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Santiago Segura: "Voy a hacer el Torrente más bestia que pueda porque confío en la inteligencia del público"

Santiago Segura:

El popular director vuelve a proponer una dosis considerable de entretenimiento familiar con "Padre no hay más que uno 4"

Siempre que le toca desenvolverse en la arquitectura promocional de los estrenos, su mirada adopta un lúdico brillo de incomodidad, timidez y agradecimiento. Tras cuatro años liderando la taquilla estival y erigiéndose como el salvador –en términos de beneficios– del cine español, Santiago Segura habla con la firmeza que le procura saber que su fórmula funciona. Esa fórmula, aderezada con dosis considerables de comedia blanca, tramas de enredo y unas cuantas caras conocidas y familiares en el sentido literal de la palabra (dos de sus hijas vuelven a participar en la cinta) conforman el nuevo esqueleto narrativo de "Padre no hay más que uno 4", la cuarta entrega de la popular saga donde Segura apuesta por una cómica reflexión sobre la independencia anticipada de los hijos. Nos sentamos con este director defensor de la colectividad de la risa para hablar de todas esas cosas que le inducen a la incomodidad, la timidez y el agradecimiento.

Realmente uno de los mayores riesgos de dirigir una saga como esta es el hecho de incurrir en la repetición. ¿Cómo se hace para no caer en ello?

Es verdad que eso de la repetición es un temor siempre en este tipo de sagas. Pero por otro lado también soy consciente de que mucha gente sí que quiere un cierto nivel de repetición. O sea, quieren ver a los personajes a los que ya están acostumbrados en acción, las dinámicas de humor que les representan, que se repitan algunas situaciones, por ejemplo aquí, pues que Loles está enfrentada a su hijo: eso hace gracia. No puedo permitirme el lujo de que eso de repente desaparezca. Pero sí que tiene que haber tramas nuevas. Te quiero decir, es como un menú de un restaurante, una receta de cocina o una pastelería ¿no? Dices pues he triunfado con el donut, ahora voy a hacer el donut glaze y luego lo aderezas con chocolate y a lo mejor llega un momento en el que dices ‘‘pues ya no voy a hacer más donuts porque ya he cubierto todas las posibilidades de experimentación’’, pero siempre puedes decir seguir y decir ‘‘uy ¿y si lo hacemos relleno?, ¿o procuramos que sea el chocolate lo que vaya por dentro?’’. Imagino que ocurre en todos los oficios. Uno no quiere cagarla y repetirse en exceso sería está claro que sería cagarla, así que yo intento no hacerlo.

Uno de los temas que se trata en esta cuarta entrega es la independencia anticipada de los hijos. Como padre, ¿temes la llegada de ese momento?

Sí, un poco sí. Esta idea surgió porque la propia actriz que interpretaba a Sara, mi hija mayor, en la primera película tenía 12 años y aquí tiene ya de repente tiene18. Automáticamente pensé claro, con 18 tú puedes conducir, puedes votar, puedes irte de casa o puedes casarme. Siempre se ha dicho que la comedia consiste muchas veces en mirar con otra perspectiva u óptica los dramas cotidianos y para que sería un drama que de repente mi hija me dijera a los 18 que se va de casa para casarse con un diplomático búlgaro por ejemplo, yo qué se. De todas formas intento no pensar demasiado en las cosas que me agobian. Vivir una vida más o menos sin estrés y pensar que hay que afrontar los problemas cuando lleguen, no antes.

¿Crees que la pérdida del romanticismo en una pareja que lleva muchos años es algo inevitable? ¿O eres de los que sigue aferrándose a esta idea que defiende el personaje de Javier a la hora de mantener la ilusión dentro de sus torpezas como hombre?

Me cuesta mucho hablar de mi vida personal pero en ese sentido me encanta y comparto la ilusión de Javier. Yo era de los que ligaba, bueno intentaba, grabando cintas con canciones de amor, cosa que entonces me parecía que era lo más bonito que podía hacer: dedicar mucho tiempo a hacer algo especial para una persona. O sea, para mí ver la felicidad en la cara de otra persona con algo que he hecho yo es de las mejores cosas que te pueden pasar. Por eso me dedico también al cine un poco en el fondo. Porque dibujo esta idea que he tenido, que he hecho yo, que he pensado y hay gente como que lo aprecia. Eso me parece maravilloso. En ese sentido, sí, soy romántico.

