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Las bases de ERC despejan el camino para investir a Illa

Las bases de ERC despejan el camino para investir a Illa

El líder socialista será nuevo presidente de la Generalitat a cambio del apoyo de Sánchez a la Hacienda catalana. Rovira asegura que el aval de Esquerra «es un sí exigente» y «vigilante»

La militancia de ERC validó ayer, a través de una consulta interna y vinculante, el acuerdo alcanzado entre la cúpula de su formación y el PSC el pasado lunes, que entre otros implica la investidura del socialista Salvador Illa y un muy criticado concierto económico para Cataluña, con el que el Gobierno de Pedro Sánchez está de acuerdo. Pese a las presiones recibidas por parte del entorno de Junts y otras entidades independentistas, como la ANC de Lluís Llach –que llamó al secesionismo a manifestarse en contra de los «traidores» de ERC si acababan votando que sí–, solo un 53,5% de los militantes republicanos apoyó el acuerdo con los socialistas. Un total de 3.397 afiliados que, igual que Marta Rovira, secretaria general y presidenta en funciones de la formación, consideran que se trata de un acuerdo «muy positivo» para los republicanos, pues «dota a la Generalitat de más recursos y acaba con el déficit fiscal catalán, por ejemplo».

Rovira, que fue quien compareció media hora más tarde de la publicación del resultado de la votación, quiso poner en valor el «ejercicio de madurez» de las bases de su partido, «votando por un acuerdo que puede ser difícil de digerir para algunos militantes», algo que la dirigente achaca a que «ERC sigue estando políticamente muy lejos del PSC de Salvador Illa». La líder republicana agradeció el «trabajo» de la militancia durante esta semana en las distintas «asambleas y conversaciones» llevadas a cabo entre la cúpula y los afiliados de a pie, que a tenor del resultado de la consulta fue fructífero para Rovira, defensora del acuerdo con los socialistas desde el primer instante, aunque poco más de la mitad lo avaló

«Hemos perdido la mayoría independentista en el Parlament de Cataluña. ¿Estamos deseando volver a tenerla? Sin duda. Pero ahora mismo no la tenemos, y debemos trabajar con las cartas que nos ha concedido la ciudadanía», dijo Rovira justificándose. «Nosotros somos una fuerza de izquierdas y también luchamos por avanzar en materias de justicia social, queremos que la izquierda tenga fuerza para ser decisiva en Cataluña, en Europa y en todo el mundo. Sin olvidar la independencia de nuestro país», concluyó la dirigente.

Respecto al resultado de la votación, Rovira admitió que es «bastante justito, no es un sí absoluto». No obstante, la dirigente lo atribuyó a la «grandeza de ERC», que «es capaz de llevar procesos de debate internos de forma crítica». «Hasta en eso somos únicos», apuntaba la presidenta en funciones, acompañada de, básicamente, los miembros del partido que, como ella, también votaron que sí. Uno de ellos era el actual presidente en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès, que ya por la tarde anunció que daría apoyo al acuerdo de investidura alcanzado entre su partido y los socialistas.

Dándole la vuelta, acto seguido, Rovira se dirigía a prácticamente la mitad de los republicanos que votó que no estaba a favor del acuerdo: «La poca distancia entre ambas opciones hace que el resultado de esta consulta, aunque inequívoco, sea un sí exigente, un sí vigilante que nos obliga a trabajar por y para su cumplimiento».

Sobre las garantías de esto último, uno de los aspectos sobre el pacto con el PSC que más sigue preocupando al conjunto de la militancia republicana, Rovira volvió a ser tajante: «El acuerdo se firmará para cumplirse, y no tengan ningún género de duda de que se cumplirá». Ya recordó el pasado jueves que, si no lo hacen, ERC dejará de apoyar al Gobierno de Pedro Sánchez, que necesita de los republicanos para sacar adelante prácticamente cualquier ley en el Congreso de los Diputados. La amenaza es real y podría acabar en nuevas elecciones. Por otra parte, Rovira matizó que «estar en la oposición al Govern de Illa en el Parlament de Cataluña nos permitirá también vigilar el cumplimiento del acuerdo y ser críticos con la tarea de gobierno del nuevo Ejecutivo», aclarando que «el papel de ERC no está en el Govern a partir de esta investidura».

En relación a los socialistas, que liderarán el Ejecutivo muy probablemente de la mano de los Comunes, agradeció el «trabajo conjunto» y el silencio de la formación de Illa «pactado» durante la pasada semana, que responde a la «necesidad de respetar la votación interna de ERC y no influir en la decisión de la militancia». Los propios socialistas, que ya saben que tienen la mayoría para sacar adelante la investidura de su líder, celebran hoy una Ejecutiva para valorar el acuerdo por primera vez. Intervendrá Illa y habrá una primera valoración del PSC donde podrá conocerse de primera mano cómo argumenta una nueva cesión ante el independentismo que también prometió que no concedería. La brecha entre los socialistas catalanes y sus homólogos en tantos otros puntos de España puede quedar abierta para siempre tras lo que algunos consideran una «injusticia injustificable».

Por el momento, y pese a la amenaza de las juventudes de ERC de que su representante en el grupo parlamentario, la diputada Mar Besses, vote en contra de la investidura, tanto republicanos como socialistas ya piensan en una fecha para celebrar el debate en el Parlament. Será la próxima semana o, en su defecto y a mucho tardar, la siguiente, y muy probablemente coincidirá con el regreso del líder de Junts, Carles Puigdemont, que será detenido al no haberle sido aplicada la Ley de Amnistía. Sigue el posconvergente empeñado en cumplir su promesa de estar en el debate de investidura «como sea», aunque no sea él el candidato y sí un Salvador Illa que recupera el poder en Cataluña para los socialistas casi 15 años después.

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