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Muere la actriz y modelo Teresa Gimpera

Muere la actriz y modelo Teresa Gimpera

La que fuera la gran musa de la "gauche divine" tenía 87 años

La actriz y modelo Teresa Gimpera ha fallecido hoy en Barcelona a los 87 años, según ha podido saber este diario. Fue uno de los grandes mitos de la "gauche divine", con una carrera en la gran pantalla formada por títulos como "El espíritu de la colmena", "Tuset Street" o "Fata Morgana", entre otros.

Rodó alrededor de cien películas, tuvo entre sus amistades a Rock Hudson, Claudia Cardinale o Vittorio de Sica, llegó a hacer pruebas para Alfred Hitchcock para “Topaz” pero finalmente todo se limitó a tomar un carajillo con el realizador. Fue musa de Pertegaz y todo un símbolo de la cultura barcelonesa.

Nacida en Igualada, Barcelona, el 21 de septiembre de 1936, sus padres eran maestros de escuela y tuvieron que emigrar a Francia al comenzar la guerra civil española, regresando a su término en 1939. Su madre instaló una escuela en el barrio de San Andrés de Barcelona, en la que Teresa ayudaba a educar a los más pequeños. Con quince años, Teresa Gimpera se inscribió en una academia en la que estudió contabilidad y se matriculó en el Instituto Francés, para perfeccionar el idioma.

Todo cambió a los 21 años cuando fue descubierta por ese genio de la fotografía que fue Leopoldo Pomés, hecho que se convirtió en su despegue exitoso como cotizada modelo publicitaria. Participó en dos ocasiones en la Feria Internacional de Nueva York, una vez con Pertegaz y la segunda con Rovira, dos de los mejores modistas españoles de entonces. Asimismo hizo anuncios para las medias Rodiflex de Platino, los polvos Vim, el brandy Valdespino o Coca Cola.

Fue durante un desfile de modas cuando conoció al realizador Gonzalo Suárez, quien la eligió como el personaje central de su libro “Fata Morgana”, el mismo que se convertiría en 1965 en película de mismo título a las órdenes de Vicente Aranda. Desde entonces, Gimpera trabajó en gran cantidad de películas, algunas de baja calidad, coproducciones con Italia de intriga o terror y también 'comedias a la española'. Entre los principales títulos de los sesenta: "Una ladrona para un espía", "Play boy", "Cuidado con las señoras", "No desearás la mujer de tu prójimo", "Forajidos implacables", "Las secretarias", "Cómo sois las mujeres", "Historia de una chica sola", "Las amigas" o "El extraño caso del doctor Fausto". De 1969 es la película "Las crueles", de Vicente Aranda, basada en el cuento "Bailando con Parker" y originalmente titulada "El cadáver exquisito". Entre los títulos de los setenta en los que actuaba Gimpera está "Quién soy yo", "Helena y Fernanda", "La novicia rebelde", "Las tres perfectas casadas", "Las colocadas", "La noche de los diablos", "La tumba de la isla maldita", "La querida", "Último deseo" o la serie televisiva "La saga de los Rius". Probablemente su película más querida fuera el clásico "El espíritu de la colmena", de Víctor Erice y producida por Elías Querejeta, además de "La guerra de papá", de Antonio Mercero.

Le faltó, como ella misma reconocía, hacer el salto internacional, aunque estuvo a punto de la mano de Alfred Hitchcock. «Hice una entrevista con una periodista americana sobre la belleza y salió una columna pequeña en Estados Unidos. Hitchcock preparaba en ese momento “Topaz” y pidió que me buscaran. La agencia William Morris me encontró. Me compré el libro y vi que mi personaje era una puertorriqueña llamada Juanita de Córdoba, alguien que no tenía nada que ver conmigo. Si me salía bien la prueba, por contrato haría tres películas en Hollywood. Mi estancia esos días resultaba más cara que lo que cobraba por toda una película. Hitchcock dijo que me maquillaran y me pusiesen una peluca negra. Me preguntó si estaba nerviosa. Pedí un carajillo y nadie lo entendió. Acabé la prueba y cogí un avión, pero no me cogieron», dijo Teresa Gimpera.

Tras quince años de carrera, Teresa Gimpera decidió en 1978 retirarse a Begur, un pueblo de la Costa Brava y montó primero un bar y una heladería y un restaurante después, La Lluna, un proyecto familiar que duró unos años. Volvió a Barcelona y montó una escuela de modelos en 1986 de la que serían nombres como Judith Mascó. De esa labor, en declaraciones a este diario, afirmó que “no me cansaba de decirles a las alumnas que si eran tontas, por muy guapas que fueran nunca serían nada. Todo el mundo quiere ser modelo. Antes nos consideraban casi prostitutas; ahora es lo más: los padres quieren que sus niñas sean modelos como sea”.

Siguió participando en películas como "Victoria" (1983) de Antoni Ribas; "Asignatura aprobada" (1987) de José Luis Garci; o "El largo invierno" (1992) de Jaime Camino.

En 2022, de la mano del periodista Toni Vall, escribió sus memorias "Així és la vida". Con ella se va todo un mito.

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