Garamendi no ve avances en las negociaciones para la reducción de jornada

El presidente de la CEOE explica que  aunque “de momento sigue abierta” el Ministerio de Trabajo “sigue planteando lo mismo” una y otra vez

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, asegura que todavía no hay avances en la mesa de diálogo social para reducir la jornada laboral, ya que aunque “de momento sigue abierta” el Ministerio de Trabajo “sigue planteando lo mismo” una y otra vez.

En declaraciones a los medios, tras su participación este jueves en la presentación del proyecto "Aragón Hub Tecnológico", el líder de la patronal ha aclarado que "muchas de las cosas que se cuentan y se dicen de la mesa no son las que vemos en la mesa".

En la última reunión entre el Ministerio de Trabajo, patronal y sindicatos, que tuvo lugar ayer, Garamendi consideró que el acuerdo para reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales estaba más cerca sin ninguna "objeción de calado" por parte de la patronal, tras ofrecerle una aplicación más flexible a lo largo de 2025.

Por su parte, los sindicatos percibieron "cierto atascamiento" en las negociaciones y avisaron que convocarán movilizaciones en septiembre si no se producen avances antes de que termine el verano. El presidente de la CEOE ha admitido que siente "un respeto profundo por los sindicatos", pero "no comparte" esta amenaza y les ha recordado que en el acuerdo para el empleo y la negociación colectiva (AENC) que firmaron hace un año se establecen las condiciones a pactar en los convenios colectivos.

"A nosotros nos gusta, cuando nos damos la mano, llegar hasta el final", ha proclamado Garamendi al mismo tiempo que ha recodado que lo que ahora se negocia significa "abrir en canal absolutamente todos los convenios de toda España", especialmente los de los sectores y empresas más vulnerables. Por otro lado, ha reclamado "libertad" y "respeto" para decir lo que consideran que es mejor para las empresas.

Para finalizar, ha señalado que "cuando desde el mundo sindical se defienden posiciones que son legítimas, nadie discute nada y a todo el mundo le parece razonable. Cuando desde el mundo empresarial decimos que algo pensamos que no es bueno para el país [...] directamente se dice que es una burla lo que decimos, que es un ataque".