Crítica de "El concurso de piano": tócala otra vez, Jennifer ★★1/2
Dirección y guion: Dominique Deruddere. Intérpretes: Taeke Nicolai, René Vanderjeugd, Kevin Janssens, Rith Becquart. Música: George Van Dam. Bélgica, 2023. Duración: 93 minutos. Drama.
El Premio Reina Isabel de Bélgica es uno de los más prestigiosos del mundo en lo referente a la música clásica, como se nos explica al inicio de la película por si alguien no lo sabía. Jennifer Rogiers, una atormentada, tímida y virtuosa pianista de 23 años a la que su ambiciosa, castradora y colérica madre obligó desde pequeña a tocar (esa terrible imagen mientras lava el cabello a la niña hasta casi despellejarla), arrastra una tristeza y un terrible secreto desde la infancia. Tras conseguir pasar como finalista de dicho concurso e ingresar en «La capilla», el nombre con el que se conoce a la mansión que acoge durante una semana a los doce jóvenes, algunos de ellos ciertamente pintorescos, que han conseguido llegar a la final (y donde no están permitidos móviles, ordenadores ni nada «que distraiga» a los invitados), el trauma infantil de Jennifer vuelve con fuerza, con demasiada fuerza, lo que amenaza la concentración y el bienestar mental de la protagonista. El director Dominique Deruddere («Crazy Love», «Espera la primavera, Bandini», «Banquete de boda», «Volando a casa»...una producción bastante irregular) plantea en esaocasión una sobria y en exceso academicista película y a la que, a pesar de la traumática historia que narra, le cuesta emocionar al público, lo que no sucede igual con las maravillosas composiciones que oímos durante todo su metraje, lo mejor, al cabo, de esta producción excesivamente fría, como cierta mañana de invierno en la que Jennifer descubrió en medio de la abundante nieve que se había quedado sola en este mundo. A veces, ni la más hermosa partitura puede hacernos olvidar aquello que nos marcó para siempre. Como si fuera furioso un hachazo.
Lo mejor: la fría, contenida interpretación de Taeke Nicolai como esta atormentada joven
Lo peor: aunque la historia es dura, al filme le cuesta demasiado emocionar al espectador