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La DGT sanciona el 'icing' con multas de hasta 200 euros: descubre en qué consiste

El 'icing' es una infracción que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha comenzado a castigar con multas de hasta 200 euros. Esta práctica, nació en Estados Unidos y Canadá y se refiere a cuando conductores de vehículos de gasolina o diésel ocupan plazas de aparcamiento reservadas exclusivamente para coches eléctricos o híbridos, bloqueando el acceso a los puntos de carga.

Este comportamiento no solo es inconveniente para los conductores de vehículos eléctricos, que de por sí ya lidian con la falta de infraestructura para estas tecnologías, sino que también es ilegal en España, según la señal R-308. De hecho las sanciones económicas puede resultar bastante significativas.

El término 'icing' proviene de la analogía con el hielo que bloquea y dificulta el acceso, en este caso, a los puntos de carga necesarios para los vehículos eléctricos. Esta práctica ha sido un problema recurrente en los países donde el mercado de los coches eléctricos está más desarrollados. Cuando un vehículo de combustible fósil ocupa estas plazas, no solo impide la carga, sino que también puede causar retrasos y molestias a los conductores de eléctricos.

Las multas del 'icing'

En respuesta a este problema, la DGT ha implementado multas que van desde los 100 hasta los 200 euros para aquellos conductores que infrinjan esta normativa. La señal R-308 prohíbe específicamente que los vehículos de gasolina o diésel aparquen en plazas reservadas para coches eléctricos e híbridos. La medida pretende asegurar que los puntos de carga estén disponibles para quienes realmente los necesitan y fomentar un uso más consciente de los espacios públicos.

La falta de infraestructura para los vehículo eléctricos en España

La falta de infraestructura para vehículos eléctricos en España es un desafío significativo para la adopción de esta tecnología. Según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), el número de estaciones de carga es insuficiente para satisfacer la demanda y que, a pesar de los esfuerzos, España está muy por detrás de otros países europeos en términos de puntos de carga por habitante .

Tal y como indica el último Barómetro de Electromovilidad, en España existen 20.243 puntos de recarga de vehículos eléctricos, mientras que en Alemania la cifra ronda los 97.000. Esta carencia de infraestructura afecta negativamente a la confianza de los consumidores en los vehículos eléctricos.

De hecho, uno de los principales obstáculos para la compra de coches eléctricos es la preocupación por la disponibilidad de estaciones de carga. Los conductores temen quedarse sin batería durante sus viajes, lo que limita la adopción de esta tecnología más sostenible .

El gobierno español ha implementado varias iniciativas para mejorar la infraestructura de carga, como el Plan MOVES III, que incluye subvenciones para la instalación de puntos de carga tanto públicos como privados, pero este parece aún no ser suficiente.

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