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El FMI ratifica su previsión de crecimiento para España este año en el 2,4% y mantiene la de 2025 en el 2,1%

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ratifica su previsión de que la economía española crezca un 2,4% en 2024, coincidiendo con las perspectivas actualizadas por el Gobierno. Esta cifra, adelantada por el organismo el pasado mes de junio en sus proyecciones para la economía española hasta 2026, supone una mejora del PIB español de cinco décimas para este año, desde el 1,9% estimado en abril, y la mayor revisión al alza de los países analizados por el FMI. Con estas proyecciones España crecerá muy por encima de la media de la zona euro, que lo hará en conjunto un 0,9% este año (una décima más frente a la anterior previsión) y un 1,5% el que viene (se mantiene). Sin embargo, el alza impulsada en gran parte por la recuperación del sector servicios y un consumo fuerte, se moderará el año que viene al 2,1%, con varios riesgo bajistas en el horizonte. La previsión del FMI para la economía española en 2025 se mantiene sin cambios y es más pesimista que la proyección del Gobierno, de un 2,2%.

Con estas cifras, España se sitúa como la segunda economía avanzada que más crecerá en 2024, sólo por detrás de Estados Unidos (2,6%, una décima menos), así como en 2025, con Canadá a la cabeza. También superará con creces a Francia, Italia y Alemania, que en 2024 avanzarán un 0,9%, 0,7% y 0,2%, respectivamente, y en 2025 un 1,3%, 0,9% y 1,3%.

Por su parte, el organismo eleva una décima, al 1,2%, su previsión de aumento del PIB para el conjunto de la Unión Europea este año y mantiene en el 1,8% su estimación para los Veintisiete en 2025. El Fondo incide en que la recuperación en Europa viene de la mano del sector servicios, frente a la persistente debilidad del sector industrial que lastra en mayor medida a países como Alemania. No obstante, el organismo que dirige la búlgara Kristalina Georgieva prevé que la recuperación europea se vaya acelerando gracias a un mayor consumo privado, apoyado en el aumento de los salarios reales, y en una inversión impulsada por la bajada "gradual" de los tipos de interés.

En este escenario, España sale favorecida, con el sector servicios como principal motor económico, en el que también se prevé un fortalecimiento del consumo y la inversión, no sólo por unas condiciones financieras menos restrictivas, sino también por el impulso de los fondos europeos asociados al plan de recuperación, según explicaba el FMI en sus conclusiones de junio. En aquel momento, el FMI señaló que la incertidumbre sobre el crecimiento de la economía española se había moderado, pero advirtió de que todavía persisten riesgos a la baja como la fragmentación política interna, una posible mala ejecución de los fondos Next Generation y una desaceleración global no descartable.

En el ámbito global, el FMI mantiene la previsión de crecimiento en el 3,2% para 2024, pero eleva la de 2025 una décima, al 3,3%. El principal bache para el crecimiento económica mundial es el persistente incremento del precios de los servicios, que lastra la desinflación y complica la normalización de la política monetaria. En consecuencia, aumenta el riego de una mayor inflación y se perfila un panorama de tasas de interés más altas durante más tiempo en medio de crecientes tensiones comerciales e incertidumbre al alza respecto de las políticas, lo que podría aumentar el coste de los bienes importados. Asimismo, el FMI anticipa presión sobre la disciplina fiscal que en algunos países es difícil de aplicar por la incapacidad para controlar el gasto o aumentar impuestos.

Igualmente señala que la posibilidad de oscilaciones importantes en la política económica como resultado de las elecciones de este año, con efectos de contagio negativos al resto del mundo, ha aumentado la incertidumbre en torno al escenario de referencia. "Estos posibles cambios implican riesgos de despilfarro fiscal que empeorarán la dinámica de la deuda, con consecuencias negativas para los rendimientos a largo plazo y una escalada del proteccionismo", advierte el FMI con la posible vuelta de Donald Trump al Gobierno de Estados Unidos si gana las elecciones de presidenciales de noviembre.

"Los aranceles comerciales, junto a la expansión de las políticas industriales en todo el mundo, pueden generar efectos de contagio transfronterizos dañinos, así como desatar represalias, que darían como resultado una costosa carrera mutuamente destructiva", añade el FMI en plena guerra comercial entre EE UU y China, a la que se ha sumado la UE con la imposición de aranceles adicionales a las importaciones de vehículos eléctricos chinos por competencia desleal al estar subvencionados.

Pese a ello, el organismo señala que el enfriamiento de los mercados laborales y la caída de los precios de la energía debería hacer que la inflación vuelva a su objetivo a finales de 2025. Según sus cálculos, la inflación mundial en este 2024 será del 5,9%, el mismo porcentaje que en abril, y se reducirá el próximo año al 4,4%, una décima menos que lo anticipado hace tres meses.

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