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Tras el enigma de Thomas Matthew Crooks: ¿qué motivó al joven solitario a atentar contra Trump?

Los motivos que llevaron a Thomas Matthew Crooks a disparar contra Donald Trump siguen siendo un misterio. Este martes, los investigadores del FBI han conseguido acceder al teléfono del joven de 20 años que abrió fuego durante el mitin del expresidente de Estados Unidos, ya designado oficialmente candidato republicano a la Casa Blanca para las elecciones del próximo 5 de noviembre, en las que compartirá ticket electoral con el senador por Ohio J.D. Vance.

Sin embargo, la información encontrada en el dispositivo por los técnicos del laboratorio de la oficina en Quantico (Virginia), que han cribado mensajes, correos electrónicos y otros datos, no ha servido para esclarecer el móvil. Tampoco hay pruebas que conecten a Crooks con otros posibles implicados en el tiroteo en el condado de Butler (Pensilvania) que causó la muerte de un seguidor de Trump e hirió de gravedad a otras dos personas.

El FBI matiza que la investigación está en sus primeros compases, y que junto a su teléfono móvil también están analizando los demás dispositivos electrónicos pertenecientes al tirador para saber con quién se comunicaba, cuál era su historial de navegación y qué actividad tenía en redes sociales.

El autor del atentado contra Trump, abatido por los agentes del Servicio Secreto tras efectuar entre ocho y diez disparos con un fusil semiautomático tipo AR-15, no tiene antecedentes penales ni registros de enfermedades mentales, y tampoco era conocido por tener fuertes creencias políticas.

Sus compañeros de clase en el Bethel Park High School, con los que se graduó en 2022, le describen como un alumno inteligente pero solitario y callado, de muy bajo perfil, que no quería llamar la atención. Caminaba por los pasillos con la cabeza gacha y rara vez levantaba la mano en clase. Su orientador en el instituto, Jim Knapp, ha trasladado a la prensa local que «se sentaba solo, por decisión propia» durante la hora del almuerzo.

Según los investigadores, el fusil con el que cometió el crimen fue adquirido en 2013 por su padre, quien posee legalmente más de una docena de armas de fuego de diferentes tipos. Crooks adquirió unos 50 cartuchos de munición justo antes del tiroteo, y las fuerzas de seguridad hallaron varios artefactos explosivos de fabricación casera en el vehículo con el que se desplazó hasta el condado de Butler y en su domicilio de Bethel Park.

En el coche también encontraron un chaleco antibalas con tres cargadores de 30 balas, un indicio que lleva a pensar a los investigadores que Crooks quería causar una matanza mayor.

En los últimos dos días, el FBI ha entrevistado a más de 100 personas. También ha completado el registro del coche y la residencia de Crooks, sin más noticias significativas. Lo que se sabe de él hasta la fecha es que trabajaba en una residencia de ancianos, que estaba registrado como votante republicano –pese a haber hecho una donación de 15 dólares a ActBlue, un comité de acción política que recauda dinero para candidatos demócratas– y que no dejó ninguna declaración escrita que pudiera explicar fácilmente sus motivaciones o proporcionar pistas sobre cualquier conexión o influencia externa, como suele ser habitual en este tipo de casos.

Los padres de Crooks, ambos fisioterapeutas de profesión, han sido interrogados por las fuerzas de seguridad, pero ninguno de los dos parece conocer los motivos. Aseguran que su hijo no mostraba ninguna inclinación política radical y que tenía pocos amigos, si acaso tenía alguno.

Otro detalle que se conoce sobre el joven es que, desde hace un año, era miembro de un campo de tiro situado a media hora en coche de su casa, donde solía ir acompañado de su padre. Motivo que llevó a pensar a éste que su hijo se encontraba allí en la tarde del sábado cuando sucedió el atentado. En el momento de apretar el gatillo, Crooks llevaba puesta camiseta gris de Demolition Ranch, un popular canal de YouTube con vídeos sobre armas de fuego, demolición y otros temas.

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