Stonehenge, candidato a entrar en la lista de Patrimonio en Peligro de la Unesco
Con 56 lugares considerados Patrimonio Mundial amenazados por los desastres naturales, la guerra, o la inacción, lo que podría hacerles perder su condición única, la Unesco evalúa desde este martes en su 46ª reunión anual el estado de sus sitios emblemáticos, así como nuevas inclusiones en su lista de riesgo, como el megalito de Stonehenge. La ciudad antigua de Jerusalén y sus muros, el centro histórico de la ciudad ucraniana de Leópolis o la ciudad de Coro y su puerto, en Venezuela, son algunos de los lugares actualmente en peligro que centrarán las conversaciones que se desarrollarán entre hoy y mañana en Nueva Delhi. La capital india acoge hasta el 31 de julio la reunión del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, donde el debate sobre la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro es uno de sus puntos destacados, aunque la propia organización señala que figurar en ella no debe ser interpretado como una sanción, sino como un apoyo a su conservación.
"Estar en esta lista no es motivo de temor o no debe tomarse como una sanción", dijo ayer la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, en una intervención ante el Comité que componen 21 Estados. Estos debates "dan lugar a la concienciación y a cambios tangibles, permiten evaluar los riesgos e identificar cómo reparar esa amenaza", agregó. Aunque son muchos los lugares de gran relevancia histórica o natural que han salido de la lista en las últimas décadas, como las islas Galápagos (Ecuador), Angkor Wat (Camboya) o el Parque nacional de Yellowstone (Estados Unidos), hay otros que han permanecido en ella por más de cuarenta años.
Es el caso de la ciudad antigua de Jerusalén y sus muros, que fue incluida en 1982 por la falta de política de conservación o los efectos amenazantes de la planificación urbana. En el lado opuesto se encuentra el centro histórico de Leópolis, inscrito el año pasado por las amenazas derivadas de la invasión rusa, junto a la Catedral de Santa Sofía en Kiev. Otros lugares destacados son Coro y su puerto, "el único ejemplo sobreviviente de una rica fusión de tradiciones locales con técnicas arquitectónicas del mudéjar español y holandés”, según la Unesco, y que se encuentra en peligro por los estragos que causaron en sus estructuras unas fuertes lluvias en 2005, o el minarete de Jam, en Afganistán, por la falta de un plan de conservación adecuado, especialmente tras la llegada de los talibanes al poder.
La inclusión en la lista facilita a los lugares acceso a financiación del Fondo de Patrimonio Mundial, pero también es un indicador de riesgo para los Gobiernos, puesto que si el lugar pierde las condiciones que llevaron a considerarlo Patrimonio Mundial, la Unesco puede decidir revocarle esa condición. Hasta ahora, solo tres sitios han sufrido este agravio: el santuario del órix árabe, en Omán, el Valle del Elba de Dresde, Alemania, y la Ciudad Mercantil Marítima de Liverpool, Reino Unido.
Stonehenge y el lugar de nacimiento de Buda
Para la reunión actual de la Unesco, los expertos han recomendado la inscripción de dos bienes en su lista mundial de patrimonio en peligro: Stonehenge, Avebury y sitios asociados en el Reino Unido, y Lumbini, el lugar de nacimiento de Buda, en Nepal. En el caso del megalito, los expertos señalaron su preocupación por un proyecto que prevé la ampliación de una carretera principal que pasa apenas a 150 metros del monumento, y que impactaría su "paisaje prehistórico". Por lo que recomendaron incluirlo "en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro para movilizar apoyo internacional".
En cuanto a Lumbini, lugar de nacimiento de Buda, el informe de la organización encontró daños en el templo Maya Devi, el principal de la localidad, y lamentó que se haya paralizado un proyecto destinado a mejorar la conservación de la localidad, por lo que pidió un plan de acción al Gobierno nepalí y recomendó su inclusión en la lista. Las riberas del río Sena, en París, o del Danubio, en Budapest, son otros dos lugares que, aunque el Comité no recomienda todavía su calificación como bien de riesgo, menciona que requieren "necesidades urgentes de conservación" y no descarta su posible inscripción en el listado.