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Arrecia el escándalo en el Ejército israelí por los abusos de soldados a presos palestinos

Con la ofensiva en Gaza ininterrumpida y el riesgo de una escalada regional en varios frentes, crece con el paso de las horas el escándalo en el seno del Ejército israelí por el más de medio centenar de denuncias de torturas y abusos a palestinos en los últimos meses. Días después de la divulgación de un informe de Naciones Unidas, la ONG israelí B'Tselem (Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados) deja también constancia de “abusos y trato inhumano” en un informe publicado a comienzos de esta semana.

La noticia estallaba el pasado 29 de julio. La Policía Militar israelí detuvo aquel día a nueve soldados israelíes acusados de torturas a presos palestinos internados en el centro de detención creado en la base de Sde Teiman, situada en el desierto del Néguev, el pasado mes de octubre.

Al menos 36 palestinos han muerto desde que comenzara la guerra en Gaza mientras estaban presos. Unos 124 palestinos siguen presos sin cargos, según medios israelíes, pese a que la fiscal general pidió que los presos fueran trasladados. La detención se encontró con toda una resistencia organizada protagonizada por grupos de extrema derecha. El Cuerpo del Fiscal General Militar abrió una investigación contra los soldados “tras presuntos abusos sustanciales contra un detenido recluido en el centro de detención de Sde Teiman”.

A través de un informe de su Oficina de Derechos Humanos, dos días después Naciones Unidas, por su parte, denunciaba las detenciones arbitrarias practicadas por las autoridades israelíes y las denuncias de tortura por parte de soldados palestinos. Según la ONU, los palestinos -entre los que se cuentan médicos, periodistas, activistas, pacientes, residentes y combatientes capturados-, han sido trasladados de Gaza a Israel, “generalmente esposados y con los ojos vendados”, y varios miles han sido encarcelados en Cisjordania e Israel en secreto, sin que se les explicaran los motivos de su detención.

Por su parte, con su informe de esta semana –titulado Bienvenido al infierno—, la ONG israelí B’Tselem deja constancia de las violaciones de derechos humanos sufridas por un total de 55 palestinos detenidos y liberados, casi todos sin cargos. De acuerdo con la organización no gubernamental, los testimonios exponen los resultados de una apresurada transformación de más de una docena de centros de detención militares y civiles “en campos de tortura de facto”, unas instalaciones de las que es máximo responsable el ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben-Gvir.

“Nos registraron con un detector de metales. Nos forzaron a abrirnos de piernas y a sentarnos medio agachados. Entonces, empezaron a golpearnos en nuestras partes íntimas con el detector”, relataba a B'Tselem el reo palestino Sami Khalili, que llevaba en otra cárcel del desierto del Néguev, en este caso la de Ketziot, desde 2003.

Tras el informe de B’Tselem, un video difundido el miércoles por parte del canal israelí Channel 12 dejaba constancia gráfica de lo ocurrido el día 29 de julio en el centro de detención de Sde Teiman. La grabación muestra hasta 30 reos palestinos tumbados con la cabeza hacia el suelo cuando un grupo de soldados israelíes encapuchados elige a un preso que, según la denuncia de un sanitario de la cárcel, es torturado. El reo sería trasladado en estado crítico como resultado de las heridas sufridas al hospital del centro penitenciario.

Además, según la ONG israelí Médicos por los Derechos Humanos de Israel y Amnistía Internacional, las autoridades israelíes practicaron torturas, palizas y agresiones sexuales en zonas sin cámaras de seguridad de sus cárceles contra palestinos.

Por su parte, Naciones Unidas insistió ayer que deben investigarse “exhaustivamente” las acusaciones de tortura y violaciones de derechos humanos contra reos palestinos. “Creemos que todas las acusaciones de violaciones de normas básicas de derechos humanos deben investigarse exhaustivamente y debe haber una rendición de cuentas”, afirmó el portavoz de la Secretaría General Farhan Haq, portavoz de la Secretaría general al ser preguntado por el informe de B’Tselem.

Según Haq, el informe de la ONG israelí está “en consonancia” con el informe de la ONU del 31 de julio, que concluyó que miles de prisioneros palestinos son torturados por Israel. “Nosotros hemos presentado nuestros propios informes sobre nuestras preocupaciones sobre la situación de los detenidos palestinos”, aseveró en la rueda de prensa diaria de la ONU.

El escándalo había merecido el miércoles las críticas de las autoridades estadounidenses. El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, definió de “inquietantes” los informes e instó a las autoridades israelíes “a tomar medidas para investigar a quienes hayan cometido abusos y, si procede, hacerlos responsables”.

Mientras tanto, las FDI revelaron ayer la muerte en Gaza de un alto cargo de Hamás supuestamente implicado en la preparación de atentados en Cisjordania desde hace más de una década. Además, el dispositivo antiterrorista israelí sumó ayer una jornada más. Al menos quince personas murieron y varias resultaron heridas ayer a causa de un bombardeo israelí contra el campo de refugiados de Al Bureij, en el centro de Gaza, que ha sido objetivo en anteriores ocasiones de ataques de Tel Aviv.

Además, las fuerzas israelíes ordenaban ayer la evacuación de una parte del sector oriental de la localidad de Jan Yunis, en el sur de la Franja. El último balance del Gobierno de la Franja, en manos de Hamás, eleva hasta casi 39.700 los muertos y por encima de 91.000 los heridos.

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