Meloni se libra del cordón sanitario a la extrema derecha en la Eurocámara, pero no Orbán ni Le Pen
La X legislatura del Parlamento Europeo ya ha comenzado su andadura con los ritos habituales. Acordes del Himno de la Alegría de Beethonven y los nervios habituales del primer día de clase para los novatos que pisan el hemiciclo por primera vez y atienden los consejos de los veteranos que presumen de experiencia.
Pero estos cinco años venideros no serán como los anteriores, debido a un hemiciclo más fragmentado que nunca y que cuenta con hasta tres grupos considerados de extrema derecha. Las fuerzas consideradas de centro y europeístas –populares, socialistas y liberales– se han conjurado para establecer un dique de contención frente a los partidos de signo populista. La primera prueba de fuego ha sido la elección de los 14 vicepresidentes de la Eurocámara. Finalmente Patriotas por Europa, al que por su número de escaños le correspondían dos eurodiputados, ha quedado fuera del reparto mientras que el grupo de la primera ministra italiana Giorgia Meloni, los conservadores y reformistas ha obtenido dos, uno más que en la legislatura anterior. El grupo Europa de las Naciones Soberanas también se ha quedado sin vicepresidencia de la Eurocámara, si bien su bajo número de escaños no le permitía aspirar a este puesto.
En la primera ronda que se ha saldado con la elección de 11 vicepresidentes, han sido designados tres eurodiputados del Partido Popular, cinco socialistas (quienes se han aprovechado del veto a los Patriotas por Europa), un liberal y uno de los verdes. Han quedado a las puertas los dos aspirantes de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), que han acabado imponiéndose en la segunda votación junto al candidato de Izquierda unitaria. Los Patriotas por Europa habían presentado como candidato a Fabrice Leggeri, el polémico exdirector ejecutivo de la agencia Frontex que se unió a las filas del partido de Marine Le Pen en Francia. Dimitió en 2022 tras una investigación de la Oficina Europea contra el Fraude sobre devoluciones ilegales.
Dentro de los partidos considerados de ultraderecha, el grupo más numeroso de la nueva legislatura es Patriotas de Europa, que con 84 eurodiputados de 12 nacionalidades diferentes se convierte en el tercer grupo de la Eurocámara, por encima de los Conservadores y Reformistas de Meloni y de los liberales de Renew Europe, que caen hasta la quinta posición.
Un día después de sus malos resultados en las elecciones legislativas francesas, el grupo de Le Pen, Reagrupamiento Nacional (RN), anunció que pasaba a engrosar las filas que Fidesz, el partido del primer ministro húngaro Viktor Orbán. Fidesz perteneció al grupo del Partido Popular Europeo (PPE) hasta marzo de 2021, cuando abandonó esta formación poco antes de ser expulsado, y desde entonces permanecía en el cajón de sastre de los no inscritos. Ahora Orbán ha aprovechado los buenos resultados electorales de varios partidos de ultraderecha para fichar a la gran mayoría de los miembros que en la legislatura anterior pertenecían a Identidad y Democracia (ID), que debía conformarse con la sexta posición en el hemiciclo.
El gran espaldarazo para erigirse como tercer grupo proviene de los 30 eurodiputados de Reagrupación Nacional. De hecho, Jordan Bardella, el candidato a primer ministro de Le Pen en Francia, se ha convertido en el presidente del grupo y el español Vox consigue con sus seis eurodiputados una vicepresidencia, después de haber abandonado al grupo de Meloni al que pertenecía en la legislatura anterior.
El grupo Conservadores y Reformistas se queda con 78 representantes y agrupa tanto a la ‘premier’ italiana como a los polacos de Ley y Justicia (PiS), conocidos por su firme oposición respecto al presidente ruso Vladimir Putin. Aunque con estos movimientos Meloni pierde poder, los cambios también la sitúan en una posición más moderada para poder pactar con los tres grandes grupos europeístas. De ahí que el cordón sanitario contra Orbán no le haya afectado.
Esto también podría allanar el voto favorable del partido de Meloni a un segundo mandato de Ursula von der Leyen al frente del Ejecutivo comunitario que se producirá este jueves en el hemiciclo europeo. El grupo de ECR se encuentra dividido ya que hay miembros como el Partido checo de Petr Fiala que ha mostrado su apoyo a la alemana. Sin embargo, la formación de la primera ministra, Hermanos de Italia, no ha mostrado todavía sus cartas. En la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, Meloni, optó por la abstenerse a la candidatura de Von der Leyen mientras Orbán se mostró en contra.
Como tercer grupo, Europa de las Naciones Soberanas, liderada por Alternativa para Alemania (AfD), que aporta 15 de los 25 eurodiputados. Aunque en la pasada legislatura, AfD formaba parte del grupo de Le Pen y Matteo Salvini, las declaraciones antisemitas de su líder conllevaron su expulsión.
La conservadora Roberta Metsola ha sido reelegida como presidenta de la Eurocámara por una aplastante mayoría de 562 votos a favor de un total de 623 validos. Su elección se daba por hecha y no ha supuesto ningún sobresalto, ya que tan solo ha tenido como contrincante a la española Irene Montero, como representante de la Izquierda Europea. Metsola continuará durante dos años y medio más y pasado este plazo la presidencia de la Eurocámara recaerá en un aspirante socialista. La española Iratxe García está bien situada en las quinielas.
Montero ha contado finalmente tan solo con 46 votos a favor y ha presentado su candidatura como un mero gesto simbólico para representas las ideas de su grupo político. Su discurso ha estado trufado de críticas contra la «militarización europea» derivada del apoyo a Ucrania en su guerra contra la Rusia de Putin.