Colapso en los mercados por el "lunes negro"
La bolsa japonesa sufrió este lunes una de las mayores caídas de su historia: descendió más de un 12% después de que el pasado viernes ya cayera más de un 8%. En apenas dos jornadas, ha borrado todas las ganancias acumuladas durante los últimos doce meses. Este terremoto ha tenido, además, sus reverberaciones (de menor intensidad) en las bolsas de Europa y de EEUU. Pero, ¿por qué ha sucedido esto exactamente? La clave hay que buscarla en el llamado carry trade: los inversores globales se endeudaban a bajos tipos de interés en yenes (durante los últimos 20 años, el tipo de interés del Banco de Japón se ubicó en el 0% o incluso por debajo) y reinvertían ese capital en activos denominados en euros o dólares, los cuales abonaban una rentabilidad superior. Este carry trade se volvió muy atractivo a partir de 2021, cuando los bancos centrales de EEUU y de la Eurozona aumentaron sustancialmente sus tipos de interés para contrarrestar la inflación interna, al tiempo que Japón los mantenía anclados en el 0%. El abuso del endeudamiento en yenes para comprar dólares o euros contribuía, además, a la depreciación del yen frente a estas dos divisas, lo que volvía el carry trade aún más rentable (pues los inversores tenían que devolver unos yenes que se habían abaratado en términos de euros o dólares).
Pero las tornas cambiaron sustancialmente durante los últimos días. Por un lado, el banco central de Japón anunció que subía (y que seguiría subiendo) sus tipos de interés para combatir la inflación interna y, por otro lado, la Reserva Federal también dio a entender que recortaría tipos a partir de septiembre para relanzar una languideciente economía doméstica. Por ambas vías, la rentabilidad del carry trade se redujo y el yen no sólo dejó de depreciarse sino que comenzó a apreciarse, lo que ha alimentado en estas últimas jornadas un pánico vendedor de activos financieros (reforzado por los famosos margin calls) para deshacer las posiciones abiertas en estas operaciones de carry trade, cancelando así la deuda a corto plazo en yenes. Y la oleada vendedora ha hundido la bolsa japonesa y ha metido en corrección a la estadounidense. Veremos si los bancos centrales de EEUU y la Eurozona son capaces de revertir la situación… y a qué precio.