pero la respuesta no siempre puede ser no", afirmó.

En ningún otro lugar se necesitaba más urgentemente una “reforma decisiva” que en el caso del sistema de planificación, dijo Reeves. “La planificación de reformas se ha convertido en sinónimo de timidez política frente a intereses creados y en un cementerio de ambiciones económicas. Nuestro anticuado sistema de planificación deja demasiados proyectos importantes atrapados en años y años de burocracia antes de que las palas lleguen a la tierra”.

Un nuevo análisis del Tesoro ha encontrado que si la economía de Reino Unido hubiera crecido al ritmo promedio de las economías de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico desde 2010, habría sido más de 140 mil millones de libras más grande, lo que habría resultado en 58 mil millones adicionales en ingresos tributarios el año pasado. Reeves dijo: “Todos los gobiernos enfrentan decisiones difíciles y no retrocederé ante esas opciones. Sin embargo, esas decisiones se vuelven más difíciles debido a la ausencia del crecimiento económico necesario no sólo para equilibrar las cuentas sino también para mejorar los niveles de vida”.

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