«Los demócratas de izquierda votarán por Kamala Harris para detener a Trump, así que no necesita complacerlos»
Parece que la vicepresidenta Kamala Harris se ha metido en el bolsillo a los demócratas en tiempo récord y ha allanado su camino hacia la nominación. ¿Cree que la inquietud y el desánimo de las filas demócratas juegan a favor de su candidatura?
Es increíble lo rápido que las élites del partido se han unido en torno a ella. Y puede que no dure. Pero nótese que ninguno de los candidatos más fuertes está haciendo una dura carrera por la nominación. ¿Por qué no? Todos son blancos, y algunos son hombres. ¿Te imaginas arrebatarle la nominación a una mujer negra y luego perder contra Trump? Su futuro en el Partido Demócrata estaría completamente muerto. De hecho, ¡te abuchearían cada vez que salieras a cenar! Mejor dejar que Harris pierda y esperar hasta que Trump se haya ido. Entiendo el cálculo, pero deja a los demócratas con un candidato de segunda, no el mejor.
El equipo de campaña de la vicepresidenta pretende utilizar su pasado como fiscal como arma electoral contra Trump bajo el lema: «fiscal contra convicto». ¿Podría el proceso penal contra el expresidente beneficiar a Harris para aprovechar algunos de sus puntos fuertes y poner en evidencia algunas de las debilidades del expresidente?
Los demócratas sin duda esperan que esto funcione. Como de costumbre, a los demócratas les encantan los mensajes que atraen a sus votantes de base, pero tienen problemas para idear mensajes que atraigan a los votantes indecisos. «Trump es un criminal» puede ser un ejemplo: a la base demócrata le encanta, pero no es el gran tema para los independientes. A los independientes no les gustan los criminales de pacotilla, pero están más preocupados por la inflación, el empleo, la inmigración y la delincuencia. ¿Cuál es la posición de Harris al respecto?
¿Qué posibilidades reales tiene Kamala Harris de vencer a Trump y qué estrategia debería llevar a cabo? Las últimas encuestas la colocan mejor de lo esperado, pero el republicano lleva más de dos años imbatible en los sondeos.
Sin duda es mejor que un anciano débil y confuso que apenas puede andar y hablar. Pero tiene que presentar razones positivas para que los votantes independientes voten por ella, no solo contra Trump. Por desgracia, esas posiciones tienden a dividir a la coalición demócrata. Por ejemplo, fue una fiscal dura con la delincuencia. Debería decir: «Meto a los criminales en la cárcel y apoyaré a la policía, como hice en California». Eso mejoraría su imagen entre los votantes indecisos, pero también enfadaría a la izquierda de su partido. Del mismo modo, debería decir algo como: «Tenemos que controlar nuestras fronteras, así que tripliquemos el número de guardias fronterizos». Eso le daría votos, pero la parte izquierda del partido aullaría de indignación. La realidad es que, en noviembre, los demócratas de izquierda votarán por ella para detener a Trump, así que no necesita complacerlos. Necesita posiciones que sean populares entre los estadounidenses medios. Esto es lo que Trump ha hecho con los extremistas evangélicos del aborto, cambió su posición a una mucho más popular sabiendo que los evangélicos seguirán votándole al final. Veremos si Harris es tan dura e inteligente.
En un hipotético camino de Harris hacia la presidencia de Estados Unidos, ¿podrían pasarle factura sus bajos índices de popularidad y sus fracasos en los últimos cuatro años, como el control de fronteras, o sus problemas como fiscal?
Tanto Trump como Harris no gustan a los votantes medios, pero ella no es ni de lejos tan impopular como lo era Biden. En ese sentido, los demócratas han «cambiado de bando». Sin embargo, aún tienen que encontrar un mensaje mejor que «Trump es un peligro para la democracia». Eso puede ser cierto, pero los votantes indecisos no se lo están creyendo; después de todo, casi la mitad de ellos votaron por Trump en 2016 y a nadie le gusta admitir que cometió un gran error. Puede que sea necesario que Harris pierda para que los demócratas vuelvan a aprender lo que se necesita para ganar elecciones.