En estos últimos años hemos visto cómo el cine familiar además de seguir teniendo bastante tirón entre el público cada vez parece que opta con más frecuencia por mostrar las aristas imperfectas de lo que supone una estructura familiar.

La familia nunca ha sido perfecta, igual que la democracia. Es lo mejor que conocemos, pero ya está comprobado que no es un sistema perfecto, tiene fallos. Con la familia pasa lo mismo, ¿hay algo más bonito que la familia? no, pero cuidadín porque también se cometen grandes errores dentro de ella. Nosotros mostramos eso en la peli de una manera cómica evidentemente pero si las cosas que les suceden en la pantalla a estos personajes ocurrieran en las familias normales, sería dramático.

[[QUOTE:PULL|||"La familia nunca ha sido perfecta, igual que la democracia"|||Santiago Segura]]

Hace un par de años estuvimos hablando de Torrente en otra entrevista y de la intelectualización que usted defendía en ese momento de este fenómeno. Me habló del neorrealismo italiano o de "Los olvidados" de Buñuel. Ahora que ha anunciado una sexta entrega, ¿España está preparada para la integración renovada de un personaje como Torrente?

Pues no tengo ni la menor idea, pero lo vamos a comprobar. Pero creo que sí está preparada, además que yo mismo también tengo curiosidad. Mucha gente dice que es una película que no se podría hacer ahora, pero ¿por qué? O sea, yo creo que las sociedades deben evolucionar y deben ser más tolerantes. Hay que ser intolerante con los intolerantes. Cada anuncio de medidas paternalistas por parte de la sociedad me hace pensar en todo esto. Creo que el ciudadano es muy inteligente y precisamente por eso hay que respetar la ficción y la imaginación.

¿Y crees que la gente es capaz de hacer ese pacto real con la ficción?

No, no. Creo que se mezcla todo. Y al final la consecuencia de eso es que una persona que ha hecho una ficción puede estar mal visto, se le puede señalar. Hay una entrevista de Caiga Quien Caiga de hace mucho que me dejó muy impactado que le hizo Pablo a Carbonell a Fernando Fernán Gómez. Carbonell le dijo "señor Gómez, en su novela el personaje dice no se qué" y Fernando decía "sí, lo dice el personaje" y Pablo insistía "ya pero usted lo ha escrito". Y Gómez seguía "ya pero yo he escrito lo que piensa el personaje, es un personaje" -explica mientras imposta con fidelidad la voz de Fernando-. Era muy irritante y yo sentía que entendía perfectamente a Fernando. ¿Es tan difícil de entender que si yo interpreto a Harry el sucio no significa que me gusten las magnum?, que es mi personaje y quien lo haya escrito tampoco es que piense igual que él. ¿Van a entrar en mi casa para quitarme el libro de "Lolita" porque habla de la pedofilia? Es que es todo en general un disparate. Cuando se dice tanto que la ficción puede influir en la sociedad y en la mente del ciudadano de alguna manera lo que estás haciendo es infravalorar al ciudadano. ¿Eres tú el que me dice lo que me puede perjudicar? No se puede ser tan paternalista con los productos culturales. Hay que dejar que el ciudadano sea adulto.

[[QUOTE:PULL|||"No se puede ser tan paternalista con los productos culturales"|||Santiago Segura]]

¿Existe la censura cultural o simplemente vivimos un ejercicio de señalamiento de las cosas que antes se toleraban y ahora han dejado de tolerarse?

Por suerte creo que son sólo ciertos sectores los que hacen eso, no es una cosa unánime. Pero sí creo que hay un sector que mira por encima del hombro a determinados autores y siente que deben ser cancelados. Siempre ha habido cierto nivel de intolerancia de una parte u otra de la sociedad pero me gusta pensar que al final impera la lógica y el sentido común aunque a veces no lo parezca.

En este sentido, ¿es ilógico que se cancele a Torrente?

Bueno a mí cuando me dicen que en "Torrente 3", estoy fomentando o perpetuando la cultura de la violación, me quedo asimilando y digo vamos a ver, ¿en la mente de quién? Me parece muy loco. Voy a hacer el Torrente más bestia que pueda, sin dejarme llevar por la corrección política porque confío mucho en la inteligencia del público.

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